Canal: Canal 9 (Argentina)
Programa: Noticiero Central (16/11/15)
Tema: Las claves del ataque de ISIS en Francia
El video no está disponible. Disculpe las molestias.
Canal: Canal 9 (Argentina)
Programa: Noticiero Central (16/11/15)
Tema: Las claves del ataque de ISIS en Francia
El video no está disponible. Disculpe las molestias.
Por Julián Schvindlerman
  Cuando su familia fue deportada en 1938, el joven judío polaco exiliado en Paris HerschelGrynszpan decidió hacer algo al respecto. Tomó una pistola, se dirigió a la embajada alemana y disparó cinco veces contra el tercer secretario de la legación, Ernst vomRath, quien agonizó por las siguientes 48hs hasta su muerte. Ese mismo día, los nazis lanzaron un pogromo contra los judíos de Austria y Alemania; ostensiblemente en represalia, pero en rigor usado como pretexto para una campaña de violencia judeofóba que llevaban largo tiempo planificando.
Ciudadanos judíos, sus sinagogas y sus propiedades fueron atacados. La imagen de los millares de pedazos de vidrios que quedaron esparcidos le valieron un nombre a esa noche oscura: Kristallnacht, la “noche de los cristales rotos”. Junto con los vidrios fueron astilladas también vidas. Noventa y un judíos fueron asesinados y otros treinta mil fueron enviados a campos de concentración (la mayoría sería liberada en las semanas siguientes). El pogromo fue llevado a cabo en coincidencia con dos fechas nacionales relevantes: el Día de los Testigos de la Sangre que honraba a mártires nazis, y el aniversario del nacimiento de Martín Lutero; teólogo cristiano, reformador religioso y agitador antisemita del siglo XVI.Al finalizar la devastación, cien mil alemanes se reunieron en Nuremberg para festejar la ocasión. Dos días más tarde, los nazis impusieron una multa de mil millones de marcos a la comunidad judía para pagar los daños que ella misma padeció. Tres días después, los niños judíos fueron echados de las escuelas alemanas. Finalmente, los nazis determinaron la expulsión de los judíos de la economía, la sociedad y la cultura alemana.
¿Cómo cubrió la prensa internacional estos dramáticos acontecimientos? A analizar ello está dedicado un ensayo escrito por ChristophKreutzmüller y BjoernWeigel, contenido en un libro bilingüe (en alemán e inglés) de reciente publicación y distribución global por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania. Con el título Desde el interior hacia el exterior: Los pogromosde noviembre de 1938 en los informes diplomáticos desde Alemania, la publicación documenta una exhibición presentada inicialmente en la Nueva Sinagoga de Berlín, ahora a disposición de una audiencia mundial.
Para 1938 ya era conocida la situación delicada de los judíos en Alemania, pero los hechos de esa noche marcaron un punto de inflexión en el destino de esa minoría. Los periodistas apostados en Berlín tenían otros temas sobre los que reportar aquella jornada: el vigésimo aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial, la muerte de KemalAtatürk, el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Pearl S. Buck y la promulgación de leyes antijudías en Italia. Aun así, dada la gravedad de las cosas, los informes de prensa fluyeron.
En las vísperas del pogromo, el Times de Londres advirtió que “los 400.000 judíos que todavía permanecen en el Tercer Reich esperan esta noche con miedo y ansiedad otro ataque sobre su raza”. Le Figaro reportó sobre próximas “reacciones alemanas violentas contra los judíos” a la vez que sugería que “los judíos en Alemania esperan lo peor”. La diferencia horaria permitió a los periódicos norteamericanos publicar la trágica primicia. Las ediciones vespertinas de los diarios europeos dieron eco a las noticias. Al día siguiente, la Kirstallnacht estaba en la primera plana de los periódicos de Estados Unidos.
