Artículo publicado en Oxígeno (Bolivia)
La Paz, 07 de noviembre (Oxígeno).- El analista político internacional, escritor y conferencista Julián Schvindlerman llegó a la ciudad de La Paz, donde participó de la conferencia «Racismo y Marginación… 68 años después”, en el marco del 50 aniversario de la firma el Tratado del Elíseo entre Francia y Alemania para establecer bases nuevas entre ambos países, afectados por múltiples guerras.
La participación de Schvindlerman se produjo el pasado martes y con la intervención del argentino Ariel Seidler y del ex presidente Carlos Mesa culmina este jueves este ciclo de conferencias que se realiza desde las 09.00 hasta las 13.00 en la sala 10 del Multicine.
En entrevista con el periódico digital Oxígeno, Julián Schvindlerman explica que fue invitado por la Alianza Francesa, el Goethe-Institut, el Círculo Israelita para el seminario que recuerda los 50 años de la firma del Tratado y para hacer una reflexión sobre el racismo y la marginación que sufre aún hoy en día la comunidad judía, luego de la Segunda Guerra Mundial.
Oxígeno (Ox): ¿Por qué es tan importante el Tratado del Elíseo para ambos países?
Julián Schvindlerman (JS): El Tratado (del Elíseo) es muy importante para Alemania y Francia, es un ejemplo para la Unión Europea y todo un ejemplo para la comunidad internacional, porque Francia y Alemania que estuvieron en guerra durante mucho tiempo y se habían acumulado resentimientos importantes entre ambas poblaciones, tuvieron dos estadistas que tuvieron la capacidad, la credibilidad y la asertividad como para fomentar un cambio. Se trata de figuras como Charles de Gaulle o Konrad Adenauer.
Marca además la reconciliación histórica entre estos dos países, también es el puntapié para la conformación de la Unión Europea, porque se tomó el ejemplo en Europa que si dos países enemistados podían unirse de este modo, había oportunidad para la generación de un bloque más fraternal entre las comunidades europeas. Por otro lado es un modelo general porque muestra como dos enemigos pueden dar vuelta la página y aspirar a relaciones políticas más armoniosas
(Ox): ¿Cuántos años se cumplen desde la firma del Tratado?
(JS): El Tratado cumple 50 años, el evento al que fui llamado -no soy un europeísta- sino más bien por mi conocimiento del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial y de lo que significa la discriminación y el antisemitismo, mi contribución en el seminario fue hacer una reflexión sobre que se acaban de cumplir 68 años -este año- del fin de la guerra mundial, 75 esta misma semana de la Noche de los Cristales Rotos, la famosa ‘Kristallnacht’, la noche que los alemanes atacaron a los judíos en Austria y Alemania.
El mes pasado se cumplió [70 años de] la época de la deportación de los judíos de Roma y el rescate de los judíos [de Dinamarca], entonces en rigor se reunían varios aniversarios y se buscó hacer una reflexión colectiva sobre estos problemas y cuentas pendientes.
(OX): Por el racismo, la marginación y los ataques sufridos en la Segunda Guerra, ¿persisten las secuelas?
(JS).- El Holocausto ha dejado una gran enseñanza en el marco de comprender la importancia de la palabra, de la retórica, de la incitación, de la propaganda, lo que hemos visto se está replicando en otros países como Ruanda por ejemplo en los años 90 o en [otros] lados, donde esencialmente los nazis planeaban destruir a los judíos físicamente, […] el programa fue orientado a los judíos.
Antes debieron destruirlos en el campo de la opinión pública, en las cátedras que daban en las universidades, en las charlas que daban en las concentraciones de Núremberg, en los artículos de periódicos de Sturmer, donde se destruye la imagen del judío, entonces Auschwitz es el punto final, donde culmina la destrucción física, la aniquilación completa de quien ya fue aniquilado idealmente.
