Página Siete (Bolivia)

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Por Julián Schvindlerman

  

Ucrania no es un burdel – 12/03/14

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Fuck woman´s day! Con esta frase y una caricatura que muestra a una mujer pateando en la cara a un hombre arrodillado ante ella con un ramo de flores recibió al Día Internacional de la Mujer el grupo ultra-feminista ucraniano FEMEN. Su eslogan es “mi cuerpo es mi arma” y su ideología está expresada en la trinidad de palabras “sextremismo-ateísmo-feminismo”. El movimiento nació en Kiev en 2008 para luchar contra la explotación sexual de las mujeres en Ucrania, combatir “la ocupación masculina cultural, económica e ideológica” del mundo y promover una agenda anti-patriarcal global. Cobraron gran fama con sus provocadoras manifestaciones en las que mostraban sus jóvenes y hermosos cuerpos con mensajes feministas y denuncias políticas pintados sobre sus torsos desnudos.

Sólo el año pasado han llevado a cabo protestas en más de una docena de ciudades europeas, americanas e incluso en el Medio Oriente. Su retórica es anarco-belicista, repleta de términos como “sabotaje”, “ataque” y “combate” y la palabra “fascismo” la emplean muy regularmente, pero sus acciones son pacíficas. Al igual que sus hermanas en armas, las Pussy Riot rusas, estas ucranianas irrumpen sorpresivamente en los lugares menos esperados para publicitar su causa.

En el Vaticano se quejaron del Papa Ratzinger: “¡Cállate homofóbico!”. En Italia protestaron contra el entonces mujeriego premier: “¡Basta Berlusconi!”. En México denunciaron la inacción del partido gobernante ante los ataques a mujeres: “¡PRI: falo gigante!”. En España marcharon a favor del aborto con una consigna dirigida al arzobispo de Madrid, Antonio Varela, apodado Toño: “¡Toño, fuera de mi coño!”. En París clamaron: “¡Que el fascismo descanse en el infierno!”. En Davos, Suiza, lanzaron granadas de humo negro para alertar contra el sometimiento económico de la mujer.

En la apertura de la Berlinale se manifestaron contra la mutilación genital femenina en el mundo islámico. En París, frente a una mezquita quemaron banderas salafistas contra “aquellos que matan y violan en nombre de Alá” y frente al Instituto de Cultura Árabe realizaron lo que denominaron una “jihad de topless”. Ante la corte de justicia de Túnez efectuaron un acto de “sabotaje topless” para exigir la liberación de una integrante de FEMEN árabe encarcelada y bajo una fatua que pedía su muerte por haber subido fotos suyas mostrando sus pechos y fumando mientras leía un libro. Frente a la mezquita principal de Estocolmo se exhibieron al quitarse los hijabs que vestían con la consigna “¡Abajo el islamismo!”.

Durante un show televisivo en Hamburgo que trataba el tema del fútbol irrumpieron al grito “¡Boicot a la FIFA-mafia!”. También Interrumpieron la emisión en vivo del programa Germany´s next top model conducido por Heidi Klum (“ideóloga fascista de la moda”) y atacaron un desfile de Nina Ricci durante la Paris Fashion Week para condenar la “industria anti-humana de la moda”.

Era de esperar que si las cargaron contra la Iglesia, el Islamismo, la moda occidental y la FIFA, Vladimir Putin -ese macho que cuando no está cabalgando en las estepas rusas con sus pectorales expuestos se entretiene invadiendo Georgia y Ucrania- no quedaría exento de la furia de estas activistas. “El Putinismo es un peligro para la humanidad” dijeron, y en una reciente manifestación en Times Square pintaron sobre sus cuerpos “¡Al carajo con la ocupación de Putin!”. Para ellas él no es más que un discípulo de Stalin, el “santo patrono del totalitarismo”. Muchas veces terminan con sus huesos en la cárcel, maltratadas y abusadas.

El grupo tiene su propio portal que combina el diseño de arte con la denuncia ideológica por igual. Vale la pena echarle un vistazo (www.femen.org) y apreciar las imágenes poderosas de sus integrantes posando entre semidesnudas y disfrazadas, divulgando sus mensajes feministas indignados. Incluso tiene un e-shop que ofrece un libro firmado por su autora, tazas, gorros y remeras (¡hay para hombres!) estampadas con frases del tipo “nudité-lutte-liberté” y “el punto G existe… en la boca”. Además del e-shop tiene un par de contradicciones. FEMEN fue fundada por un hombre, Victor Svyatski, hoy alejado del grupo, y al menos una de sus miembros que durante el día grita por los derechos de la mujer y clama contra la explotación sexual, de noche trabaja como stripper en un bar. “Ucrania no es un burdel” fue una de las consignas contra la prostitución en su tierra e inspiración del título de un documental presentado en el último festival de cine de Venecia.

Esperaré ansioso su llegada a las salas de América Latina.