Diarios de Asia recogieron la noticia a partir del 11 de noviembre, incluso diarios de Japón, una nación aliada a la Alemania nazi.AsahiShimbuny YomiuriShimbun, los dos más leídos en Tokio, informaron sobre las “manifestaciones antijudías en Alemania”. El primer reporte al respecto en China apareció en el ShenBao, en una cobertura que contenía una nota, acompañada de una foto de Hitler, que se preguntaba cuanto tiempo duraría su gobierno. En Indonesia (entonces una colonia holandesa conocida como Indias Orientales), el BataviaaschNieuwsbald reportó acerca de los “horribles pogromos a lo largo y ancho de Alemania”. La prensa europea estaba alarmada. En Holanda, el AlgemeenHandelsblad titulaba “Una de las páginas más oscuras en la historia del Tercer Reich” y elTelegraaf alertaba sobre el “Atroz espectáculo en Berlín”. En Bruselas, HetLaatsteNieuws informó que “sinagogas fueron incendiadas en Alemania”, en tanto que el Times de Londres publicó un artículo sobre el papel de las juventudes hitlerianas en el pogromo bajo el título “La orgía de la Juventud Hitleriana”.En sentido opuesto, el diario italiano La Stampa reportó sobre las “reacciones espontáneas, legítimas e incontrolables del pueblo alemán al atentado judío”, lo cual armonizaba con la posición oficial de la Italia Fascista de Benito Mussolini.
La prensa francesa, donde Grynszpan estaba encarcelado, siguió con suma atención los acontecimientos. “Una furia descarnada se ha apoderado de la población alemana”, redactó Le Figaro, “y su odio de la raza israelita ha alcanzado su clímax”. El diario provincial Le PetitDauphinois, de Grenoble, publicó artículos sobre los hechos. El diario nacionalista de la derecha local, L´Actionfrançaise, no apoyó las actividades de los nazis aunque sostuvo que las “manifestaciones” contra los judíos eran “predecibles” tras la muerte de Ernst vomRath. La France enchaînėe, notoria publicación antisemita, publicó un artículo firmado por su editor, Louis Darquier de Pellepoix, titulado “Contraataque” que aplaudía a los nazis: “¡Esta es la guerra santa de la raza noble contra la raza vil!… ¡Bravo Fritz! Esta vez estamos del mismo lado”, una referencia a la Primera Guerra Mundial cuyo fin, veinte años atrás, marcaba ese 1938.
Otra nación para la que los acontecimientos en Alemania tenían gran relevancia era Polonia: 17.000 judíos acababan de ser deportados y quien ultimó al diplomático germano en Paris era un judío polaco. “La respuesta de los principales diarios en Polonia fue reservada” indicanChristophKreutzmüller y BjoernWeigel. Por el contrario, la prensa hebrea local -que, al no tener corresponsales en Alemania, tomaba las noticias de la prensa inglesa principalmente- dio amplia cobertura a los hechos y saludó los varios actos de protesta llevados a cabo en Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Los autores subrayan que ni el gobierno de Varsovia ni la prensa polaca cristiana mostraron solidaridad alguna con la minoría judía. El gobierno francéstambién fue indiferente, “siendo el único gobierno democrático que ni siquiera organizó una protesta simbólica contra los pogromos” según subrayan los investigadores.
La prensa en la Unión Soviética informó extensivamente sobre la Kristallnacht y deploró las acciones de los nazis. El diario moscovita Izvestia -publicación oficial del régimen comunista- publicó caricaturas que presentaban a los nazis con puñales ensangrentados y sus bolsillos llenos de objetos valiosos, y el LeningradskayaPravda publicó un discurso del compositor DmitriShostakovich que condenaba el “monstruoso barbarismo” y los “crímenes horrendos” contra los judíos. Todo lo cual era bastante cínico. Tras la Revolución Bolchevique de 1917, nacionalistas ucranianos, funcionarios polacos y soldados del Ejército Rojo efectuaron terribles pogromos antijudíos y, de hecho, pogromes una palabra rusa que significa “causar estragos, demoler violentamente”;término acuñado para referir a los agresiones judeófobas en el imperio ruso y en otros países.
