Todas las entradas de: adminJS2021

La Prensa (Panamá)

La Prensa (Panamá)

Por Julián Schvindlerman

  

Cuando el guason condeno al pingüino – 01/12/15

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Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedican a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbolá (“Partido de Alá”), Hamás (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y la Yihad Islámica Palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”), cuyos nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado de Hamás declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidas en París (…) Déjennos proclamar nuestra consigna bien alto: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y localidades, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La Yihad Islámica Palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó que eran “la continuación de una saga de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe del ISIS] en más de un país, comprendemos mejor lo que es esta tragedia”.

Varios medios de comunicación presentaron la noticia sin el menor matiz, tratándola como una curiosidad política. Pero sin contexto ni análisis que acompañara tales expresiones el lector desprevenido podía quedar bajo la impresión equivocada de que un espasmo de pacifismo cubrió a los camaradas ideológicos del ISIS. Hezbolá es un movimiento chií enemistado mortalmente con los combatientes sunitas de Abu Baker al Bagdadi y pelean cuerpo a cuerpo contra ellos en Siria. En París operaron islamistas que activaron sus cinturones con explosivos, matando así a docenas de personas. ¿Adivine qué grupo terrorista asesinó a soldados franceses en el Líbano en los años ochenta por medio de atacantes suicidas? Así es, el mismísimo Hezbolá, que en la década siguiente repitió la hazaña dos veces en la misma ciudad, Buenos Aires, contra diplomáticos israelíes y contra ciudadanos argentinos. Hamás es sunita, pero busca distanciarse del salvajismo del ISIS para preservar ante la opinión pública biempensante europea su imagen prístina de luchador contra el ocupante sionista en la Franja de Gaza. ¿Recuerda qué grupo terrorista inauguró la modalidad del terrorismo suicida contra pizzerías, universidades y autobuses en Israel, veinte años atrás? Así es, el mismísimo Hamas, que apenas el año pasado lanzó miles de misiles contra ciudades israelíes. En cuanto a los guerreros santos de la Yihad Islámica Palestina, digamos que cuando no están lanzando cohetes están aplaudiendo los apuñalamientos que sus correligionarios cometen contra hombres, mujeres y niños en Israel.

¿Se entiende el punto?

El hecho fue periodísticamente relevante, sin duda alguna. Podría decirse que era una nota inusual. De color, inclusive. Pero no era complicado darse cuenta de que se trataba de lágrimas vertidas por cocodrilos. ¿Es mucho pedirle a Vicki Vale que cuando ve al Guasón condenar las fechorías del Pingüino en Ciudad Gótica se muestre, cuando menos, escéptica?.

La Prensa (Panamá)

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Por Julián Schvindlerman

  

La intifada de la mentira -17/10/15

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Los acontecimientos en Israel y Palestina se suceden con extrema velocidad. Antes de que nos percatemos, nos vemos sobrepasados por una avalancha de información que desorienta. Por varios días ya, jóvenes palestinos, aparentemente desvinculados de agrupaciones terroristas, han estado atacando a israelíes con piedras, puñales, destornilladores, bombas molotov y los han embestido con sus vehículos, en un frenesí de violencia radical que preanuncia una nueva, tercera, intifada. Quizás estemos en ese momento bisagra a partir del cual todo empeora, en el que cada día arroja otra tragedia que se suma a la del día anterior, dando forma a un ciclo de violencia cada vez mayor, difícil de parar y menos aún de comprender. Es este, entonces, el momento justo para preguntarnos cómo ha comenzado este lío. Prestemos atención ahora, antes de que -atrapados en el tsunami de datos, análisis, opiniones- olvidemos la génesis, enteramente evitable, de este festival de odio
insensato.

Todo empezó con una mentira. Una mentira flagrante, malintencionada y peligrosa, lanzada con descaro por líderes palestinos y árabes-israelíes. En las vísperas del Año Nuevo judío, miembros del Movimiento Islámico en Israel se atrincheraron, armados, en la Mezquita Al-Aqsa, a la espera de que religiosos judíos fuesen a rezar a la explanada que las alberga para atacarlos. (Las mezquitas fueron construidas sobre las ruinas del templo hebreo edificado por el Rey Salomón). La policía israelí los dispersó y la patraña surgió: los judíos quieren dañar las mezquitas santas del islam. Arrojar semejante acusación infundada en la región más religiosa y conflictiva del mundo es un acto de irresponsabilidad e incitación extraordinario. Eso sólo bastó para encender la mecha. Luego, el gobierno palestino en Cisjordania, Hamas en Gaza, y parlamentarios árabes y miembros del Movimiento Islámico de Israel echaron más leña al fuego con otras provocaciones.

