Año 10. No. 67
“Mis manos han tocado la sangre del enemigo, no por desgarrar su piel sino para curar sus heridas”
Alejandro Roisentul
El Dr. Alejandro Roisentul es especialista en cirugía oral y maxilofacial, titular del Centro Médico Ziv de la Unidad Oral y Maxilofacial en Safed (Israel) y ex presidente inmediato de la Asociación Israelí de Cirujanos Orales y Maxilofaciales.
-Para comenzar, cuéntanos cómo se conectan River Plate, la odontología y Safed.
Voy a empezar por la charla de mi abuelo Enrique Woda cuando tenía apenas 5-6 años, donde venía siendo hincha de Vélez hasta ese entonces por mi papá el abogado Dr. Jorge Luis Roisentul Z”L. Mi abuelo me convenció de “pasarme” a River regalándome el equipo de fútbol completo lo que incluía la vestimenta, la pelota y las botines… más tarde me enteré que hizo lo mismo con el resto de los nietos varones (pero no siempre con éxito). Mi abuelo se escapó de la primera guerra mundial en Polonia y llegando a la Argentina con solo 9 años donde pronto y con su carácter sociable y comprador se integró muy fácilmente a la sociedad porteña de la primera mitad del siglo XX donde fue muy activo y líder en el sindicato de la carne.
Él fue socio fundador del club Macabi figurando en la primer acta institucional del 30 de Diciembre del año 1930 (link: http://www.macabi.com.ar/ace/los-tres-primeros-socios.htm) y fue para mí desde muy niño un gran guía espiritual, amigo y consejero de vida. De ahí que gran parte de mi infancia la pasé potreando entre la sede y en San Miguel de donde guardo hermosísimos recuerdos de los “grupos”, campamentos, “ Macabilandia» y fines de semana al aire libre pleno de actividades comunitarias y deportivas. Allí conocí los valores de la comunidad judía.
Apenas con 22 años recién cumplidos y con el título de odontólogo de la UBA en la mano, me vi de repente forjado a tomar responsabilidades y decisiones. No pasó mucho tiempo y le propuse a Juliana ir a vivir al exterior del país y formar una familia allí. Juliana me dijo una frase que se me grabó hasta hoy en día en mi mente -“si un judío que nace en la Golá (diáspora) y deja su país natal, el primer lugar que debe ir es a Israel”- y de allí en pocos meses nos encontrábamos en el Merkaz Klitá (centro de absorción) de Tiberíades, recién casados y convencidos de que hemos llegado a Israel a “dar” de nosotros. Esa búsqueda de aportar algo al país, aunque sea en forma muy pequeña como siempre lo hicimos, nos llevó a través de los años al hospital de la ciudad de Safed, el Zvi Medical Center después de una larga especialización en la carrera de cirugía oral y maxilofacial, donde fundé el servicio de la especialidad que no existía hasta ese entonces. Nos mudamos entonces a la moshavá Rosh Pina donde criamos a nuestros tres hijos, Jonatán, Natanella y Ofir en estos últimos años.
-¿Hace cuánto trabajas en el Zvi Medical Center y qué tareas llevas adelante allí?
Fundé la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial en el año 1998 después de un año de especialización en Inglaterra. Durante muchos años trabajé y desarrollé el servicio como único cirujano hasta que se sumó el Dr. Daniel Lesmes, un cirujano maxilofacial nacido en Colombia y llegado a Israel de apenas 9 años y luego se sumaron las doctoras Zinat Adawieh y Keren Yudovich. Prestamos servicios que van desde cirugías menores como extracciones dentales, diagnóstico y tratamiento de lesiones de los maxilares, tumores de la cara, maxilares y cuello, trauma maxilofacial y problemas de articulación de ATM. Como así también cirugía implantológica, injertos óseos y demás. Estamos juntando fondos para establecer un servicio de atención dental para los niños sirios que están privados completamente de atención del otro lado de la frontera. El servicio oral y maxilofacial es muy importante en esta zona de periferia tan alejada de las facultades de odontología pues actúa como un centro de referencia muy importante para los dentistas del área, habiendo un dialogo permanente con ellos y colaborando con el desarrollo profesional de los mismos mediante rotaciones en la unidad y organización de encuentros científicos.
-¿Cuándo fue la primera vez que recibiste un paciente sirio? ¿Qué sentiste? ¿Cómo fue la interacción?
Fue un día de febrero del 2013. Estábamos con Daniel trabajando en el hospital cuando de repente nos llaman a la sala de trauma y nos informan que son heridos de guerra Sirios. Mientras nos dirigíamos, nos preguntamos: ¿que son heridos sirios? ¿Cómo llegaron a Israel? ¿Heridos por quién? Fue una sensación extraña, una mezcla de curiosidad y sorpresa. Pero no hablo de solo la mía sino también de la de ellos, yo creo que fue la primera vez que nos vimos “cara a cara” uno al otro. Pero en su mayoría estaban gravemente heridos y como quedaron internados por varias semanas y algunos también meses tuvimos oportunidad de establecer cierta “relación” a través del equipo médico de habla árabe y de trabajadores sociales.
-Cuéntanos sobre casos particulares que hayan dejado mella en vos.