Yo creo que desde este punto es importante aprender que las palabras tienen consecuencias, que las incitaciones tienen consecuencias y es una alerta importante. Entonces si hoy escuchamos a un líder extremista decir cosas bárbaras, ya la alerta debe dispararse para comprender que el camino final puede ser muy grave y que éste es el momento de detenerlo.
Ox: ¿Los pueblos habrán aprendido la lección para no generar una Tercera Guerra Mundial?
(JS): Albert Einstein dijo que no sabía [como sería esa guerra] pero que la cuarta sería con arcos y flechas, como diciendo que el retroceso va a ser total por la destrucción total de la humanidad, [y también] porque la destrucción moral sería enorme.
Cuando se habla de una Tercera Guerra Mundial hay un preconcepto, que va a ser igual que la anterior, pero con armas más letales y puede ser algo diferente. Hoy en día es difícil pensar en una tercera guerra, porque si bien muchas lecciones no fueron aprendidas hay algunas que sí.
Creo que la guerra verdadera es una de índole ética, de índole educativa y moral. Hay que educar a las poblaciones en contra de la discriminación, de la marginación a favor del respeto, del otro, de la diversidad, pero no en el sentido de cliché, que no solo sea declarativo sino que de verdad deben haber programas educativos y que entren en la sociedad, que bajen a las bases porque a veces pasa que hay legislaciones que son muy nobles, pero que luego no se aplican, esta brecha tiene que acortarse.
(Ox): Los judíos tras la guerra emigraron a otros países, pero siguieron siendo discriminados ¿Por qué?
(JS); Hay comunidades judías, desde que los judíos europeos emigraron a otras latitudes y generalmente ha sido a países democráticos que los han acogido y les han dado la posibilidad de desarrollarse. No siempre fue en todos lados, pero mayormente sí, hay organizaciones judías que están dedicadas a combatir el antisemitismo, toda forma de discriminación, a concientizar a la ciudadanía a propósito de estos males, porque lo que hay que entender es que lo que comienza como un ataque contra los judíos no termina [con ellos].
En general los autoritarios, los tiranos [empiezan con] los judíos [pero] la pasan luego a los demás, porque lo que anida en su seno es una ideología extremista, aniquiladora, malvada. Si tenés un elemento de racismo en tu personalidad con seguridad va a ser más expansivo, entonces esto es importante, detectar estos primeros síntomas y alertarlos.
(Ox): ¿A raíz de que surge esta marginación o discriminación de los judíos?
(JS): Viene de hace tiempo, desde la Edad Media la Iglesia Católica marginó y expulsó [a los judíos] de una serie de oficios, además porque condenaba la usura, por cobrar interés del dinero prestado. Fue una época en la que se ven forzados a [ser prestamistas] y son acusados a dedicarse a eso. Esa es la gran paradoja, quedó desde entonces la impresión y fue perpetuada por la obra de Shakespeare ‘El mercader de Venecia’ donde el personaje Shylok presta dinero y quiere marcar al cristiano que no le paga.
Hay judíos ricos y en Hollywood son influyentes [así como] en las finanzas mundiales, pero no son los únicos, hay musulmanes que también lo son, hay cristianos influyentes en los mercados y si uno ve la proporción verá que la comunidad judía es minoritaria. Somos a nivel mundial 13 millones en un mundo de 6 mil millones.
Lo dijo Einstein, que era judío: ‘es mas difícil romper un prejuicio, que un átomo’.
(Ox). Sobre el racismo en Bolivia ha escuchado algo, ¿qué opinión le merece?
(JS).- Sé que hay problemas aquí como los hay en toda América Latina y el mundo, más podría hacerse, creo que el hecho de que un Presidente que surge de las clases indígenas, haya podido llegar a la presidencia de la nación, habla muy bien del país, del mismo modo que en los Estados Unidos, el ascenso de un hombre de raza negra habla muy bien del país, mujeres por ejemplo en Alemania o en Brasil y otros lados que también habla bien de un estado general de las sociedades más evolucionadas en materia de derechos humanos y diversidad, de dar oportunidad a los colectivos minoritarios. A la especificidad del tema de Bolivia no soy conocedor de tema.