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Infobae, Infobae - 2016

Infobae

Por Julián Schvindlerman

  

¿Islamofobia o Islamofilia? – 16/01/16

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Paris, 7 de enero. El mismo día y a la misma hora que, un año atrás, dos islamistas atacaron el semanario Charile Hebdo asesinando a una docena de periodistas, Alí Sallah -un joven de unos veinte años de edad, oriundo de Marruecos, emigrado a Europa- se abalanzó contra un grupo de policías blandiendo un enorme cuchillo de carnicero al grito árabe de “Alá es Grande”. Tras ser abatido, se encontraron entre sus pertenencias un falso cinturón explosivo, una reivindicación manuscrita en árabe en apoyo a Abu Bakr al-Bagdadi y una bandera dibujada del ISIS. A pesar de los inequívocos signos del caso, para la Ministra de Justicia de Francia, Christiane Taubira, no se trató de un atentado islamista sino del acto de un “desequilibrado”. En la que bien podría haber sido una declaración cómicamente absurda del inspector Jacques Clouseau, aseguró: “Lo que deducimos a través de lo que conocemos de este individuo es que no hay ningún vínculo con la radicalización violenta”.

A lo largo del año pasado, un hombre de negocios fue decapitado en una fábrica química cerca de Lyon, un atentado islamista fue frustrado a bordo de un tren de alta velocidad entre Ámsterdam y París, y una serie coordinada de ataques a bares, restaurantes, un estadio de fútbol y una sala de conciertos dejó 130 muertos y cientos de heridos en la capital francesa. El lunes 11 del corriente, un adolecente musulmán atacó con un machete a un profesor judío en Marsella. Tras su arresto, el menor dijo que actuó en nombre de Alá e ISIS puesto que “los musulmanes de Francia deshonran al Islam y el ejército protege a los judíos”. ¿Podrá esto dar mayor contexto a las acciones del “desequilibrado”, Madame Taubira?

Filadelfia, 8 de enero. Un afroamericano barbudo vistiendo una dishdasha (túnica usada por musulmanes devotos) avanzó hacia un patrullero estacionado y disparó las trece balas del cargador de su pistola contra un oficial de la policía quién, seriamente malherido y a pesar de haber sido tomado por sorpresa, logró defenderse y neutralizar al atacante. Luego trascendió que éste se llama Edward Archer, tiene treinta años, es norteamericano y que en 2011 realizó la peregrinación a La Meca y al año siguiente viajó a Egipto. Interrogado en custodia, se definió como un seguidor de Alá, expresó lealtad al ISIS y protestó que la policía defendía leyes contrarias al islam. “Esa es la razón por la que lo hice” admitió. Sin embargo, para el alcalde de Filadelfia, Kim Kenney, se trató apenas de un acto criminal enteramente desvinculado del jihadismo. Ante un micrófono, pronunció: “De ninguna manera, modo o forma alguien en esta sala cree que el islam o la enseñanza el Islam” tiene algo que ver con el ataque. “Este fue un criminal con un arma de fuego robada que intentó matar a uno de nuestros oficiales. No tiene nada que ver con ser musulmán o seguir la fe musulmana”.

El demócrata Kenney debe haber leído el memo del Pentágono de noviembre del 2009, cuando Nidal Hasan -un psiquiatra musulmán del ejército estadounidense, hijo de inmigrantes palestinos- asesinó a treces colegas e hirió a otros treinta y dos en un ataque a tiros en la base militar de Fort Hood, Texas. Hasan asistía a la mezquita Dar al-Hijra, en la que el imán yemení-estadounidense miembro de Al-Qaeda Anwar al-Awulaki era predicador y con quien intercambió varios emails años antes de que un drone americano lo liquidara en 2011 en el Medio Oriente. En esa correspondencia, Hasan preguntó al-Awlaki cuando era permisible la jihad y si inocentes podían ser asesinados en un ataque suicida. “No puedo esperar a reunirme con usted» en el Más Allá le escribió al reclutador de Al-Qaeda en otro mail. Para el gobierno de Barack Obama, no obstante, lo que ocurrió en Texas ese año no fue un atentado islamista sino un hecho de “violencia laboral”. Así fue oficialmente clasificado el incidente.

Colonia, 1 de enero. Alrededor de mil hombres “de aspecto árabe y norafricano” conforme describirían luego víctimas y testigos, desplazándose en grupos, acosaron, manosearon, abusaron sexualmente -y en al menos dos ocasiones violaron- a centenares de mujeres en Colonia, Hamburgo, Fráncfort, Stuttgart y Berlín. Aparentemente, la mayor concentración de incidentes ocurrió en Colonia, donde la policía local reportaba sobre la Nochebuena: “Ambiente alegre. Las celebraciones discurrieron en su mayor parte pacíficas”. Ante las denuncias acumuladas (ya van más de quinientas), el ministerio regional del interior ofreció enviar refuerzos pero el Jefe de la Policía de Colonia los rechazó y durante los siguientes días ocultó la procedencia de los agresores. El canal de televisión público ZDF puso una veda informática al respecto: por cuatro largos días no informó a la sociedad alemana sobre los graves acontecimientos para evitar, a su criterio, una estigmatización de la inmigración árabe-africana. Cuando la realidad ya no pudo ser más negada, la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, extravagantemente recomendó a las mujeres un “código de conducta” y mantenerse alejadas de los hombres. Alemania quedó consternada.

Desafortunadamente, no ha sido este el primer caso que involucra acoso sexual de hombres musulmanes contra mujeres occidentales en Europa que es silenciado por los zares de la corrección política. El año pasado estalló un escándalo en Suecia cuando se supo que la policía había censurado un informe interno de acosos en masa perpetrados por inmigrantes del Medio Oriente durante un festival el verano boreal pasado. Análogamente, provocó gran conmoción en la sociedad británica un caso masivo de explotación sexual infantil en el que unas 1.400 chicas inglesas fueron abusadas, golpeadas y violadas durante más de dieciséis años por hombres de ascendencia paquistaní, entre 1997 y 2013. La policía y los servicios sociales ignoraron tres reportes diferentes que ponían en evidencia los maltratos por temor a «dar oxígeno a las perspectivas racistas», tal como consignó la investigación independiente sobre el caso.

Evidentemente, para las elites bienpensantes la preocupación central de nuestros días pasa por persuadir a la opinión pública de que la violencia islamista no tiene nada que ver con el islam. A estas alturas ya estamos acostumbrados a los pronunciamientos de rigor respecto de que las agresiones efectuadas por extremistas musulmanes de modo alguno deben ser relacionadas a su fe. Sin la menor duda, este es un debate legítimo. Lo que no parece válido es pretender anular el debate por completo negando la identidad religiosa de los terroristas o acosadores y sus actos aberrantes.