Hubo algunos desaciertos en la cobertura, posiblemente atribuibles a las dificultades de reportar desde Alemania o a algún sesgo editorial. El Daily Mail aseguró que los perpetradores actuaron desoyendo las órdenes del Ministerio de Propaganda del Reich, lo cual era falso, y el PetitJournal informó que la situación “está calma nuevamente”, aun cuando el vandalismo duró varios días y miles de judíos estaban siendo enviados a campos de concentración. El New York Times describió la actitud del público alemán como “no enteramente simpatizante” con las acciones de los nazis, aunque la cantidad de alemanes que participaron en los saqueos aquella noche podía refutar esa aseveración.Increíblemente, los dueños judíos del New York Times, las familias Och-Sulzberger, minimizaron la cobertura de prensa del Holocausto por temor a que el diario fuese acusado de ser un medio parcial pro-judío. En su centenario, en 1996, el NYT publicó una lacónica disculpa por ello: “El Times durante mucho tiempo ha sido criticado por groseramente infravalorar el Holocausto, mientras que éste tenía lugar. Los recortes del diario muestran que la crítica es válida”.
Por su parte, los nazis buscaron influir sobre los reportes de los medios masivos de comunicación foráneos. El 10 de noviembre, el Ministerio de Propaganda invitó a los corresponsales extranjeros a una exhibición de la película antisemita Der ewigeJude(“el judío eterno”) con la que pretendió justificar los ataques; al día siguiente Joseph Goebbels convocó a los periodistas a una conferencia de prensa en la que negó que la población judía hubiera sido abusada y atribuyó a las agresiones un carácter espontáneo. Finalmente, las autoridades del Reich prohibieron casi todas las corresponsalías en Alemania. Los nazis no impusieron una vedaanticipada la toma de fotografías durante la Kristallnacht pues ello hubiera significado una admisión de planeamiento, pero instruyeron a la policía a que impidiese ello. Tal cosa quizás explique la razón por la cual apenas alrededor de treinta fotos sobrevivieron para documentar en imágenes lo ocurrido. Una de ellas se hizo famosa en el mundo libre. Enviada a Copenhague por carga aérea el 10 de noviembre por GünterBeukert, jefe de los servicios fotográficos de Associated Press, muestra la devastación de los negocios judíos enKurfürsterdamm, el boulevard de moda de Berlín.
El foco de Desde el interior hacia el exterior está puesto en los informes diplomáticos que emanaron de Berlín en los días que rodearon a la Noche de los Cristales Rotos, siendo el artículo de KreutzmülleryWeigel un agregado sobre la cobertura de los medios masivos de comunicación. Aun así, es una pena que la prensa árabe, musulmana y latinoamericana no haya sido incluida en este estudio abarcador.
La publicación de este documento de enorme valor históricoacerca del rol de la prensa y la diplomacia a propósito del pogromo acaecido esta semana, setenta y siete años atrás, en este2015, año en el que conmemoramos el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial,es doblemente oportuno. Mientras recordamos el fin del Holocausto, este libro nos llama a reflexionar acerca de cómo, en buena medida, todo comenzó.
Por Julián Schvindlerman
  “Según el analista argentino Julián Schvindlerman, el futuro que les puede deparar a Israel y a la comunidad judía argentina un triunfo electoral de Mauricio Macri o de Daniel Scioli es bien distinto.
“El alcalde de la Ciudad Autó-noma de Buenos Aires, Mauricio Macri, es un amigo cercano de los judíos -incorporó a un rabino conservador a sus filas- y tiene una visión global favorable a la integración de la república en el concierto de las naciones democráticas. El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, es el heredero político de la gestión kirchnerista de la diplomacia, la que ubicó a la Argentina en las antípodas de la
inserción mundial republicana, acercándola a países tales como Cuba, Venezuela, Libia, Rusia y la Autoridad Palestina. Ambos viajaron a Israel y ambos fueron recibidos por el primer ministro del estado judío. Pero el caso Nisman los puso en veredas opuestas. Mientras que Macri indicó que la muerte del fiscal fue “un hecho bisagra en la historia del país” y pidió que se “continúe avanzando en la denuncia”, Scioli, por el contrario, aseguró que “tenemos que tomar conciencia de que la denuncia de Nisman fue un bochorno”. Por tanto, cabría
esperar de ellos posiciones divergentes sobre las relaciones con Irán”.
De hecho, en este terreno, Macri ya dio un primer golpe, tras la visita que realizó a Israel en 2014, para participar en un encuentro internacional de alcaldes, que dejó algunas imágenes grabadas en la memoria.