El jeque Muhamad Sallah instó, cuchillo en mano, desde el atrio de la mezquita Al-Abrar en la Franja de Gaza: “¡Apuñalen! Oh jóvenes de Cisjordania… córtenlos en partes”. El parlamentario de Hamas, Mushir Al-Masri, blandiendo un puñal clamó ante una multitud en Khan Yunis: “El puñal es nuestra elección. El puñal simboliza la batalla de Cisjordania y Jerusalén”. La agrupación Fatah, del presidente palestino Mahmoud Abbas, publicó folletos que celebran como “mártires” a palestinos que han asesinado a israelíes; los folletos llevan las fotos de Abbas y Arafat. Integrantes del Comité Central de Fatah, entre ellos Nabil Shaath, ex negociador principal de la Autoridad Palestina, fueron a dar sus condolencias a la familia de Mohamed Halabi, quien días antes mató a dos israelíes. La Asociación de Abogados Palestinos concedió una membresía honoraria post-mórtem a este joven matador. Los parlamentarios árabe-israelíes Hanin Zohabi, Basel Ghattas y Ayman Odeh participaron en manifestaciones palestinas en las que se coreó «sacrificaremos nuestras vidas por la Mezquita Al-Aqsa».

Y en las vísperas de que todo estallara, el presidente palestino, desde el podio de las Naciones Unidas, anunció dramáticamente al mundo entero que los Acuerdos de Oslo -los que rigieron las relaciones palestino-israelíes por las últimas dos décadas- estaban caducos.

Recordemos este momento. Recordemos este instante en que la hoguera fue encendida. Recordemos quién la prendió y quien alentó su difusión. Antes de que las llamas de la violencia se hayan elevado a proporciones infernales y muchas más familias de palestinos e israelíes queden enlutadas por sus muertos, antes de que la prensa internacional nos inunde con sus reportes y las naciones del mundo envíen a sus diplomáticos con urgencia, recordemos. Recordemos cómo empezó esta nueva, caprichosa, inútil y mentirosa intifada.

La Prensa (Panamá)

La Prensa (Panamá)

Por Julián Schvindlerman

  

El tango diplomático de Argentina e Irán 08/02/13

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Argentina decidió iniciar contactos con las autoridades iraníes para resolver, como afirmó la Presidenta, ‘los temas pendientes vinculados al ataque terrorista a la sede de la AMIA’.

Por Julián Schvindlerman

Cristina Fernández ha llevado un poco lejos su vocación tercermundista. Ella siempre se ha sentido más cómoda entre pares del mundo subdesarrollado que con sus contrapartes del primer mundo. Así, las relaciones de Argentina son tensas con Gran Bretaña, España y Estados Unidos, pero diáfanas con Cuba, Angola e Indonesia.

Durante una reciente visita a Vietnam, la Presidenta se vistió como guerrillera del Vietcong, hizo turismo aventura por los túneles de Cu Chi y alabó a Ho Chi Minh: “Es el padre de la patria, el San Martín de Vietnam”. En un viaje de años atrás a Libia, halagó a Muammar Gaddafi: “Yo también, al igual que el líder de la nación Libia, he sido militante política; desde muy jóvenes hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes”. Ahora ha decidido acercarse al Irán de Mahmud Ahmadineyad.

El domingo pasado, la señora Fernández envió 19 tuits (curioso modo de comunicación presidencial) en los que anunció que un “acuerdo histórico” había sido alcanzado entre Buenos Aires y Teherán con relación a la causa AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). La noción de que Buenos Aires dialogue con Irán sobre este tema es problemática en al menos dos aspectos cruciales y para abordarlos es necesario recordar un poco la historia.

En 1994, agentes al servicio de Irán explotaron la sede de la comunidad judía de la Argentina, provocaron la muerte a 85 personas (mayormente argentinos y también bolivianos, polacos y chilenos) e hirieron a otras 300. Luego de años de investigación, la justicia argentina acusó al régimen ayatolá de haber planeado el ataque y solicitó a Interpol la emisión de circulares de captura internacional contra los implicados, entre quienes hay figuras de alto rango del actual gobierno, así como de previos gobiernos del país persa.

A casi 20 años del hecho y de insistentes reclamos, el Gobierno argentino decidió iniciar contactos con las autoridades iraníes para resolver, como afirmó la Presidenta en uno de esos tuits, “los temas pendientes vinculados al ataque terrorista a la sede de la AMIA”. Se anunció que una “comisión de la verdad” sería establecida, formada por expertos extranjeros propuestos por ambos países, que emitirá una “recomendación” luego de estudiar el caso.