Varios

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Por Julián Schvindlerman

  

Entrevista con Diario Río Negro (Neuquén) – 08/01/16

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Schvindlerman: «La raíz del conflicto con Palestina es la educación»
Autor: Mario Rojas

El analista político internacional mostró su pesimismo acerca de una solución de mediano plazo para el enfrentamiento entre Israel y los árabes, hasta que no se modifique una cultura bélica que permea la educación de los niños palestinos. El temor por el acuerdo nuclear entre potencias e Irán.

El analista político internacional, escritor y conferencista Julián Schvindlerman se refirió a los sistemas educativos de Palestina e Israel y manifestó su pesimismo sobre que en el mediano plazo se pueda llegar a un esquema de paz.

El autor de libros vinculados a los temas israelíes estuvo en Neuquén y habló del temor que existe en Medio Oriente a partir de que se levanten los embargos a Irán una vez que se cumplan los plazos de los acuerdos para evitar que ese país tenga la bomba atómica. Parafraseó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien en las Naciones Unidas dijo que si el resto de los países tuviera misiles apuntándoles estarían preocupados por el acuerdo.

Schvindlerman posee una licenciatura en Administración de la Universidad de Buenos Aires y una maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Es autor de los libros «Triángulo de infamia: Richard Wagner, los nazis e Israel», «Roma y Jerusalén: la política vaticana hacia el Estado judío» y «Tierras por Paz, Tierras por Guerra», así como de los ensayos «Introducción al Nuevo Antisemitismo» y «El Otro Eje del Mal: antinorteamericanismo, antiisraelismo y antisemitismo».

-¿Por qué no es optimista en que el conflicto Israel-Palestina tenga una salida mediata?

-Hay una gran disparidad entre cómo se educa en Israel y en las zonas de Palestina en relación con la paz y el futuro. Del lado de Israel, más allá de los reclamos territoriales y zonas en conflicto, la educación es a favor de la paz. Los textos escolares, las canciones, las películas de Israel ponen mayormente el acento en el día en que haya paz. «Hatikva», «La esperanza», es el himno nacional de Israel; fue escrito hace mucho tiempo pero hay un himno informal que es «Cantale a la paz», una canción famosa que representa a Israel. Del lado palestino, tristemente, hay un currículo educativo, adoptado por la Autoridad Palestina durante el proceso de paz, cuando reclamaron tener sus propios textos para educar a sus chicos, no usar los de Israel ni Jordania. Fueron armando un currículo. Algunos textos tienen contenidos bestiales, con mucho odio a los judíos. En mi primer libro lo tengo documentado. Hay un texto que dice: «¿Cuál es el centro para la eternalización de las mentiras», y la respuesta del crucigrama es el Museo del Holocausto de Israel. Tienen exclamaciones de que toda la tierra es Palestina, del río Jordán al mar Mediterráneo, que los judíos se atribuyen características muy temerosas, cobardes, engañadores, que con ellos no se puede hacer paz. Todo el tiempo es así. Entonces uno dice: bueno, los resultados están acá. ¿Por qué puede un chico de veinte años tomar un puñal y salir a matar un israelí en la calle? Porque durante veinte años de proceso de paz fueron educados de esa manera. Hasta que esto no cambie, no tiene sentido hablar de asentamientos, frontera, etc; esta es la raíz del conflicto.

-¿Qué opinión tiene de los acuerdos que pretendió firmar el gobierno con Irán?

-En el caso del pacto con Irán, son muchas naciones firmando, supuestamente para contener el programa nuclear. No hay nada oscuro, uno puede cuestionar el pacto pero la declaración ostensible es que queremos evitar que Irán tenga el arma nuclear. En el caso argentino es otra cosa. La Argentina fue víctima del terrorismo iraní, entonces el Poder Ejecutivo que se inmiscuye en una causa judicial, cosa que no se puede constitucionalmente, involucra a los perpetradores del atentado en la resolución de la causa judicial. Esto es como si Estados Unidos hubiera invitado a Al Qaeda a la investigación de los atentados del 11 de septiembre de 2001. No tiene sentido. Declarativamente el gobierno argentino alegó que era para que los iraníes vengan a rendir cuentas acá, para que haya verdad y justicia, etc. Da la impresión de que era todo lo contrario, lo que se quería era remover la causa AMIA como un escollo a la relación bilateral, para que florezca el comercio y un acercamiento diplomático. Dentro del intercambio económico con Irán es poco, pero llegó a ser de 1.500 millones de dólares en el gobierno de Cristina Fernández y no es poco en un gobierno desesperado de dólares que sale a perseguir arbolitos en la calle Florida de Buenos Aires. Es un indicio de que puede ser un dinero importante. El gobierno anterior tenía una visión tercermundista de las relaciones internacionales. Cuando Argentina negoció no estaba el acuerdo nuclear con Irán. Fue un desacierto el memorándum del gobierno, que tuvo la mala fe de no declarar cuál era la verdadera intención a las víctimas y a la sociedad argentina.

-¿Por qué Israel tiene mala prensa cuando hay algún atentado?

-Me lo pregunté mil veces. La verdad, no digo que sea el caso del diario «Río Negro», pero muchos periódicos son tendenciosos, muchas agencias de noticias son parciales. Lo digo con el conocimiento de causa; yo conozco lo que ocurre ahí y no siempre se reflejan los hechos cómo son realmente. Por ejemplo, en el contexto de la guerra con Hamas, se dispara un cohete de Gaza, Israel manda la aviación y ataca una instalación. El título debería ser: «Hamas atacó Israel que le respondió». Pero no es así, titulan: «Israel ataca Gaza» y en un subtítulo o contenido en la historia se relata que fue en respuesta a una agresión del Hamas. ¿Por qué? Se percibe a los palestinos como las víctimas del conflicto y un poco también porque no hay un esfuerzo verdadero por tratar de comprender las causas fundamentales de este conflicto. Hay muchos periodistas profesionales que hacen un buen trabajo, pero tristemente Israel tiene mala prensa. Es resultante de una cultura de medios que no está reflejando con objetividad lo que ocurre en el terreno.

-¿Teme Israel el fin de los embargos a Irán a partir de que se cumplen los plazos del acuerdo?