“Esta es la tercera vez que vengo y cada vez me impacta más. Tengo ganas de vomitar”, dijo Mauricio Macri al ver la imagen en blanco y negro de un niño que trataba de reanimar con palmadas en la cara a su hermano, de evitar que muriera en el Gueto de Varsovia. “Esta es la imagen que hizo llorar a Angela Merkel”, le contó la brasileña que hacía de guía en el Museo del Holocausto, en Jerusalén. Previamente, Macri había mantenido
una reunión bilateral de algo más de un cuarto de hora con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a quien le ratificó su oposición al Memorandum de Entendimiento con Irán, que impulsó la Casa Rosada bajo el actual gobierno. “Nosotros votamos en contra. Mi compromiso es total con la lucha contra el terrorismo y lo estoy diciendo como candidato a presidente”, sostuvo”.
Canal: CNN en español
Programa: Realidades en contexto (12/11/15)
Conduce: María Regina Bustamante
Tema: La audiencia papal al presidente de Irán
Panelistas
Desde Miami: Wilfredo Amir Ruiz, capellán musulmán de la Marina de los EE.UU.
Desde Buenos Aires: Julián Schvindlerman, analista político internacional
Website: http://cnnespanol.cnn.com/tv_show/realidades-en-contexto/
Por Julián Schvindlerman
  El pasado 1 de noviembre ocurrió algo extraordinario en Palestina. Durante el funeral de Raed Jaradat, un palestino muerto al intentar apuñalar a un soldado israelí en Hebrón, su padre le pidió al padre de Danya Irshid, una joven palestina que también fue ultimada al intentar llevar a cabo un ataque homicida contra israelíes, la mano de ésta para unir a los mártires» en matrimonio en el cielo. Al son de música local y gritos de «Alá u-Akbar», los dos padres emocionados se abrazaron y bailaron. Un anunciante dijo por altoparlante: «Felicitamos a Raed y Danya en el Paraíso. Los felicitamos. Ellos están en compañía de los profetas para toda la eternidad A partir de hoy, Danya es Danya Irshid, o más bien, Jaradat, y desde hoy, Raed es Raed Irshid». Lo que se dice, una unión hecha en el cielo.
No menos notable es lo que ocurrió unos días antes. El 24 de octubre nació un bebé en Palestina y sus padres -un hombre sin barba y una mujer tapada por completo- orgullosamente lo nombraron «Puñal de Jerusalem» en solidaridad con los «mártires de la intifada». Previamente, el 22 de octubre, la televisión libanesa Al-Quds entrevistó a la madre de Muhammad Shamasne, quien murió al atacar a israelíes. «Que Alá quiera que todos mis hijos sigan los pasos de Muhammad» dijo la madre, ofreció caramelos a la entrevistadora para la celebrar la ocasión, extrajo un puñal de entre sus ropas y mirando fijamente a la cámara pronunció: «Guardo esta arma para Israel. ¡Cuídate Israel!».
Anteriormente, el 16 de octubre, un padre palestino posteó en Facebook el siguiente diálogo filmado con su hija, cuchillo en mano. Nena: «Quiero apuñalar a un judío». Padre: «¿Por qué quieres apuñalar a un judío?». Nena: «Porque robaron nuestra tierra». Padre: «Porque robaron nuestra tierra. ¿Con eso quieres apuñalarlos?». Nena: «Con un cuchillo». Padre: «Oh, eres tan fuerte. Alá lo quiera querida». Ese mismo día, la televisión palestina Al-Kitab emitió un programa infantil en el que dos jovencitas declaran: «Gloria eterna a nuestro puros mártires» y «No tenemos miedo. Ellos [los israelíes] tienen miedo. Ellos aman la vida».
Esto es parte de la cultura popular palestina.