Los dos problemas principales con este anuncio son, en primer lugar, que, como indicó oportunamente el Centro Simón Wiesenthal, convocar a Irán a cooperar en la resolución de un caso de terror en el que ese país estuvo involucrado es equivalente a que Estados Unidos hubieran invitado a Al Qaeda a colaborar en la investigación sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001, y, en segundo lugar, que el poder Ejecutivo nacional no puede ni debe intervenir en una causa judicial abierta. Irán debe acatar, no negociar, los requerimientos de la justicia argentina.

Que este anuncio fue hecho el Día Internacional de Recordación del Holocausto agregó ofensa al daño inicial: el régimen iraní es el máximo negador del Holocausto en la actualidad.

Para entender el acercamiento entre las partes es importante comprender sus posibles motivaciones. Para la República Islámica de Irán, dar finalmente por superado el escollo de la causa AMIA en su relación con la República de Argentina es un componente de su plan para profundizar su infiltración política, económica y militar en América Latina. Irán vio correctamente que el Gobierno argentino tenía afinidades ideológicas con los liderazgos del llamado Eje Bolivariano (receptivo a Irán) y reforzó su apuesta en pos del acercamiento bilateral. Ninguna otra nación de la región podía legitimar la presencia de Irán aquí a la luz de haber padecido en suelo soberano dos atentados terroristas planeados por Teherán.

Al consentir el inicio de diálogo, la República de Argentina ha marcado un giro espectacular en su diplomacia. Bajo una mirada hiperrealista dio prioridad a las relaciones comerciales y políticas con Irán frente al reclamo de justicia. Según informó el diario Clarín, las exportaciones argentinas al país persa aumentaron un 234% desde que Cristina Fernández asumió la Presidencia en 2007, y el 1000% si se compara con la situación a 2005, cuando su marido gobernaba. En 2010 fue un año récord al alcanzar las exportaciones un total de mil 453 millones de dólares, meses después de la peor crisis económica mundial desde 1930.

Pero el mercado iraní representa menos del 1.5% de las ventas totales del país al resto del mundo, lo que sugiere que la ideología –la visión Sur–Sur del Gobierno– debe ser también un factor de peso. Para que florezca la relación, pasó entonces a ser imperativo correr de lado la traba de la justicia. Y así la causa AMIA fue abandonada.

Para suavizar el hecho, el acuerdo fue anunciado con invocaciones a la memoria y a la verdad. Pero, como un buen tango, tiene el aura de la tragedia a su alrededor.

Originalmente publicado en Página Siete (Bolivia)

Página Siete (Bolivia)

Página Siete (Bolivia)

Por Julián Schvindlerman

  

Cuando el guasón condenó al pingüino – 30/11/15

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Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedican a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbolá (“Partido de Alá”), Hamás (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y la Yihad Islámica Palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”), cuyos nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado de Hamás declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidas en París (…) Déjennos proclamar nuestra consigna bien alto: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y localidades, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La Yihad Islámica Palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó que eran “la continuación de una saga de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe del ISIS] en más de un país, comprendemos mejor lo que es esta tragedia”.

Varios medios de comunicación presentaron la noticia sin el menor matiz, tratándola como una curiosidad política. Pero sin contexto ni análisis que acompañara tales expresiones el lector desprevenido podía quedar bajo la impresión equivocada de que un espasmo de pacifismo cubrió a los camaradas ideológicos del ISIS. Hezbolá es un movimiento chií enemistado mortalmente con los combatientes sunitas de Abu Baker al Bagdadi y pelean cuerpo a cuerpo contra ellos en Siria. En París operaron islamistas que activaron sus cinturones con explosivos, matando así a docenas de personas. ¿Adivine qué grupo terrorista asesinó a soldados franceses en el Líbano en los años ochenta por medio de atacantes suicidas? Así es, el mismísimo Hezbolá, que en la década siguiente repitió la hazaña dos veces en la misma ciudad, Buenos Aires, contra diplomáticos israelíes y contra ciudadanos argentinos. Hamás es sunita, pero busca distanciarse del salvajismo del ISIS para preservar ante la opinión pública biempensante europea su imagen prístina de luchador contra el ocupante sionista en la Franja de Gaza. ¿Recuerda qué grupo terrorista inauguró la modalidad del terrorismo suicida contra pizzerías, universidades y autobuses en Israel, veinte años atrás? Así es, el mismísimo Hamas, que apenas el año pasado lanzó miles de misiles contra ciudades israelíes. En cuanto a los guerreros santos de la Yihad Islámica Palestina, digamos que cuando no están lanzando cohetes están aplaudiendo los apuñalamientos que sus correligionarios cometen contra hombres, mujeres y niños en Israel.