-Me da la sensación que de sí. El primer ministro Benjamin Netanyahu es crítico del acuerdo y cree que puede terminar allanando el camino de Irán hacia la bomba, sobre todo porque el embargo militar termina en cinco años. Es poco tiempo. El de misiles de largo alcance es de ocho años; es muy poco. Tiene el temor de que Irán sea validado como socio creíble de la sociedad internacional, mientras que su conducta violenta no termina en Medio Oriente y en otras zonas. Lo dijo en las Naciones Unidas: «Yo creo que muchos de ustedes estarían menos entusiasmados con este acuerdo si Irán tuviera misiles apuntándoles a ustedes en vez de a nosotros», como tiene a través del Hezbollah y Hamas en Gaza y el Líbano y desde el propio Irán.

Comunidades, Comunidades - 2016

Comunidades

Por Julián Schvindlerman

  

La perra de Bibi contra Hamas e ISIS: ¿Dónde está la noticia? – 06/01/16

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Cuando el Primer Ministro de Israel adoptó una perra el pasado mes de julio, no podía haber imaginado que el can pronto se convertiría en un símbolo de lo que está mal en la siempre complicada relación entre la prensa internacional y el Estado judío. La perra Kaiya ganó notoriedad mundial a comienzos de diciembre cuando mordió a dos invitados durante las festividades de Jánuca realizadas en la residencia de Benjamín Netanyahu. “Kaiya enterró sus dientes el miércoles en Sharren Haskel, integrante del Parlamento, y en el esposo de Tzipi Hotovely, viceministra del Exterior, ambas integrantes del partido Likud. Ninguno de los dos fue herido de gravedad. Las ciudades israelíes aíslan por 10 días a los perros que muerden a personas”, reflejó un típico reporte de los tantos que cubrieron el hecho. Otros complementaron la noticia con las lamentaciones de Sara, la esposa del premier, acerca de la necesidad de recluir al cuadrúpedo, y con el compromiso asumido por Bibi de revisar esas leyes inclementes con los canes. Fotografías de Kaiya al lado de su amo hallaron su lugar en el limitado espacio de los medios masivos de comunicación. La noticia tuvo alcance global.

También en diciembre, la prensa israelí informó que Hamas en Gaza y el ISIS en el Sinaí cooperan logísticamente. Conforme reportó Yediot Aharonot: “El brazo armado de Hamas en la Franja de Gaza ha estado transfiriendo decenas de miles de dólares mensuales a la rama en el Sinaí del grupo Estado Islámico durante el año pasado”. El movimiento fundamentalista palestino está pagando a militantes de ISIS en Egipto para asegurar el ingreso de armas hacia Gaza desde las zonas desérticas controladas por los hombres de Abu Bakr al-Baghdadi. Los envíos incluyen equipamiento militar y el material necesario para el rearmado de la infraestructura militar de Hamas. El grupo palestino ha brindado entrenamiento a sus hermanos yihadistas egipcios y les ha enviado misiles antitanque de avanzada aptos para atacar botes y vehículos militares egipcios. La colaboración se ha extendido al campo sanitario: terroristas heridos del ISIS han sido atendidos en hospitales gazatíes y médicos palestinos han viajado al Sinaí a curar a los combatientes sunitas de Alá.

Oficiales de seguridad egipcios han notado que sólo gracias al apoyo monetario y profesional de Hamas pudo el ISIS allí convertirse en un grupo bien entrenado y bien armado de más de ochocientos hombres a partir de la banda desordenada de beduinos que era inicialmente. Shadi al-Menei lideró a Ansar Bayt al-Maqdis, afiliada a Al Qaeda en el Sinaí hasta su traspaso de lealtad al ISIS. Es el hombre más buscado por las autoridades egipcias. Recientemente hizo una visita secreta y prolongada a la Franja de Gaza. En julio, ISIS llevó a cabo el mayor ataque registrado en el Sinaí desde la guerra árabe-israelí de 1973, cuando atentó contra puestos de control egipcios que dejaron un saldo de 64 soldados, 90 yihadistas y cuatro civiles muertos, además de otros 55 uniformados heridos. Oportunamente, Infobae reportó que el brazo armado de Hamas, las brigadas Izz ad-Din al-Qassam, promovían este enlace con ISIS en desafío al liderazgo político de la organización, que objetaba —aunque toleraba— tal acercamiento.

Este desarrollo tiene implicancias estratégicas —la alianza servirá al Hamas en caso de una nueva guerra contra Israel, pudiendo atacar Eilat desde el Sinaí, por ejemplo—; de política interna —pues presuntamente divide al bureau político del ala militar—; y de geopolítica regional —Hamas recibe apoyo financiero de Irán, quien está combatiendo al ISIS en Siria e Irak y ha estado contando con Hamas para erigir un frente de contención a estos islamistas en la frontera entre Gaza y Egipto. De manera que este asunto novel ofrece pasta periodística de primer nivel. Es un acontecimiento muy relevante que concierne a palestinos, israelíes, egipcios, iraníes y al ISIS. El villano que está enfrentando a Turquía, Rusia, Francia, Estados Unidos y medio mundo más. Sin embargo, la noticia fue groseramente sub-reportada.

Célebremente, mucho tiempo atrás un editor de diario postuló: “Si un perro muerde a un hombre, no es noticia. Si un hombre muerde a un perro, eso sí que es noticia”. Este aforismo periodístico alude a la noción de que eventos atípicos e infrecuentes son más noticiables que acontecimientos cotidianos. Sostiene la idea de que un hecho raro concitará más atención pública que uno común y corriente. A menos, claro está, que el perro que muerde sea israelí. En tal caso, este legendario postulado de la prensa engravado en piedra y de aplicabilidad universal, repentinamente pierde su valor. Toda regla tiene su excepción. Y como no podía ser de otra manera, periodísticamente Israel la corporiza.

Varios

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Por Julián Schvindlerman

  

El movimiento BDS desenmascarado – 01/16

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Revista de los Amigos Uruguayos de la Universidad Hebrea de Jerusalem – Enero 2016

Quienes creemos que el antisionismo y el antiisraelismo son formas contemporáneas de antisemitismo -meros reciclajes posmodernos de un odio añejo que, a diferencia de un buen vino, el paso del tiempo simplemente lo empeora- debemos distinguir entre la legítima crítica política a Israel y la ilegítima crítica antisemita a Israel. Usualmente, tenemos que presentar ejemplos, algunos descarnados, otros sutiles, para validar nuestra tesis, apelar a distinciones teóricas, cuidarnos de las generalizaciones y más regularmente que no, deber refutar algún típico contraejemplo que no hace más que confirmar la regla. A veces, no obstante, en un rapto de sobre-entusiasmo antijudío, son los propios antisemitas los que nos regalan un caso de esos que se tornan al instante en paradigmáticos. El pasado mes de agosto, el movimiento BDS nos ofrendó un modelo que ya puede ser visto como un clásico del género.