En la Franja de Gaza, esto es lo que dijeron los referentes religiosos y políticos. El 9 de octubre, el jeque Muhamad Sallah instó, cuchillo en mano, desde el atrio de la mezquita Al-Abrar en la Franja de Gaza: «Hermanos míos en Cisjordania, apuñalen los mitos del Talmud en sus corazones ¡Apuñalen! Oh jóvenes de Cisjordania ¡atáquenlos en grupos, córtenlos en partes!». El mismo día, el parlamentario de Hamas, Mushir Al-Masri, blandiendo un puñal clamó ante una multitud en Khan Yunis: «¡El puñal es nuestra elección. El puñal simboliza la batalla de Cisjordania y Jerusalén!». El 16 de octubre, en Al-Aqsa TV, el decano del departamento de estudios coránicos en la Universidad Islámica de Gaza, Dr. Subhi al-Yazifi, aseguró: «Los judíos en Palestina son juego limpio, incluso las mujeres Cada judío en Palestina es un combatiente, incluso los niños». El 23 de octubre, Abu Hamsa Ashur, en un sermón pronunciado en una mezquita gazatí, mostró un cinturón con explosivos y proclamó: «¡Por Alá que los aniquilaremos!… ¡Les enviaremos mensajes escritos en sangre!» y recomendó a los palestinos que envenenasen los cuchillos con los que atacarían a los israelíes. Un video en internet ofrece una clase sobre cómo afilar un cuchillo correctamente y acerca de las maneras diferentes de apuñalar israelíes.
Y luego están los políticos de Cisjordania, con el presidente palestino Mahmoud Abbas iniciando la incitación antes de que emergiera la ola de ataques palestinos. Aquí su mensaje por televisión oficial palestina el 16 de septiembre: «Cada gota de sangre derramada en Jerusalem es bienvenida. Esta es sangre pura, sangre limpia, sangre en el camino de Alá. Con ayuda de Alá, cada mártir estará en el cielo y cada herido recibirá su recompensa». También tuvo un mensaje para los israelíes: «La mezquita de Al-Aqsa y la Iglesia del Santo Sepulcro son nuestras. Ellos [los judíos] no tienen derecho a contaminarlas con sus sucios pies». El 17 de octubre, con las agresiones bestiales en pleno auge, el titular de la Asociación de Fútbol Palestino, Jibril Rajoub, declaró: «Estos son actos individuales de heroísmo, de los que estoy orgulloso». La agrupación Fatah, del presidente Abbas, publicó folletos que celebran como «mártires» a palestinos que han asesinado a israelíes; los folletos llevan las fotos de Abbas y Arafat. La Asociación de Abogados Palestinos concedió una membresía honoraria post-mórtem a Mohamed Halabi, quien mató a dos israelíes. La Autoridad Palestina nombró una calle en su honor y varias escuelas fueron bautizadas en tributo a otros asesinos palestinos.
Los videos de todos estos casos citados pueden verse en el sitio de MEMRI (www.memri.org), una organización dedicada al monitoreo y traducción de la prensa islámica, árabe y palestina. Si el lector quiere comprender por qué la paz palestino-israelí es -a veintidós años de Oslo- aún elusiva, no se distraiga con la historia de los asentamientos ni contando cuantos puestos militares de frontera hay. Mejor échele un vistazo a este portal y hallará la explicación más plausible.
Canal: Cablenoticias TV – Colombia
Tema: Filtraciones en el Vaticano (5/11/15)
El video no está disponible. Disculpe las molestias.
Por Julián Schvindlerman
  No más Monsieur, no más Míster. En el cielo Alá, en la tierra Hitler – canción popular en boga en el mundo árabe a finales de la década de 1930
Benjamín Netanyahu causó una gran polémica la semana pasada al declarar que originalmente Adolf Hitler sólo quería expulsar a los judíos de Europa, pero que fue persuadido de exterminarlos por el Gran Muftí de Jerusalem, Haj Amín al-Husseini. Autoridades académicas de Israel, miembros de la sociedad civil, líderes de la oposición política, su propio ministro de defensa y, por supuesto, referentes palestinos, lo desmintieron. Angela Merkel indicó que «la responsabilidad del Holocausto es de Alemania» y el propio premier aclaró posteriormente: «No quise decir que absolvía a Hitler de su responsabilidad, sino que el fundador de la nación palestina quería destruir a los judíos incluso antes de que existiera la ocupación o los asentamientos».
Los políticos cometen gaffes y es bueno que el premier israelí haya corregido su afirmación inicial. Por su parte, era de esperar que los líderes palestinos buscaran castigar a Netanyahu y explotaran políticamente su frase en beneficio propio. Pero deberían cuidarse de no insistir demasiado con el tema, pues el veredicto de la historia a propósito de las actividades pro-nazis del principal líder palestino durante la Segunda Guerra Mundial es realmente fulminante.