¿Se entiende el punto?

El hecho fue periodísticamente relevante, sin duda alguna. Podría decirse que era una nota inusual. De color, inclusive. Pero no era complicado darse cuenta de que se trataba de lágrimas vertidas por cocodrilos. ¿Es mucho pedirle a Vicki Vale que cuando ve al Guasón condenar las fechorías del Pingüino en Ciudad Gótica se muestre, cuando menos, escéptica?.

La Prensa (Nicaragua)

La Prensa (Nicaragua)

Por Julián Schvindlerman

  

Cuando el guasón condenó al pingüino – 29/11/15

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Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedican a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbolá (“Partido de Alá”), Hamás (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y la Yihad Islámica Palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”), cuyos nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado de Hamás declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidas en París (…) Déjennos proclamar nuestra consigna bien alto: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y localidades, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La Yihad Islámica Palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó que eran “la continuación de una saga de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe del ISIS] en más de un país, comprendemos mejor lo que es esta tragedia”.

Varios medios de comunicación presentaron la noticia sin el menor matiz, tratándola como una curiosidad política. Pero sin contexto ni análisis que acompañara tales expresiones el lector desprevenido podía quedar bajo la impresión equivocada de que un espasmo de pacifismo cubrió a los camaradas ideológicos del ISIS. Hezbolá es un movimiento chií enemistado mortalmente con los combatientes sunitas de Abu Baker al Bagdadi y pelean cuerpo a cuerpo contra ellos en Siria. En París operaron islamistas que activaron sus cinturones con explosivos, matando así a docenas de personas. ¿Adivine qué grupo terrorista asesinó a soldados franceses en el Líbano en los años ochenta por medio de atacantes suicidas? Así es, el mismísimo Hezbolá, que en la década siguiente repitió la hazaña dos veces en la misma ciudad, Buenos Aires, contra diplomáticos israelíes y contra ciudadanos argentinos. Hamás es sunita, pero busca distanciarse del salvajismo del ISIS para preservar ante la opinión pública biempensante europea su imagen prístina de luchador contra el ocupante sionista en la Franja de Gaza. ¿Recuerda qué grupo terrorista inauguró la modalidad del terrorismo suicida contra pizzerías, universidades y autobuses en Israel, veinte años atrás? Así es, el mismísimo Hamas, que apenas el año pasado lanzó miles de misiles contra ciudades israelíes. En cuanto a los guerreros santos de la Yihad Islámica Palestina, digamos que cuando no están lanzando cohetes están aplaudiendo los apuñalamientos que sus correligionarios cometen contra hombres, mujeres y niños en Israel.

¿Se entiende el punto?

El hecho fue periodísticamente relevante, sin duda alguna. Podría decirse que era una nota inusual. De color, inclusive. Pero no era complicado darse cuenta de que se trataba de lágrimas vertidas por cocodrilos. ¿Es mucho pedirle a Vicki Vale que cuando ve al Guasón condenar las fechorías del Pingüino en Ciudad Gótica se muestre, cuando menos, escéptica?.

La Nación (Costa Rica)

La Nación (Costa Rica)

Por Julián Schvindlerman

  

Cuando el guasón condenó al pingüino – 29/11/15

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Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedican a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbolá (“Partido de Alá”), Hamás (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y la Yihad Islámica Palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”), cuyos nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado de Hamás declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidas en París (…) Déjennos proclamar nuestra consigna bien alto: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y localidades, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La Yihad Islámica Palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó que eran “la continuación de una saga de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe del ISIS] en más de un país, comprendemos mejor lo que es esta tragedia”.