El hecho sucedió en el contexto de un encuentro internacional de reggae en España. Rototom Sunsplash lleva por nombre un festival anual de arte y música que reúne a referentes del reggae bajo una propuesta de “paz, igualdad, derechos humanos y justicia social” según se anunciaba. El evento contaba con invitados de setenta y tres países de los cinco continentes. No había participantes israelíes a los que boicotear, de manera que uno puede entender la frustración del BDS País Valencià, la filial local del infame movimiento global a favor del boicot, la desinversión y las sanciones contra Israel y sus ciudadanos. No pudiendo hallar un israelí al que atacar, los integrantes de BDS País Valencià las cargaron contra un músico judío estadounidense, Matthew Paul Miller, más conocido como Matisyahu, al que exigieron, por medio de los organizadores, un pronunciamiento político previo a su arribo a favor de un estado palestino. Matisyahu no respondió. Después de haber «buscado en repetidas ocasiones el diálogo frente a la falta de disponibilidad del artista para dar una declaración clara contra la guerra y el derecho del pueblo palestino a su propio Estado», explicaron los organizadores del Rototom Sunsplash, decidieron expulsar al único músico judío invitado al festival que ellos mismos habían definido de “paz, igualdad, derechos humanos y justicia social”.

Subrayemos la palabra igualdad. Ningún otro músico fue presionado a cuestionar las políticas de ningún país para poder dar un concierto en el festival. No se le exigió al presentador -el sudanés Sami al-Hajj, ex preso de Guantánamo- que marcara postura sobre las políticas genocidas de Omar al-Bashir; ni al jamaiquino Andrae Jay Sutherland se le pidió que criticara la violencia anti-gay de su nación; ni se esperó que Rubén Koroma de los Refugees All Stars de Sierra Leone denunciara la guerra civil de su tierra; ni se reclamó a la británica Hollie Cook que cuestionara la participación de Londres en la guerra de Irak. De un universo de músicos provenientes de docenas de países, sólo al judío se lo apartó para un cuestionamiento específico. Ante la reacción mundial adversa, Matisyahu fue readmitido.

Fue curioso que prácticamente al mismo tiempo que el estado español estaba ofreciendo otorgar la ciudadanía a los descendientes de los judíos expulsados durante la Inquisición, la organización de un festival financiado con fondos públicos expulsara al único partícipe judío, y que la causa fuese su negativa a condenar a Israel. En el siglo XV, un judío en España debía probar su pureza de sangre para ser aceptado en la sociedad; ahora, en el siglo XXI, un judío debía probar su pureza ideológica para ser admitido a un festival cultural. Los hechos fueron cristalinos y el corolario, evidente. El BDS País Valencià persuadió a los organizadores del Rototom Sunsplash que era válido boicotear a un músico judío para castigar políticamente a Israel. No supieron, no pudieron o no quisieron distinguir entre un judío y un israelí. Lo cual apenas sorprende: estos antisemitas no pretenden defender los derechos de los palestinos sino emplear su causa como un vehículo para hostigar a los judíos, sean israelíes o no.

En su portal, el Rototom Sunsplash proclama: “¡La paz gana! Gracias amantes de la paz”. No amigos, gracias a ustedes por clarificar tan brutalmente que la distinción entre antiisraelismo y antisemitismo es inexistente.

Varios

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Por Julián Schvindlerman

  

Entrevista con Vis-a-Vis – 04/01/16

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Julián Schvindlerman: “Israel ha optado por no enredarse en los entuertos serios entre suníes y chiíes”

El analista político internacional, Julián Schvindlerman, dialogó en exclusiva con la CADENA JUDÍA DE INFORMACIÓN VIS A VIS acerca del conflicto que se generó entre Arabia Saudita e Irán tras el asesinato del clérigo chiíta, Nemer-al Nemer, que desató la furia de ciudadanos iraníes que incendiaron la embajada saudí en Teherán. Además, se refirió acerca de cómo queda posicionado Israel ante este conflicto y de quiénes son los beneficiados con este conflicto entre sunitas y chiítas.

– Con la ruptura de las relaciones diplomáticas entre algunos países árabes e Irán, ¿qué panorama se presenta para el futuro cercano? ¿Se va a recrudecer el conflicto?

– Ha llegado a un pico de tensión una situación de prolongada confrontación -abierta y encubierta- entre Ryhad y Teherán. Arabia Saudita ejecutó días atrás a casi medio centenar de hombres acusados de terrorismo, mayormente sunitas, y varios de ellos miembros de Al-Qaeda. También mató a un clérigo chií muy prominente, llamado Nemer al-Nemer. A éste se le atribuía pertenencia a Hezbolá al-hejaz, un grupo armado en la provincia oriental de Arabia y lealtad ideológica al (difunto) ayatolá Khomeini, y haber declarado ilegítima a la monarquía de Saúd. El gobierno saudí tiene un pésimo récord en cuanto a derechos humanos, pero es igualmente claro que Nemer al-Nemer no era un pacifista. La reacción iraní fue permitir que manifestantes atacaran la embajada saudí en Teherán y su policía intervino tardíamente. En respuesta, Ryhad cortó lazos diplomáticos. El trasfondo es la puja religiosa y política entre suníes y chiíes y los Estados que los representan y respaldan, a saber, Arabia e Irán primordialmente.

– ¿Cuánto influye el acuerdo nuclear firmado entre Irán y Estados Unidos, y el combate contra el Estado Islámico? ¿Qué rol tiene Rusia en este conflicto?

– Arabia Saudita ve con mucho recelo este acuerdo pues eleva el estatus de Irán como miembro legítimo de la comunidad internacional, a pesar de ser una tiranía clerical promotora de terrorismo regional. Además sospecha que el acuerdo no impedirá que el país persa acceda a la bomba nuclear, un gran temor de la monarquía saudita bajo el trasfondo de su competencia política y religiosa histórica con este adversario chií. El grupo Estado Islámico es un enemigo común pero más lo es de Irán pues es sunita y además desafía al régimen de Damasco, aliado de Irán. Algunos miembros ricos de la Casa de Saúd han financiado a grupos integristas, a su vez, de manera que la ecuación no es enteramente limpia en ningún lado. En el lío geopolítico actual en Medio Oriente, Rusia está más emparentada en sus intereses con Irán que con los de Arabia Saudita.

– Ante esta situación tensa, ¿Cómo queda posicionado Israel? ¿Crees que va a tomar un posicionamiento contra el régimen iraní o se va mantener pasivo?

– Israel hasta el momento ha optado por no enredarse en los entuertos serios entre suníes y chiíes. Ha buscado preservar su integridad territorial, evitar un derrape de los conflictos hacia su territorio y sabotear los esfuerzos iraníes en armar a Hamas y Hezbollah. Jerusalén monitorea con alta inquietud los desarrollos complejos de su vecindario, balanceando la necesidad de mantenerse a salvo de múltiples amenazas, del deseo de no verse arrastrada hacia estas confrontaciones.