El Tercer Reich invirtió considerable capital en las actividades del muftí y otros dignatarios árabes pro-nazis. Una porción del presupuesto de la cancillería alemana y las SS de Heinrich Himmler estaban asignadas a financiar actividades árabes pro-nazis, entre otras, las revueltas árabes que el muftí orquestó en 1936 en Palestina. Ya en 1937 Joseph Goebbels aduló la «concientización nacional y racial» de los árabes notando que «en Palestina flamean banderas nazis y decoran sus casas con esvásticas y retratos de Hitler».
En 1941, al-Husseini fue recibido en Roma y en Berlín, respectivamente por Mussolini y Hitler. «Hay una similitud definitiva entre los principios del Islam y los principios del Nazismo» aseguró el líder palestino. A principios de la década de 1940 estableció un «instituto para la investigación en torno a la cuestión judía en el mundo musulmán», basado en un modelo alemán. En Berlín se albergó en una gran casa en la calle Klopstock, la que hasta 1939 había sido una escuela hebrea. Desde su base en Alemania, el muftí supervisó las políticas de propaganda, operaciones de espionaje, actos de sabotaje, y el reclutamiento de musulmanes a milicias pro-nazis en países ocupados por el Eje en el Norte de África y Rusia. Tenía a su disposición estaciones de radio en Berlín, Zeissen, Bari, Roma, Tokio y Atenas, desde las cuales conducía la propaganda pro-nazi hacia el Medio Oriente.
Los cuarteles del muftí en Ginebra y Estambul le permitían propagar sus actividades de espionaje a lo largo de todo el Medio Oriente, dónde tenía agentes en Palestina, Siria e Irak además de mantener contactos con agentes de inteligencia alemanes en Turquía. En 1940 solicitó a Alemania que «resuelva la cuestión de elementos judíos en Palestina y otros países árabes en concordancia con los intereses nacionales y raciales de los árabes y en líneas similares a aquellas empleadas para resolver la cuestión judía en Alemania e Italia». En 1943 al-Husseini instó al Tercer Reich que bombardee Tel-Aviv y Jerusalém en un «ataque [que] debe ser efectuado con una gran fuerza para que tenga un efecto duradero». Cuando las tropas de Rommel ingresaron a Nord África, el muftí no ocultó su agrado. En una carta fechada 4 de Julio de 1942, al-Husseini escribió: «Permítame, Führer, expresarle la sincera alegría del pueblo árabe y mis mejores deseos en la ocasión de la victoria del Eje en Nord África… El pueblo árabe continuará luchando a su lado contra el enemigo común hasta la victoria final».
Alemania correspondió la cortesía del muftí. En una carta con fecha Noviembre 2 de 1943, Himmler elogiaba la «alianza natural que existe entre el Nacional-Socialismo de la Gran Alemania y los musulmanes amantes de la libertad de todo el mundo». Anteriormente, en abril de 1942, el Ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joachim von Ribbentrop, envió una carta a «su eminencia» el muftí en la que declaraba la disposición de Alemania «para dar todo su apoyo a los países árabes oprimidos en su lucha por la destrucción del Hogar Nacional Judío en Palestina».
Desde Berlín, entre 1942 y 1944, al-Husseini trabajó sin cansancio para impedir el rescate de judíos de Hungría, Rumania, Bulgaria y Croacia. Un oficial alemán, Wilhelm Melchers, durante los Juicios de Nürenberg dijo que «El muftí era un enemigo fiero de los judíos y no ocultó [el hecho de que] le gustaría verlos a todos liquidados». La comunidad judía mundial intentó, infructuosamente, en 1947 someter al muftí ante el Tribunal de Nürenberg bajo cargos de criminal de guerra a partir de su involucramiento en los planes genocidas hitlerianos. Haj Amín al-Husseini murió como hombre libre, por muerte natural, en Beirut en el año 1974.
Netanyahu erró al exagerar la influencia del muftí palestino sobre Hitler durante la guerra. Su aseveración, no obstante, tuvo el beneficio de volver a echar luz sobre el papel genocida jugado por la máxima autoridad palestina de la época y por forzarnos a recordar cuan añeja es, y que tan profundamente cala, la hostilidad palestina a la existencia judía en Tierra Santa.