Varios medios de comunicación presentaron la noticia sin el menor matiz, tratándola como una curiosidad política. Pero sin contexto ni análisis que acompañara tales expresiones el lector desprevenido podía quedar bajo la impresión equivocada de que un espasmo de pacifismo cubrió a los camaradas ideológicos del ISIS. Hezbolá es un movimiento chií enemistado mortalmente con los combatientes sunitas de Abu Baker al Bagdadi y pelean cuerpo a cuerpo contra ellos en Siria. En París operaron islamistas que activaron sus cinturones con explosivos, matando así a docenas de personas. ¿Adivine qué grupo terrorista asesinó a soldados franceses en el Líbano en los años ochenta por medio de atacantes suicidas? Así es, el mismísimo Hezbolá, que en la década siguiente repitió la hazaña dos veces en la misma ciudad, Buenos Aires, contra diplomáticos israelíes y contra ciudadanos argentinos. Hamás es sunita, pero busca distanciarse del salvajismo del ISIS para preservar ante la opinión pública biempensante europea su imagen prístina de luchador contra el ocupante sionista en la Franja de Gaza. ¿Recuerda qué grupo terrorista inauguró la modalidad del terrorismo suicida contra pizzerías, universidades y autobuses en Israel, veinte años atrás? Así es, el mismísimo Hamas, que apenas el año pasado lanzó miles de misiles contra ciudades israelíes. En cuanto a los guerreros santos de la Yihad Islámica Palestina, digamos que cuando no están lanzando cohetes están aplaudiendo los apuñalamientos que sus correligionarios cometen contra hombres, mujeres y niños en Israel.

¿Se entiende el punto?

El hecho fue periodísticamente relevante, sin duda alguna. Podría decirse que era una nota inusual. De color, inclusive. Pero no era complicado darse cuenta de que se trataba de lágrimas vertidas por cocodrilos. ¿Es mucho pedirle a Vicki Vale que cuando ve al Guasón condenar las fechorías del Pingüino en Ciudad Gótica se muestre, cuando menos, escéptica?.

Infobae, Infobae - 2015

Infobae

Por Julián Schvindlerman

  

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Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedican a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbolá (“Partido de Alá”), Hamás (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y la Yihad Islámica Palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”), cuyos nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado de Hamás declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidas en París (…) Déjennos proclamar nuestra consigna bien alto: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y localidades, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La Yihad Islámica Palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó que eran “la continuación de una saga de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe del ISIS] en más de un país, comprendemos mejor lo que es esta tragedia”.

Varios medios de comunicación presentaron la noticia sin el menor matiz, tratándola como una curiosidad política. Pero sin contexto ni análisis que acompañara tales expresiones el lector desprevenido podía quedar bajo la impresión equivocada de que un espasmo de pacifismo cubrió a los camaradas ideológicos del ISIS. Hezbolá es un movimiento chií enemistado mortalmente con los combatientes sunitas de Abu Baker al Bagdadi y pelean cuerpo a cuerpo contra ellos en Siria. En París operaron islamistas que activaron sus cinturones con explosivos, matando así a docenas de personas. ¿Adivine qué grupo terrorista asesinó a soldados franceses en el Líbano en los años ochenta por medio de atacantes suicidas? Así es, el mismísimo Hezbolá, que en la década siguiente repitió la hazaña dos veces en la misma ciudad, Buenos Aires, contra diplomáticos israelíes y contra ciudadanos argentinos. Hamás es sunita, pero busca distanciarse del salvajismo del ISIS para preservar ante la opinión pública biempensante europea su imagen prístina de luchador contra el ocupante sionista en la Franja de Gaza. ¿Recuerda qué grupo terrorista inauguró la modalidad del terrorismo suicida contra pizzerías, universidades y autobuses en Israel, veinte años atrás? Así es, el mismísimo Hamas, que apenas el año pasado lanzó miles de misiles contra ciudades israelíes. En cuanto a los guerreros santos de la Yihad Islámica Palestina, digamos que cuando no están lanzando cohetes están aplaudiendo los apuñalamientos que sus correligionarios cometen contra hombres, mujeres y niños en Israel.

¿Se entiende el punto?

El hecho fue periodísticamente relevante, sin duda alguna. Podría decirse que era una nota inusual. De color, inclusive. Pero no era complicado darse cuenta de que se trataba de lágrimas vertidas por cocodrilos. ¿Es mucho pedirle a Vicki Vale que cuando ve al Guasón condenar las fechorías del Pingüino en Ciudad Gótica se muestre, cuando menos, escéptica?.

Libertad Digital, Libertad Digital - 2015

Libertad Digital

Por Julián Schvindlerman

  

Cuando el guasón condenó al pingüino – 27/11/15

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Tras los atentados perpetrados por el ISIS en París, llovieron las condenas contra el salvajismo de los yihadistas. Notablemente, entre quienes reprobaron la noción de asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla se contó a referentes del propio universo fundamentalista que se dedican a asesinar brutalmente a civiles indefensos fuera del campo de batalla, tales como Hezbolá (“Partido de Alá”), Hamás (“Movimiento de Resistencia Islámico”) y la Yihad Islámica Palestina (“Guerra Santa Islámica Palestina”), cuyos nombres elocuentemente anuncian a qué cuestiones se dedican.