– Se sabe que en Latinoamerica hay células terroristas como Hezbollah que responden a los chiítas ¿Crees que eso puede activar para generar conflictos en Medio Oriente?

– Los agentes de Irán y Hezbollah tienen presencia en América Latina y hace poco hubo supuestos esfuerzos iraníes en atentar contra la embajada israelí en Uruguay. Pero parece lógico imaginar que Irán, a quien Hezbollah responde, no estará interesado en adicionar otro frente complicado en el mundo a los que ya tiene en Medio Oriente. El pacto nuclear a priori induciría al régimen ayatolá a no activar estas células aquí, aunque no siempre la racionalidad o la prudencia han guiado las políticas de Irán.

– ¿Quiénes se benefician con este conflicto?

– Irán y Rusia están apoyando a los enemigos de Arabia Saudita en el Medio Oriente, especialmente en Siria, pero Irán también buscó desestabilizar Bahrein y Yemen en el pasado, y Ryahd acudió en su defensa. La monarquía saudí sostiene una política petrolera que ha llevado a una caída significativa del precio del barril, a menos de 40 dólares, lo que daña las economías de Irán y Rusia, ambos importantes productores. Moscú y Teherán confluyen en su interés en debilitar geopolíticamente a Ryhad.

Infobae, Infobae - 2015

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Por Julián Schvindlerman

  

La perra de Bibi contra Hamas e ISIS ¿Dónde está la noticia? – 18/12/15

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Cuando el Primer Ministro de Israel adoptó una perra el pasado mes de julio, no podía haber imaginado que el can pronto se convertiría en un símbolo de lo que está mal en la siempre complicada relación entre la prensa internacional y el Estado judío. La perra Kaiya ganó notoriedad mundial a comienzos de diciembre cuando mordió a dos invitados durante las festividades de Jánuca realizadas en la residencia de Benjamín Netanyahu. “Kaiya enterró sus dientes el miércoles en Sharren Haskel, integrante del Parlamento, y en el esposo de Tzipi Hotovely, viceministra del Exterior, ambas integrantes del partido Likud. Ninguno de los dos fue herido de gravedad. Las ciudades israelíes aíslan por 10 días a los perros que muerden a personas”, reflejó un típico reporte de los tantos que cubrieron el hecho. Otros complementaron la noticia con las lamentaciones de Sara, la esposa del premier, acerca de la necesidad de recluir al cuadrúpedo, y con el compromiso asumido por Bibi de revisar esas leyes inclementes con los canes. Fotografías de Kaiya al lado de su amo hallaron su lugar en el limitado espacio de los medios masivos de comunicación. La noticia tuvo alcance global.

También en diciembre, la prensa israelí informó que Hamas en Gaza y el ISIS en el Sinaí cooperan logísticamente. Conforme reportó Yediot Aharonot: “El brazo armado de Hamas en la Franja de Gaza ha estado transfiriendo decenas de miles de dólares mensuales a la rama en el Sinaí del grupo Estado Islámico durante el año pasado”. El movimiento fundamentalista palestino está pagando a militantes de ISIS en Egipto para asegurar el ingreso de armas hacia Gaza desde las zonas desérticas controladas por los hombres de Abu Bakr al-Baghdadi. Los envíos incluyen equipamiento militar y el material necesario para el rearmado de la infraestructura militar de Hamas. El grupo palestino ha brindado entrenamiento a sus hermanos yihadistas egipcios y les ha enviado misiles antitanque de avanzada aptos para atacar botes y vehículos militares egipcios. La colaboración se ha extendido al campo sanitario: terroristas heridos del ISIS han sido atendidos en hospitales gazatíes y médicos palestinos han viajado al Sinaí a curar a los combatientes sunitas de Alá.

Oficiales de seguridad egipcios han notado que sólo gracias al apoyo monetario y profesional de Hamas pudo el ISIS allí convertirse en un grupo bien entrenado y bien armado de más de ochocientos hombres a partir de la banda desordenada de beduinos que era inicialmente. Shadi al-Menei lideró a Ansar Bayt al-Maqdis, afiliada a Al Qaeda en el Sinaí hasta su traspaso de lealtad al ISIS. Es el hombre más buscado por las autoridades egipcias. Recientemente hizo una visita secreta y prolongada a la Franja de Gaza. En julio, ISIS llevó a cabo el mayor ataque registrado en el Sinaí desde la guerra árabe-israelí de 1973, cuando atentó contra puestos de control egipcios que dejaron un saldo de 64 soldados, 90 yihadistas y cuatro civiles muertos, además de otros 55 uniformados heridos. Oportunamente, Infobae reportó que el brazo armado de Hamas, las brigadas Izz ad-Din al-Qassam, promovían este enlace con ISIS en desafío al liderazgo político de la organización, que objetaba —aunque toleraba— tal acercamiento.

Este desarrollo tiene implicancias estratégicas —la alianza servirá al Hamas en caso de una nueva guerra contra Israel, pudiendo atacar Eilat desde el Sinaí, por ejemplo—; de política interna —pues presuntamente divide al bureau político del ala militar—; y de geopolítica regional —Hamas recibe apoyo financiero de Irán, quien está combatiendo al ISIS en Siria e Irak y ha estado contando con Hamas para erigir un frente de contención a estos islamistas en la frontera entre Gaza y Egipto. De manera que este asunto novel ofrece pasta periodística de primer nivel. Es un acontecimiento muy relevante que concierne a palestinos, israelíes, egipcios, iraníes y al ISIS. El villano que está enfrentando a Turquía, Rusia, Francia, Estados Unidos y medio mundo más. Sin embargo, la noticia fue groseramente sub-reportada.

Célebremente, mucho tiempo atrás un editor de diario postuló: “Si un perro muerde a un hombre, no es noticia. Si un hombre muerde a un perro, eso sí que es noticia”. Este aforismo periodístico alude a la noción de que eventos atípicos e infrecuentes son más noticiables que acontecimientos cotidianos. Sostiene la idea de que un hecho raro concitará más atención pública que uno común y corriente. A menos, claro está, que el perro que muerde sea israelí. En tal caso, este legendario postulado de la prensa engravado en piedra y de aplicabilidad universal, repentinamente pierde su valor. Toda regla tiene su excepción. Y como no podía ser de otra manera, periodísticamente Israel la corporiza.