Cada uno de los casos me ha dejado algo, un herido sirio no es un paciente común. Ellos han atravesado la frontera y han pasado al lado del “enemigo” para tener una posibilidad de sobrevivir a una muerte inminente. Han atravesado la frontera psicológica y cultural, para confrontar a lo desconocido y a lo tal vez, temido. De alguna manera, los casos que más me hicieron reflexionar, son precisamente aquellos que no se animaron a hablar con nosotros. Tal vez por temor a nosotros, tal vez por temor a lo que dirán cuando vuelvan, o tal vez paralizados por el mismo.
Uno no puede ser indiferente o insensible ante un niño herido, que ha sido separado de sus padres por una explosión. El hospital de Safed, lo cura, lo contiene y pasa a ser un segundo hogar para ellos y más tarde también para su familia. Una niña siria fue atendida por el equipo médico de diabetes juvenil de la doctora Orna Godfrid, luego de arribar al hospital en un estado gravísimo por la falta de la administración de insulina. La tratamos aquí también en la unidad de cirugía maxilofacial con un estado de salud bucal muy malo en consecuencia de la desnutrición y la diabetes no controlada. Después de un año la encontré con la madre, venían a buscar la ración de insulina pues ya se le había acabado la que se llevó. Contó que la tiene que esconder bajo tierra para que no se la roben. Israel brinda no solo medicina, brinda una esperanza de amistad.
-¿Difiere en algo el trabajo que vos realizas con el que se realiza en hospitales de campaña en la frontera misma?
El hospital de campaña se armó al poco tiempo de que los heridos comenzaron a pasar la frontera, para hacerles una evaluación primaria y tratamientos básicos, y ver si hay necesidad de transportarlos a los hospitales del país, siendo el Ziv Medical Center de Safed el más cercano. Pero con el tiempo, la necesidad del mismo se hizo innecesaria y se cerró, y a los heridos se los transfiere en ambulancias directamente al hospital y aquí se decide su tratamiento.
-¿Qué pacientes son derivados a tu hospital y por qué?
El Ziv Medical Center de Safed es uno de los tres hospitales que pertenecen a la Facultad de Medicina de la Universidad de Bar Ilan. El hospital más cercano a la frontera (40 km) de Siria es el hospital de Safed, hospital público donde trabajo jornada completa y donde se trajeron los primeros heridos. Con la venida diaria de más y más heridos de Siria, nuestro hospital se organizó rápidamente en los aspectos médicos como así también en los sociales y se transformó rápidamente en un centro de atención principal de heridos de guerra sirios. Hay que tener en cuenta que se han atendido aquí solamente, más de mil heridos sirios. El equipo de cirugía oral y maxilofacial compuesto por tres especialistas, con experiencia bélica previa por la atención de más de 1.500 heridos de la guerra del Líbano en el año 2006, ha tratado un gran número de heridos de balas, esquirlas y explosiones, niños y jóvenes, que en este caso, constan de ciertas características que los identifica. Aquí se destacan por su labor entre otros, el Prof. Alexander Lerner traumatólogo nacido en Rusia y famoso en su campo por el desarrollo de técnicas quirúrgicas especiales y reconocido mundialmente. Los heridos con heridas neurológicas y cerebrales fueron derivados a un centro hospitalario de las cercanías, perteneciente también a la Universidad de Bar Ilan.
-¿Te ha tocado atender combatientes sirios o son sólo civiles heridos?
Eso es difícil sino imposible de saber. Ellos no son los soldados clásicos con uniformes y cascos verdes, por lo general visten indumentaria civil, y no admiten por lo general el hecho de ser “combatientes”. Por otro lado, hemos atendido muchísimos niños muy jóvenes, adolescentes y mujeres embarazadas que han dado luz aquí. ¿Son ellos combatientes?
-¿Crees que los sirios retornados a Siria puedan a futuro incidir en una mejor coexistencia entre ambos pueblos?
Te lo voy a sintetizar en una frase: “Mi esperanza es que de aquí a 10 años, estos niños que hemos curado, hagan la paz con mis hijos”.
-Esta tarea humanitaria que Israel lleva adelante, curando a civiles de una nación enemiga, ¿tiene precedentes en otros lugares?
No tiene precedentes en ninguna parte del mundo. Israel viene prestando ayuda humanitaria en muchas partes del mundo, y eso es sabido y también reconocido. Esta es la primera vez que Israel presta ayuda humanitaria dentro de sus fronteras.
-¿Qué mensaje le darías a la comunidad judía argentina desde Israel?
Israel tiene enemigos externos que amenazan con su existencia. A pesar de ello, y a pesar de las guerras que hemos pasado y las que vendrán, el pueblo de Israel no ha perdido su humanidad, amor y respeto al prójimo. No dejemos que el mal y la adversidad desvíen y cambien nuestros valores. Los valores del pueblo judío sobrevivieron pogromos, inquisiciones y las atrocidades del Holocausto del siglo pasado. No hace mucho hemos recuperado y fundado nuestro Estado de Israel, hoy en día tenemos el Ejército de Defensa de Israel que nos protege, este es el momento de demostrar a nosotros mismos y al mundo, que somos diferentes, que usaremos el ejército del bien y de la humanidad para conseguir la paz entre los pueblos.