Un comunicado de Hamás declaró: “Condenamos con dureza la cadena de ataques y acciones hostiles que fueron cometidas en París (…) Déjennos proclamar nuestra consigna bien alto: no al asesinato de inocentes, la gente debe estar segura en sus casas y localidades, y no a la muerte de inocentes en ninguna parte del mundo”. La Yihad Islámica Palestina dijo condenar “de manera inequívoca” los ataques en Francia y consignó que eran “la continuación de una saga de violencia ciega”. Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasrala, pronunció: “Los pueblos de nuestra región, que vivimos bajo la monstruosidad del Daesh [acrónimo árabe del ISIS] en más de un país, comprendemos mejor lo que es esta tragedia”.

Varios medios de comunicación presentaron la noticia sin el menor matiz, tratándola como una curiosidad política. Pero sin contexto ni análisis que acompañara tales expresiones el lector desprevenido podía quedar bajo la impresión equivocada de que un espasmo de pacifismo cubrió a los camaradas ideológicos del ISIS. Hezbolá es un movimiento chií enemistado mortalmente con los combatientes sunitas de Abu Baker al Bagdadi y pelean cuerpo a cuerpo contra ellos en Siria. En París operaron islamistas que activaron sus cinturones con explosivos, matando así a docenas de personas. ¿Adivine qué grupo terrorista asesinó a soldados franceses en el Líbano en los años ochenta por medio de atacantes suicidas? Así es, el mismísimo Hezbolá, que en la década siguiente repitió la hazaña dos veces en la misma ciudad, Buenos Aires, contra diplomáticos israelíes y contra ciudadanos argentinos. Hamás es sunita, pero busca distanciarse del salvajismo del ISIS para preservar ante la opinión pública biempensante europea su imagen prístina de luchador contra el ocupante sionista en la Franja de Gaza. ¿Recuerda qué grupo terrorista inauguró la modalidad del terrorismo suicida contra pizzerías, universidades y autobuses en Israel, veinte años atrás? Así es, el mismísimo Hamas, que apenas el año pasado lanzó miles de misiles contra ciudades israelíes. En cuanto a los guerreros santos de la Yihad Islámica Palestina, digamos que cuando no están lanzando cohetes están aplaudiendo los apuñalamientos que sus correligionarios cometen contra hombres, mujeres y niños en Israel.

¿Se entiende el punto?

El hecho fue periodísticamente relevante, sin duda alguna. Podría decirse que era una nota inusual. De color, inclusive. Pero no era complicado darse cuenta de que se trataba de lágrimas vertidas por cocodrilos. ¿Es mucho pedirle a Vicki Vale que cuando ve al Guasón condenar las fechorías del Pingüino en Ciudad Gótica se muestre, cuando menos, escéptica?.

Comunidades, Comunidades - 2015

Comunidades

Por Julián Schvindlerman

  

La noche de los cristales rotos bajo el prisma de la prensa mundial – 25/11/15

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Cuando su familia fue deportada en 1938, el joven judío polaco exiliado en Paris HerschelGrynszpan decidió hacer algo al respecto. Tomó una pistola, se dirigió a la embajada alemana y disparó cinco veces contra el tercer secretario de la legación, Ernst vomRath, quien agonizó por las siguientes 48hs hasta su muerte. Ese mismo día, los nazis lanzaron un pogromo contra los judíos de Austria y Alemania; ostensiblemente en represalia, pero en rigor usado como pretexto para una campaña de violencia judeofóba que llevaban largo tiempo planificando.

Ciudadanos judíos, sus sinagogas y sus propiedades fueron atacados. La imagen de los millares de pedazos de vidrios que quedaron esparcidos le valieron un nombre a esa noche oscura: Kristallnacht, la noche de los cristales rotos». Junto con los vidrios fueron astilladas también vidas. Noventa y un judíos fueron asesinados y otros treinta mil fueron enviados a campos de concentración (la mayoría sería liberada en las semanas siguientes). El pogromo fue llevado a cabo en coincidencia con dos fechas nacionales relevantes: el Día de los Testigos de la Sangre que honraba a mártires nazis, y el aniversario del nacimiento de Martín Lutero; teólogo cristiano, reformador religioso y agitador antisemita del siglo XVI.Al finalizar la devastación, cien mil alemanes se reunieron en Nuremberg para festejar la ocasión. Dos días más tarde, los nazis impusieron una multa de mil millones de marcos a la comunidad judía para pagar los daños que ella misma padeció. Tres días después, los niños judíos fueron echados de las escuelas alemanas. Finalmente, los nazis determinaron la expulsión de los judíos de la economía, la sociedad y la cultura alemana.