Comunidades, Comunidades - 2015

Comunidades

Por Julián Schvindlerman

  

París bajo ataque: algunas reacciones inauditas – 09/12/15

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Tras los atentados islamistas contra periodistas de la revista Charlie Hebdo y clientes en un supermercado kósher en Paris a inicios de año, los franceses recurrieron en masa a la lectura del Tratado sobre la tolerancia escrito por Voltaire en 1763. Oportunamente señalé en una publicación española que uno debiera ser disculpado por pensar que, dado que los perpetradores habían sido musulmanes y las víctimas francesas, quizás quienes debían leer esa obra eran los musulmanes más que los franceses», pero luego de renovados atentados jihadistas cometidos en Paris el mes pasado, esta vez contra comensales en restaurantes y asistentes a salas de conciertos, veo que la situación se repite. Según informó la prensa, el libro Paris era una fiesta de Hemingway (que narra el estilo de vida bon vivant de una Paris de antaño) pasó de vender diez ejemplares diarios a mil quinientos, y el tema clásico de John Lennon, Imagine, subió del puesto diez al dos de las canciones más bajadas y escuchadas de internet.

Supongo que es natural que un pueblo agredido responda con mecanismos de defensa psicológicos y que halle refugio simbólico en un mundo ideal y utópico. Más extraño -y preocupante- resulta ver a líderes mundiales reaccionar infantilmente.

A la Ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallstrom, le preguntaron en una entrevista con la televisión SVT2 de su país acerca del potencial radicalismo de los jóvenes musulmanes suecos. Esta fue su respuesta: «Por supuesto que tenemos motivo de preocupación, no sólo en Suecia sino en todo el mundo, porque hay tantos que se radicalizaron Y además, nos recuerda la situación en el Oriente Medio, donde los palestinos ven que no hay futuro para ellos y tienen que aceptar una situación desesperada o recurrir a la violencia». Et voilà, el ISIS mata a los franceses porque los israelíes oprimen a los palestinos. Las obsesiones políticas del establishment sueco -¿y europeo?- no se curan fácilmente.

Luego está el lapsus freudiano del Secretario de Estado John Kerry, pronunciado en conferencia de prensa: «Hay algo diferente acerca de lo que ocurrió a partir de Charlie Hebdo, y creo que todo el mundo siente eso. Había una especie de enfoque particularizado y tal vez incluso una legitimidad en términos de, no una legitimidad, sino una lógica de que usted podría apegarse de alguna manera y decir, bien, ellos están realmente enojados por esto y aquello. Este viernes fue absolutamente indiscriminado. No era para afligir un sentido particular de mal. Fue para aterrorizar a la gente». Vaya. ¿Quiso decir el señor Kerry que asesinar a periodistas en una oficina es de algún modo legítimo, o más lógico, que asesinar a paseantes en un café? A continuación, el máximo diplomático norteamericano mencionó a las víctimas del fundamentalismo islámico. ¿A qué no adivina a quienes dejó afuera? Léalo usted mismo: «¿Cuál es la plataforma? ¿Cuál es la queja? ¿Que no somos ellos? Matan a personas a causa de lo que son y matan a la gente debido a lo que ellos creen. Y es indiscriminado. Matan chiíes. Matan yazidis. Matan cristianos. Matan drusos. Matan ismailis. Matan a cualquiera que no es de ellos y no se compromete a ser eso». Uno puede esperar de Mahmoud Abbas que omita a los israelíes entre las víctimas del islamismo, como usualmente hace con sus proclamas generales abstractas que muchos periodistas aceptan como válidas condenas al terror. ¿Pero el Secretario de Estado de Estados Unidos?

El Papa Francisco, desafortunadamente, también derrapó en su respuesta al barbarismo perpetrado en la Ciudad Luz. Pronunciándose entre la masacre en Francia y los atentados en Mali, dio unas palabras de condena contra los traficantes de armas: «Por todas partes hay guerra hoy día, hay odio ¿Y qué queda? ¡Ruinas, quedan miles de chicos sin educación, tantas muertes de inocentes! Y tanto dinero en los bolsillos de los traficantes de armas. ¡Malditos!». Este retorno a los años sesenta con Bob Dylan y su canción Señores de la guerra como emblema puede esperarse de un adolescente enfadado. De un líder espiritual de la talla de Francisco uno anhelaría escuchar una condena inequívoca hacia los verdaderos criminales aquí, es decir, los terroristas musulmanes fundamentalistas.

Decir que mientras no haya claridad conceptual para combatir al jihadismo difícilmente se podrá derrotarlo es, a estas alturas, una obviedad. Afortunadamente existe John Podesta, el jefe de la campaña presidencial de Hillary Clinton, quien ofreció hace poco esta pizca de sabiduría en Twitter:

«La estrategia de Hillary para derrotar al ISIS:

✓Derrotar al ISIS en Siria y en Irak

✓Interrumpir y desmantelar la Infraestructura terrorista

✓Reforzar Nuestras defensas»

Evidentemente, si Hillary gana las próximas elecciones estaremos salvados.

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

Apóstatas hebreos en la historia – 12/15

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Artículo publicado en Revista Cultura (AMIA)
Año 1 N° 2

A lo largo de su historia, los judíos han debido afrontar el atroz dilema de las conversiones forzosas, el exilio o la muerte. De manera emblemática, durante la Inquisición española, muchos judíos fingieron haberse convertido al cristianismo para sobrevivir al día mientras que por la noche tenían una vida judía. En siglos posteriores especialmente, hubo judíos que eligieron convertirse voluntariamente al cristianismo. Su acto fue un desafío -de hecho, un cachetazo- al espíritu de Jánuka que hoy conmemoramos; fiesta que celebra el triunfo de la vitalidad judía por sobre las tentaciones asimilacionistas del entorno. Tales casos marcaron un posicionamiento individual. Está claro que la respuesta colectiva del pueblo judío ante las presiones o tentaciones del entorno gentil ha sido siempre la de reafirmar su identidad religiosa y perpetuar su singular legado al mundo.

La Europa del siglo XIX presenció un auge de estas conversiones. Solo entre 1812 y 1846, alrededor de cuatro mil judíos se convirtieron al cristianismo. Al proporcionar la cifra con los 123.000 judíos que vivían en Prusia solamente por ejemplo, entonces el guarismo empalidece, pero es, no obstante, indicativo de la presión social del entorno hacia la asimilación total. Aquél siglo fue testigo del pasaje de varios prominentes judíos al cristianismo, tales como el poeta Heinrich Heine, el pianista Gustav Mahler, el músico Giacomo Meyerbeer, el discípulo de Franz Liszt Hermann Cohen, el escritor Benjamin Disraeli (bautizado a la edad de trece años), el compositor Félix Mendelsohn (también bautizado de niño) y el filósofo social Karl Marx (confirmado cristiano a los quince años). Estos judíos y tantos otros émulos de su tiempo veían el bautismo como “el ticket de entrada a la comunidad de cultura europea”, en palabras del propio Heine. Con típico humor judío, algo parecido aseguró el arqueólogo Daniel Chwolson, converso a la ortodoxia rusa. Cuando le preguntaron si su ingreso a la iglesia había sido motivado por la convicción o la conveniencia, respondió: “He aceptado el bautismo completamente por convicción; la convicción de que es mejor ser un profesor en la Academia de San Petersburgo que un melamed en Eisheshok”.

