La Capital

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Por Julián Schvindlerman

  

La verdad sobre la guerra de los seis dias – 09/06/07

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Días atrás, el actual representante palestino ante la República Argentina, Farid F. Suwwan, y su antecesor en el cargo, Suhail Daher Akel, en una columna y una entrevista respectivamente, han presentado una imagen tan distorsionada y fraudulenta de la historia del pueblo israelí y palestino, así como de la historia del conflicto entre ellos, que difícilmente pueda una breve nota de réplica esclarecer mucho al respecto. No obstante, quisiera plasmar evidencia que ellos han desconsiderado y presentar una visión más realista, menos apasionada, y definitivamente más leal a la verdad histórica de los hechos referidos a la guerra de 1967.

Comencemos por recordar lo obvio: aún cuando el estado de Israel no ocupaba territorio hoy reclamado por los palestinos (Cisjordania, Gaza, Jerusalén oriental) y por los sirios (los Altos del Golán) -y hasta 1979 por los egipcios (el desierto del Sinaí ahora en manos egipcias)- el mundo árabe en su totalidad estaba planeando una ataque mortal contra el estado judío. Antes del estallido de la guerra de junio de 1967, Egipto había expulsado a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas que custodiaban la frontera entre aquél país e Israel, entabló una alianza militar con Siria, firmó un pacto de emergencia militar con Jordania, y movilizó tropas hacia el estado hebreo. Argelia, Irak, Libia, Arabia Saudita, Marruecos y Túnez -naciones árabes que no comparten fronteras con Israel- comenzaron a enviar soldados hacia allí. Para proteger a tres millones de israelíes de la masiva invasión anunciada por los líderes árabes y los ejércitos de 100 millones de árabes, Israel preventivamente atacó a sus vecinos y conquistó territorio que al finalizar la contienda ofreció retornar a cambio de paz. La respuesta árabe no tardó en llegar. Reunida la Liga Árabe en Kartún, capital de Sudán, emitió un comunicado famoso por su intransigencia: “No paz con Israel, no reconocimiento a Israel, no negociaciones con ella”.

En cuanto a los propios palestinos, recordemos que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fue creada en 1964, es decir, tres años antes de que un solo soldado israelí ingresara a Jerusalén oriental, la Franja de Gaza y Cisjordania, con el propósito de “liberar Palestina”; una Palestina que ya estaba “liberada” en realidad puesto que Gaza era gobernada por Egipto, y Jerusalén y Cisjordania por Jordania. Y recordemos esta frase exaltada del primer titular de la OLP, Ahmed Shuqayri, quién anunció en aquél entonces: “destruiremos a Israel y a sus habitantes, y en cuanto a los sobrevivientes -si hubiere- los botes están listos para deportarlos”. Y recordemos también que la OLP y sus denominados “luchadores por la libertad” estaban incesantemente atacando a población civil indefensa en Israel y posteriormente también en Francia, Alemania, Holanda y otras partes puesto que, en palabras de George Habbash, líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina, “creemos que matar a un judío lejos del campo de batalla es más efectivo que matar a cien judíos en el campo de batalla, porque atrae más atención”.

Una vez perdida la guerra por ellos declarada, y habiendo perdido territorios desde los que agobiaron a Israel con actos de terror por décadas, los propagandistas árabes y palestinos se han pasado los siguientes cuarenta años afirmando que el estado judío es expansionista y colonialista. Pero reflexionemos. Si éste fuera el caso, ¿se hubiera retirado unilateralmente Israel del Sur de El Líbano y de la Franja de Gaza, territorios desde los cuáles ha sido atacada antes y  después de su repliegue? ¿ Hubiera entregado el desierto del Sinaí (que supera ampliamente el tamaño de todo Israel) a Egipto en el marco del acuerdo de paz entre ambas naciones en 1979? ¿Le hubiera rogado a Jordania que no ingresara a la ofensiva árabe de 1967? Si Israel fuera expansionista y colonialista, ¿hubiera entablado negociaciones con los palestinos en 1993 con el objetivo de ir poniendo un fin gradual a la ocupación? ¿Es lógico tildar de expansionista  y colonialista a un país que se asienta sobre menos del 1% de todo el Medio Oriente?

Estos son los hechos incómodos que los diplomáticos árabes y palestinos prefieren ignorar.