¿Cómo cubrió la prensa internacional estos dramáticos acontecimientos? A analizar ello está dedicado un ensayo escrito por ChristophKreutzmüller y BjoernWeigel, contenido en un libro bilingüe (en alemán e inglés) de reciente publicación y distribución global por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania. Con el título Desde el interior hacia el exterior: Los pogromosde noviembre de 1938 en los informes diplomáticos desde Alemania, la publicación documenta una exhibición presentada inicialmente en la Nueva Sinagoga de Berlín, ahora a disposición de una audiencia mundial.

Para 1938 ya era conocida la situación delicada de los judíos en Alemania, pero los hechos de esa noche marcaron un punto de inflexión en el destino de esa minoría. Los periodistas apostados en Berlín tenían otros temas sobre los que reportar aquella jornada: el vigésimo aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial, la muerte de KemalAtatürk, el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Pearl S. Buck y la promulgación de leyes antijudías en Italia. Aun así, dada la gravedad de las cosas, los informes de prensa fluyeron.

En las vísperas del pogromo, el Times de Londres advirtió que «los 400.000 judíos que todavía permanecen en el Tercer Reich esperan esta noche con miedo y ansiedad otro ataque sobre su raza». Le Figaro reportó sobre próximas «reacciones alemanas violentas contra los judíos» a la vez que sugería que «los judíos en Alemania esperan lo peor». La diferencia horaria permitió a los periódicos norteamericanos publicar la trágica primicia. Las ediciones vespertinas de los diarios europeos dieron eco a las noticias. Al día siguiente, la Kirstallnacht estaba en la primera plana de los periódicos de Estados Unidos.

Diarios de Asia recogieron la noticia a partir del 11 de noviembre, incluso diarios de Japón, una nación aliada a la Alemania nazi.AsahiShimbuny YomiuriShimbun, los dos más leídos en Tokio, informaron sobre las «manifestaciones antijudías en Alemania». El primer reporte al respecto en China apareció en el ShenBao, en una cobertura que contenía una nota, acompañada de una foto de Hitler, que se preguntaba cuanto tiempo duraría su gobierno. En Indonesia (entonces una colonia holandesa conocida como Indias Orientales), el BataviaaschNieuwsbald reportó acerca de los «horribles pogromos a lo largo y ancho de Alemania». La prensa europea estaba alarmada. En Holanda, el AlgemeenHandelsblad titulaba «Una de las páginas más oscuras en la historia del Tercer Reich» y elTelegraaf alertaba sobre el «Atroz espectáculo en Berlín». En Bruselas, HetLaatsteNieuws informó que «sinagogas fueron incendiadas en Alemania», en tanto que el Times de Londres publicó un artículo sobre el papel de las juventudes hitlerianas en el pogromo bajo el título «La orgía de la Juventud Hitleriana».En sentido opuesto, el diario italiano La Stampa reportó sobre las «reacciones espontáneas, legítimas e incontrolables del pueblo alemán al atentado judío», lo cual armonizaba con la posición oficial de la Italia Fascista de Benito Mussolini.

La prensa francesa, donde Grynszpan estaba encarcelado, siguió con suma atención los acontecimientos. «Una furia descarnada se ha apoderado de la población alemana», redactó Le Figaro, «y su odio de la raza israelita ha alcanzado su clímax». El diario provincial Le PetitDauphinois, de Grenoble, publicó artículos sobre los hechos. El diario nacionalista de la derecha local, L´Actionfrançaise, no apoyó las actividades de los nazis aunque sostuvo que las «manifestaciones» contra los judíos eran «predecibles» tras la muerte de Ernst vomRath. La France enchaînėe, notoria publicación antisemita, publicó un artículo firmado por su editor, Louis Darquier de Pellepoix, titulado «Contraataque» que aplaudía a los nazis: «¡Esta es la guerra santa de la raza noble contra la raza vil!… ¡Bravo Fritz! Esta vez estamos del mismo lado», una referencia a la Primera Guerra Mundial cuyo fin, veinte años atrás, marcaba ese 1938.

Otra nación para la que los acontecimientos en Alemania tenían gran relevancia era Polonia: 17.000 judíos acababan de ser deportados y quien ultimó al diplomático germano en Paris era un judío polaco. «La respuesta de los principales diarios en Polonia fue reservada» indicanChristophKreutzmüller y BjoernWeigel. Por el contrario, la prensa hebrea local -que, al no tener corresponsales en Alemania, tomaba las noticias de la prensa inglesa principalmente- dio amplia cobertura a los hechos y saludó los varios actos de protesta llevados a cabo en Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Los autores subrayan que ni el gobierno de Varsovia ni la prensa polaca cristiana mostraron solidaridad alguna con la minoría judía. El gobierno francéstambién fue indiferente, «siendo el único gobierno democrático que ni siquiera organizó una protesta simbólica contra los pogromos» según subrayan los investigadores.