El padre de Marx, Heinrich, cuyo nombre original era Hirschel ha-Levi, era hijo de un rabino y descendiente de estudiosos talmúdicos de muchas generaciones. Se casó con Henrietta Pressburg, oriunda de Hungría y cuyo padre se ordenó rabino en Nijmegen, Holanda. Heinrich recibió una educación laica, obtuvo una licenciatura en derecho, se separó de su familia y con el tiempo también de su religión. Su hijo Karl siguió su camino espiritual y lo exacerbó, llegando a escribir de manera hostil contra los judíos.

En este mismo linaje de auto-odio se inscribe Friedrich Stahl. Nacido como Joël Jolson, ingresó a la iglesia luterana en 1819, se hizo profesor de derecho eclesiástico en la Universidad de Berlín y se erigió en líder del antisemita Partido Conservador Cristiano. El periodista austríaco judío Arthur Trebitsch sentía profundo desprecio por su condición. Se convirtió al cristianismo y llegó al extremo de instar a los alemanes a no ceder en su lucha contra los judíos: «¡Permaneced firmes! ¡No tengáis piedad! ¡Ni siquiera conmigo!». Tras su muerte, Hitler recomendó a un conocido: «Lea cada frase que ha escrito. Ha desenmascarado a los judíos como nadie más lo hizo». Hijo de un acaudalado empresario de la seda, estuvo bajo la influencia de su compañero judío Otto Weininger y del teórico racial británico Houston Stewart Chamberlain, de quienes tomó una ideología nacionalista y antisemita radical. Weininger ofrece un caso interesante en la saga de la patología del auto-odio. Fue un antisemita de tales dimensiones -“el judaísmo es el mal radical” escribió- que consideró insuficiente la anulación espiritual del judío que en él vivía por medio de la conversión al protestantismo y optó por exterminarlo físicamente por medio del suicidio: a los veintitrés años de edad se pegó un tiro en el pecho, en la misma habitación vienesa en la que había fallecido Ludwig van Beethoven.

No ha sido inusual que judíos que abandonaron su fe se transformaran en antisemitas furibundos. Mucho más atrás en el tiempo, los apóstatas Petrus Alfons, Nicholas Donin, Pablo Christiani, Avner de Burgos, Guglielmo Moncada y Alessandro Franceschi se erigieron en fieros enemigos de los judíos. Tras su conversión al catolicismo en la segunda mitad del siglo XIX, los mellizos Auguste y Iosef Lemann fueron sacerdotes activos en el Primer Concilio Vaticano, en el cual circularon un Postulatum que exhortaba a los judíos a ver la luz de Jesús. Excepcionalmente, ha habido espacio para la teshuva: Csanád Szegedi, vicepresidente del nacionalista y xenófobo partido húngaro Jobbik -diminutivo de Jobbik Magyarországért Mozgalom (Movimiento por una Hungría Mejor)- descubrió en 2013 que tenía antepasados judíos, abandonó su militancia antisemita y halló cobijo en Jabad Lubavitch. Si bien nunca se había convertido, había vivido como un cristiano.

En el contexto traumático de la Shoá, hubo judíos que optaron por trocar la Torá por el Evangelio y, a diferencia de los judíos judeófobos antes citados, buscaron reconciliar al judaísmo con el cristianismo. Uno de los casos más extraordinarios de apostasía voluntaria en la modernidad fue sin duda el del Gran Rabino de Italia, Israel Zolli.

El 13 de febrero de 1945, él y su esposa fueron bautizados en una pequeña capilla cercana a la Iglesia de Santa María degli Angeli, y su hija se les sumaría unos meses más tarde. Hasta apenas 24hs antes, había estado oficiado como rabino. Según voceros vaticanos, la conversión nació en un espíritu de gratitud al Papa Pío XII, quién había ayudado al rabino y a su familia a ocultarse de los nazis. Aparentemente, Zolli había jurado que si sobreviviría al Holocausto, se convertiría. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial lo hizo bajo el nuevo nombre de “Eugenio María”, en honor a Eugenio Pacelli (Pío XII). Además escribió un libro sobre el antisemitismo que incluye un capítulo de defensa de las gestiones vaticanas a favor de los judíos de Roma durante la ocupación nazi de la ciudad, publicado por Anonimas Veritas Editrice, una editorial católica de Roma.

Voceros judíos de la época atribuyeron la conversión a una disputa feroz entablada entre la comunidad judeo-italiana y Zolli. Cuando los alemanes invadieron Roma, el rabino y su familia hallaron refugio en las casas de unas familias católicas, primero, y presuntamente en el propio Vaticano, después. Al finalizar la guerra, quiso recuperar su trabajo pero los judíos de Roma consideraban que él había abandonado a su comunidad y se opusieron. Eventualmente lo obtuvo por decisión del coronel Charles Poletti, el gobernador militar de Roma designado por los norteamericanos. Confrontaciones entre el rabino y los judíos romanos se sucedieron hasta que, finalmente, en enero de 1945 Zolli renunció al puesto. Tres semanas después abandonó el judaísmo.

La versión del propio Zolli fue que su motivación había sido puramente espiritual. En una entrevista concedida en 1950 al periódico israelí Maariv, elaboró acerca de las razones de su conversión vinculándolas al “conocimiento del catolicismo y mi amor por Cristo y por los Evangelios”. En un libro autobiográfico de 1954 titulado Antes del Amanecer, publicado por una editorial católica de Nueva York, y supuestamente incentivado a la idea de escribir sobre las circunstancias de su conversión por Giovanni Cicognani, entonces delegado apostólico en Washington y luego Secretario de Estado en el Vaticano, el rabino converso afirmó que sus primeras meditaciones sobre Jesús comenzaron a los doce años en Austria, para concluir en una visión trascendental que experimentó cuarenta años después en Italia, durante el Iom Kippur de 1944. Zolli había mostrado interés intelectual en ambas religiones anteriormente. Luego de finalizar sus estudios rabínicos, y mientras oficiaba como rabino en Trieste, Zolli enseñó sobre la “Teología del Viejo y Nuevo Testamento” en la Universidad de Padua. En 1935 escribió una tesis titulada “La Sagrada Alianza entre la literatura del Viejo y Nuevo Testamento”, y en 1938 publicó un libro titulado “El Nazareno” que trataba acerca de la vida de Jesús como judío. Una vez bautizado, Zolli enseñó literatura hebrea y bíblica en el Instituto Pontifico Bíblico de Roma. Murió en 1956, el mismo día que Pío XII cumplía ochenta años.

