Schvindlerman: «La raíz del conflicto con Palestina es la educación»
Autor: Mario Rojas
El analista político internacional mostró su pesimismo acerca de una solución de mediano plazo para el enfrentamiento entre Israel y los árabes, hasta que no se modifique una cultura bélica que permea la educación de los niños palestinos. El temor por el acuerdo nuclear entre potencias e Irán.
El analista político internacional, escritor y conferencista Julián Schvindlerman se refirió a los sistemas educativos de Palestina e Israel y manifestó su pesimismo sobre que en el mediano plazo se pueda llegar a un esquema de paz.
El autor de libros vinculados a los temas israelíes estuvo en Neuquén y habló del temor que existe en Medio Oriente a partir de que se levanten los embargos a Irán una vez que se cumplan los plazos de los acuerdos para evitar que ese país tenga la bomba atómica. Parafraseó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien en las Naciones Unidas dijo que si el resto de los países tuviera misiles apuntándoles estarían preocupados por el acuerdo.
Schvindlerman posee una licenciatura en Administración de la Universidad de Buenos Aires y una maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Es autor de los libros «Triángulo de infamia: Richard Wagner, los nazis e Israel», «Roma y Jerusalén: la política vaticana hacia el Estado judío» y «Tierras por Paz, Tierras por Guerra», así como de los ensayos «Introducción al Nuevo Antisemitismo» y «El Otro Eje del Mal: antinorteamericanismo, antiisraelismo y antisemitismo».
-¿Por qué no es optimista en que el conflicto Israel-Palestina tenga una salida mediata?
-Hay una gran disparidad entre cómo se educa en Israel y en las zonas de Palestina en relación con la paz y el futuro. Del lado de Israel, más allá de los reclamos territoriales y zonas en conflicto, la educación es a favor de la paz. Los textos escolares, las canciones, las películas de Israel ponen mayormente el acento en el día en que haya paz. «Hatikva», «La esperanza», es el himno nacional de Israel; fue escrito hace mucho tiempo pero hay un himno informal que es «Cantale a la paz», una canción famosa que representa a Israel. Del lado palestino, tristemente, hay un currículo educativo, adoptado por la Autoridad Palestina durante el proceso de paz, cuando reclamaron tener sus propios textos para educar a sus chicos, no usar los de Israel ni Jordania. Fueron armando un currículo. Algunos textos tienen contenidos bestiales, con mucho odio a los judíos. En mi primer libro lo tengo documentado. Hay un texto que dice: «¿Cuál es el centro para la eternalización de las mentiras», y la respuesta del crucigrama es el Museo del Holocausto de Israel. Tienen exclamaciones de que toda la tierra es Palestina, del río Jordán al mar Mediterráneo, que los judíos se atribuyen características muy temerosas, cobardes, engañadores, que con ellos no se puede hacer paz. Todo el tiempo es así. Entonces uno dice: bueno, los resultados están acá. ¿Por qué puede un chico de veinte años tomar un puñal y salir a matar un israelí en la calle? Porque durante veinte años de proceso de paz fueron educados de esa manera. Hasta que esto no cambie, no tiene sentido hablar de asentamientos, frontera, etc; esta es la raíz del conflicto.
-¿Qué opinión tiene de los acuerdos que pretendió firmar el gobierno con Irán?
-En el caso del pacto con Irán, son muchas naciones firmando, supuestamente para contener el programa nuclear. No hay nada oscuro, uno puede cuestionar el pacto pero la declaración ostensible es que queremos evitar que Irán tenga el arma nuclear. En el caso argentino es otra cosa. La Argentina fue víctima del terrorismo iraní, entonces el Poder Ejecutivo que se inmiscuye en una causa judicial, cosa que no se puede constitucionalmente, involucra a los perpetradores del atentado en la resolución de la causa judicial. Esto es como si Estados Unidos hubiera invitado a Al Qaeda a la investigación de los atentados del 11 de septiembre de 2001. No tiene sentido. Declarativamente el gobierno argentino alegó que era para que los iraníes vengan a rendir cuentas acá, para que haya verdad y justicia, etc. Da la impresión de que era todo lo contrario, lo que se quería era remover la causa AMIA como un escollo a la relación bilateral, para que florezca el comercio y un acercamiento diplomático. Dentro del intercambio económico con Irán es poco, pero llegó a ser de 1.500 millones de dólares en el gobierno de Cristina Fernández y no es poco en un gobierno desesperado de dólares que sale a perseguir arbolitos en la calle Florida de Buenos Aires. Es un indicio de que puede ser un dinero importante. El gobierno anterior tenía una visión tercermundista de las relaciones internacionales. Cuando Argentina negoció no estaba el acuerdo nuclear con Irán. Fue un desacierto el memorándum del gobierno, que tuvo la mala fe de no declarar cuál era la verdadera intención a las víctimas y a la sociedad argentina.
-¿Por qué Israel tiene mala prensa cuando hay algún atentado?
-Me lo pregunté mil veces. La verdad, no digo que sea el caso del diario «Río Negro», pero muchos periódicos son tendenciosos, muchas agencias de noticias son parciales. Lo digo con el conocimiento de causa; yo conozco lo que ocurre ahí y no siempre se reflejan los hechos cómo son realmente. Por ejemplo, en el contexto de la guerra con Hamas, se dispara un cohete de Gaza, Israel manda la aviación y ataca una instalación. El título debería ser: «Hamas atacó Israel que le respondió». Pero no es así, titulan: «Israel ataca Gaza» y en un subtítulo o contenido en la historia se relata que fue en respuesta a una agresión del Hamas. ¿Por qué? Se percibe a los palestinos como las víctimas del conflicto y un poco también porque no hay un esfuerzo verdadero por tratar de comprender las causas fundamentales de este conflicto. Hay muchos periodistas profesionales que hacen un buen trabajo, pero tristemente Israel tiene mala prensa. Es resultante de una cultura de medios que no está reflejando con objetividad lo que ocurre en el terreno.
-¿Teme Israel el fin de los embargos a Irán a partir de que se cumplen los plazos del acuerdo?
-Me da la sensación que de sí. El primer ministro Benjamin Netanyahu es crítico del acuerdo y cree que puede terminar allanando el camino de Irán hacia la bomba, sobre todo porque el embargo militar termina en cinco años. Es poco tiempo. El de misiles de largo alcance es de ocho años; es muy poco. Tiene el temor de que Irán sea validado como socio creíble de la sociedad internacional, mientras que su conducta violenta no termina en Medio Oriente y en otras zonas. Lo dijo en las Naciones Unidas: «Yo creo que muchos de ustedes estarían menos entusiasmados con este acuerdo si Irán tuviera misiles apuntándoles a ustedes en vez de a nosotros», como tiene a través del Hezbollah y Hamas en Gaza y el Líbano y desde el propio Irán.