Canal: CNN en Español – EE.UU.
Tema: Hacia las elecciones en la Argentina (21/10/15)
Programa: Realidades en contexto
El video no está disponible. Disculpe las molestias.
Por Julián Schvindlerman
  Los acontecimientos en Israel y Palestina se suceden con extrema velocidad. Antes de que nos percatemos, nos vemos sobrepasados por una avalancha de información que desorienta. Por varios días ya, jóvenes palestinos, aparentemente desvinculados de agrupaciones terroristas, han estado atacando a israelíes con piedras, puñales, destornilladores, bombas molotov y los han embestido con sus vehículos, en un frenesí de violencia radical que preanuncia una nueva, tercera, intifada. Quizás estemos en ese momento bisagra a partir del cual todo empeora, en el que cada día arroja otra tragedia que se suma a la del día anterior, dando forma a un ciclo de violencia cada vez mayor, difícil de parar y menos aún de comprender. Es este, entonces, el momento justo para preguntarnos cómo ha comenzado este lío. Prestemos atención ahora, antes de que -atrapados en el tsunami de datos, análisis, opiniones- olvidemos la génesis, enteramente evitable, de este festival de odio
insensato.
Todo empezó con una mentira. Una mentira flagrante, malintencionada y peligrosa, lanzada con descaro por líderes palestinos y árabes-israelíes. En las vísperas del Año Nuevo judío, miembros del Movimiento Islámico en Israel se atrincheraron, armados, en la Mezquita Al-Aqsa, a la espera de que religiosos judíos fuesen a rezar a la explanada que las alberga para atacarlos. (Las mezquitas fueron construidas sobre las ruinas del templo hebreo edificado por el Rey Salomón). La policía israelí los dispersó y la patraña surgió: los judíos quieren dañar las mezquitas santas del islam. Arrojar semejante acusación infundada en la región más religiosa y conflictiva del mundo es un acto de irresponsabilidad e incitación extraordinario. Eso sólo bastó para encender la mecha. Luego, el gobierno palestino en Cisjordania, Hamas en Gaza, y parlamentarios árabes y miembros del Movimiento Islámico de Israel echaron más leña al fuego con otras provocaciones.
El jeque Muhamad Sallah instó, cuchillo en mano, desde el atrio de la mezquita Al-Abrar en la Franja de Gaza: “¡Apuñalen! Oh jóvenes de Cisjordania… córtenlos en partes”. El parlamentario de Hamas, Mushir Al-Masri, blandiendo un puñal clamó ante una multitud en Khan Yunis: “El puñal es nuestra elección. El puñal simboliza la batalla de Cisjordania y Jerusalén”. La agrupación Fatah, del presidente palestino Mahmoud Abbas, publicó folletos que celebran como “mártires” a palestinos que han asesinado a israelíes; los folletos llevan las fotos de Abbas y Arafat. Integrantes del Comité Central de Fatah, entre ellos Nabil Shaath, ex negociador principal de la Autoridad Palestina, fueron a dar sus condolencias a la familia de Mohamed Halabi, quien días antes mató a dos israelíes. La Asociación de Abogados Palestinos concedió una membresía honoraria post-mórtem a este joven matador. Los parlamentarios árabe-israelíes Hanin Zohabi, Basel Ghattas y Ayman Odeh participaron en manifestaciones palestinas en las que se coreó «sacrificaremos nuestras vidas por la Mezquita Al-Aqsa».
Y en las vísperas de que todo estallara, el presidente palestino, desde el podio de las Naciones Unidas, anunció dramáticamente al mundo entero que los Acuerdos de Oslo -los que rigieron las relaciones palestino-israelíes por las últimas dos décadas- estaban caducos.
Recordemos este momento. Recordemos este instante en que la hoguera fue encendida. Recordemos quién la prendió y quien alentó su difusión. Antes de que las llamas de la violencia se hayan elevado a proporciones infernales y muchas más familias de palestinos e israelíes queden enlutadas por sus muertos, antes de que la prensa internacional nos inunde con sus reportes y las naciones del mundo envíen a sus diplomáticos con urgencia, recordemos. Recordemos cómo empezó esta nueva, caprichosa, inútil y mentirosa intifada.