Otro ejemplo destacado lo personifica Edith Stein, también conocida como Teresa Benedicta de la Cruz, una judía que se hizo monja carmelita en 1922 y fue canonizada por la Iglesia Católica en 1998. Stein nació en Breslav en el seno de una familia hebrea ortodoxa el día del Iom Kippur de 1891. Tras estudiar filosofía se apartó del judaísmo e ingresó al catolicismo. Forzada por los nazis a abandonar la docencia, se incorporó a un convento carmelita en 1933. Tomó sus votos católicos en expiación por la “no-creencia” del pueblo judío y continuó dedicada a la reflexión filosófica. Tras la Kristallnacht huyó a Holanda primero y a Suiza después pero debió retornar a Holanda donde fue apresada por la Gestapo. Murió en Auschwitz en 1942. Aun tras su conversión, Stein siguió considerándose judía: “El retorno a Dios me hizo sentir judía de nuevo” se le atribuye haber dicho. Dijo sobre ella Juan Pablo II durante una homilía de beatificación en un estadio de fútbol lleno de 75.000 fieles, en 1987:

“En el campo de exterminio ella murió como una hija de Israel ´por la gloria del más santo nombre´ y, al mismo tiempo, como la Hermana Teresa Benedicta de la Cruz, literalmente, ´bendecida por la cruz´… Para Edith Stein, el bautismo como una cristiana bajo ningún punto de vista significó un quiebre con su herencia judía… esta gran mujer judía y cristiana experimentó el martirio…”.

Las palabras del difunto Papa resultarán extrañas para un lector judío. La definió como una “hija de Israel”, si bien Stein dejó el judaísmo. Dijo que ella murió “por la gloria del más santo nombre”, frase tomada del hebreo Kidush ha-Shem que en la liturgia judía refiere a los mártires que a lo largo de la historia dieron sus vidas por mantenerse fieles al judaísmo, lo opuesto de lo que hizo Stein. La caracterizó como una “gran mujer judía y cristiana”, una simultaneidad religiosamente imposible desde una óptica judía, pero no extemporánea para el cristianismo. Así, el cardenal Jean-Marie Lustiger, judío converso al catolicismo, aseguró que él se seguía viendo a sí mismo como un judío luego de ser designado arzobispo de París en 1981. Hijo de inmigrantes polacos, nacido con el nombre de Aarón, pasó los años de la ocupación nazi de Francia oculto junto a su hermana en el hogar de una mujer católica. Ambos fueron bautizados por propia voluntad. Aun ostentando el cargo de arzobispo dijo: “Para mí esta nominación era como si, repentinamente, el crucifijo comenzó a vestir una estrella amarilla”. En otra entrevista afirmó: “Yo nací judío, y por ende permanezco como tal, incluso si ello es inaceptable para muchos”. En su funeral se recitó el Kadish.

También está el caso de Oswald Rufeisen, un cura católico del monasterio carmelita Stella Maris, de Haifa, que demandó legalmente al Estado de Israel en 1962 para obtener reconocimiento como judío. Más comúnmente conocido como el Hermano Daniel, nació en Polonia donde activó en movimientos juveniles sionistas. Sobrevivió a la guerra uniéndose a la policía (puesto que empleó para salvar judíos) y escondiéndose en un convento católico, donde decidió ser bautizado y abrazar el sacerdocio. En 1959 emigró a Israel como un monje carmelita y solicitó la ciudadanía, llevando su caso a la justicia en 1962. Dijo a un periodista: “Mi religión es católica pero mi origen étnico es y siempre será judío… No acepté el cristianismo para dejar a mi pueblo. Él se agregó a mi judaísmo. Me siento judío”. La Corte Suprema israelí denegó su pedido, fallando que era imposible ser un cura católico y un judío al mismo tiempo.[*]

El común denominador a estos conversos fue su creencia en que la aceptación de Jesús como el Mesías e Hijo de Dios lejos de negar su judaísmo, lo complementaba. Su renacimiento espiritual representó un retorno a los tiempos de Saúl de Tarso y los primeros cristianos, que fueron todos ellos judíos.

Más cerca de nuestros tiempos, ha habido judíos que se han volcado al cristianismo por razones diferentes de las de sus hermanos apóstatas del pasado. Con su transformación religiosa no buscaron ser aceptados por la sociedad gentil, ni interiorizaron el discurso legendario de los antisemitas para convertirse en uno de ellos, ni respondieron a una coyuntura negra con agudas crisis de fe, ni pretendieron evangelizar con su ejemplo. Simplemente se convirtieron y punto. El cantante y compositor judío Bob Dylan, nacido como Robert Allen Zimmerman, se hizo cristiano en 1979, editó dos discos religiosos en los que proclamaba la palabra de Dios y un par de años más tarde retornó al judaísmo. Su derrotero sorprendió tanto a judíos como a gentiles. En 1965 había dicho que “simplemente yo no tengo religión ni filosofía” y al año siguiente dijo estar buscando “la salvación, apenas la simple salvación”. Trece años después halló a Jesús y al cabo de dos años enfiló hacia Jabad Lubavitch. Sus fans estaban desconcertados. Como dijera uno de ellos en 1979:

“Nada garantiza más desprecio en los círculos del rock´n´roll que un hombre que se pone religioso. Quiero decir, les pagamos a estos tipos para que visiten el infierno y nos traigan de vuelta diapositivas en colores y ahí van y se resbalan hacia el cielo. Es una violación grave de contrato”.

[*] En sentido contrario, el profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalem Sergio Minerbi, quien también halló refugio en un monasterio italiano durante el Holocausto, relató a este articulista años atrás: “Los curas salvaron mi cuerpo, cuando quisieron salvar mi alma dejé el lugar”. Abraham Foxman, quien fuera por décadas director nacional de la Anti-Defamation League (ADL), durante los años de la guerra quedó al cuidado de su niñera polaca católica, quien lo bautizó, llevó a orar a la iglesia y educó como un católico. “Me acuerdo incluso que escupía a los judíos en la calle… [Si] me hubiese quedado con mi niñera quizás hoy en día fuese un sacerdote o un cardenal, quién sabe” dijo este año al diario español La Vanguardia.