La prensa en la Unión Soviética informó extensivamente sobre la Kristallnacht y deploró las acciones de los nazis. El diario moscovita Izvestia -publicación oficial del régimen comunista- publicó caricaturas que presentaban a los nazis con puñales ensangrentados y sus bolsillos llenos de objetos valiosos, y el LeningradskayaPravda publicó un discurso del compositor DmitriShostakovich que condenaba el «monstruoso barbarismo» y los «crímenes horrendos» contra los judíos. Todo lo cual era bastante cínico. Tras la Revolución Bolchevique de 1917, nacionalistas ucranianos, funcionarios polacos y soldados del Ejército Rojo efectuaron terribles pogromos antijudíos y, de hecho, pogromes una palabra rusa que significa «causar estragos, demoler violentamente»;término acuñado para referir a los agresiones judeófobas en el imperio ruso y en otros países.

Hubo algunos desaciertos en la cobertura, posiblemente atribuibles a las dificultades de reportar desde Alemania o a algún sesgo editorial. El Daily Mail aseguró que los perpetradores actuaron desoyendo las órdenes del Ministerio de Propaganda del Reich, lo cual era falso, y el PetitJournal informó que la situación «está calma nuevamente», aun cuando el vandalismo duró varios días y miles de judíos estaban siendo enviados a campos de concentración. El New York Times describió la actitud del público alemán como «no enteramente simpatizante» con las acciones de los nazis, aunque la cantidad de alemanes que participaron en los saqueos aquella noche podía refutar esa aseveración.Increíblemente, los dueños judíos del New York Times, las familias Och-Sulzberger, minimizaron la cobertura de prensa del Holocausto por temor a que el diario fuese acusado de ser un medio parcial pro-judío. En su centenario, en 1996, el NYT publicó una lacónica disculpa por ello: «El Times durante mucho tiempo ha sido criticado por groseramente infravalorar el Holocausto, mientras que éste tenía lugar. Los recortes del diario muestran que la crítica es válida».

Por su parte, los nazis buscaron influir sobre los reportes de los medios masivos de comunicación foráneos. El 10 de noviembre, el Ministerio de Propaganda invitó a los corresponsales extranjeros a una exhibición de la película antisemita Der ewigeJude(«el judío eterno») con la que pretendió justificar los ataques; al día siguiente Joseph Goebbels convocó a los periodistas a una conferencia de prensa en la que negó que la población judía hubiera sido abusada y atribuyó a las agresiones un carácter espontáneo. Finalmente, las autoridades del Reich prohibieron casi todas las corresponsalías en Alemania. Los nazis no impusieron una vedaanticipada la toma de fotografías durante la Kristallnacht pues ello hubiera significado una admisión de planeamiento, pero instruyeron a la policía a que impidiese ello. Tal cosa quizás explique la razón por la cual apenas alrededor de treinta fotos sobrevivieron para documentar en imágenes lo ocurrido. Una de ellas se hizo famosa en el mundo libre. Enviada a Copenhague por carga aérea el 10 de noviembre por GünterBeukert, jefe de los servicios fotográficos de Associated Press, muestra la devastación de los negocios judíos enKurfürsterdamm, el boulevard de moda de Berlín.

El foco de Desde el interior hacia el exterior está puesto en los informes diplomáticos que emanaron de Berlín en los días que rodearon a la Noche de los Cristales Rotos, siendo el artículo de KreutzmülleryWeigel un agregado sobre la cobertura de los medios masivos de comunicación. Aun así, es una pena que la prensa árabe, musulmana y latinoamericana no haya sido incluida en este estudio abarcador.

La publicación de este documento de enorme valor históricoacerca del rol de la prensa y la diplomacia a propósito del pogromo acaecido esta semana, setenta y siete años atrás, en este 2015, año en el que conmemoramos el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial,es doblemente oportuno. Mientras recordamos el fin del Holocausto, este libro nos llama a reflexionar acerca de cómo, en buena medida, todo comenzó.

Televisivas

Entrevista en NTN24 – 17/11/15

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Canal: NTN24 TV (Colombia)
Programa: La noche (17/11/15)
Tema: Atentados en París


Panelistas:
Desde Miami: Justin Thomas, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU.
Desde Bogotá: Rafat Ghotme, politólogo
Desde Buenos Aires: Julián Schvindlerman, analista político internacional

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