Por Julián Schvindlerman
  En el oficio del creador no hay lugar para los débiles. Las frustraciones, el maltrato y la pobreza suelen ser las compañías más fieles de los artistas. Incluso los consagrados han debido padecer penurias a lo largo del arduo derrotero hacia la fama. “Diez años y en Alemania nadie ha considerado como un deber de conciencia defender mi nombre contra el silencio inexplicable bajo el que yacía sepultado” escribió Friedrich Nietzsche a fines del siglo XIX. El siglo siguiente otros autores también padecieron las inclemencias del mercado editorial. La Noche de Elie Wiesel debió sortear múltiples negativas antes de convertirse en el texto fundamental que dio inicio al género de literatura del Holocausto. La conjura de los necios fue rechaza tan seguidamente en los Estados Unidos que su autor, John Kennedy Toole, se suicidó en 1969, a los treinta y dos años de edad. Once años más tarde la novela fue publicada y en 1981 recibió el premio Pulltizer. En busca del tiempo perdido de Marcel Proust fue declinada por la editorial francesa Gallimard, El juguete rabioso de Roberto Arlt fue inicialmente ignorada por las editoriales argentinas y el español Carlos Barral se hizo un nombre para la historia como el editor que descartó Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
Jack Canfield, Mark Victor Hansen y Bud Gardner brindaron otros ejemplos en un libro dedicado a los escritores. En 1889, dieciocho años antes de que recibiera el premio Nobel de Literatura, The San Francisco Examiner envió esta escueta carta de rechazo a Rudyard Kipling: “Lo lamentamos, Sr. Kipling, pero usted simplemente no sabe usar el idioma inglés”. Alex Haley, el autor de Raíces, recibió un rechazo por semana durante cuatro años mientras pujaba por hacerse un nombre como escritor y, deprimido, estuvo a punto de lanzarse al mar desde un barco en el océano Pacífico. Una vez publicada, su obra fue un bestseller mundial y se realizó una serie para la televisión que fue un hit masivo. Richard Bach vio como dieciocho editoriales declinaron publicar su novela Juan salvador gaviota antes de que Macmillan la aceptara: vendió millones de ejemplares. Después de trabajar durante ocho años en su libro y de recibir varios rechazos, finalmente la cocinera Julia Child logró publicar Mastering the art of French cooking: vendió más de un millón de ejemplares, llegó a la portada de Time y se hizo una película sobre ella. La primera novela de John Grisham, A time to kill, fue desechada por quince editoriales y treinta agentes literarios no quisieron representarlo. Ocho años después de haber obtenido el National Book Award por su libro Steps, Jerzy Kosinski autorizó a un autor desconocido a que presentara el manuscrito de su obra con un título diferente a trece agentes literarios y catorce editoriales. Todos lo rechazaron, incluso Random House, que había publicado la novela original.
Osvaldo Soriano, autor de No habrá más penas ni olvido, acumuló tal furia contra sus editores a lo largo de su carrera que en 1991 publicó en Página12 una serie de tres artículos en los que reunía anécdotas miserables del gremio editorial: las peleas terribles entre Louis-Ferdinand Céline y su editor Gaston Gallimard, una cita de Goethe sobre los editores “son hijos del diablo”, el consejo de Ernst Hemingway a su hijo “nunca confíes en un editor” y escenas de la vida conyugal entre el autor y el editor tales como la del chileno Ariel Dorfman reclamando, revolver en mano, el pago de regalías a una editorial, la del francés Georges Darien persiguiendo con un hacha a un editor que no le publicó una novela y una carta triste del italiano Emilio Salgari -enviada a sus editores el mismo día que se quitó la vida- haciéndolos responsables por su ruina.
Así es que cada libro contiene dos historias. Una es la visible, aquella relatada por el autor y que nos identifica o nos enfurece o nos aburre o nos enaltece. Y otra es la historia oculta, dulce o amarga, del propio escritor y del propio libro, aquella historia no narrada pero que como una sombra espectral sobrevuela cada una de sus páginas. A veces, una es tan conmovedora como la otra.
Una versión más amplia de esta nota fue originalmente publicada en Comunidades.