Varios

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Por Julián Schvindlerman

  

Nisman es una víctima más de la AMIA – 21/03/15

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Diario Uno (Santa Fe)

Schvindlerman: “Nisman es una víctima más de la Amia”. El reconocido ensayista y analista internacional habló con Diario UNO sobre la muerte del Fiscal Nisman, la investigación del atentado a la mutual judía y la relación de la Argentina con Irán.

Por Coqui Toum

__ ¿Qué grado de desarrollo que tiene en la actualidad el programa nuclear iraní?
—El programa nuclear de Irán es histórico y viene de los tiempos del Sháh, y a lo largo de los años siempre hubo un interés. Pasa que no es sencillo para las naciones desarrollar armamento nuclear, porque requiere una inversión muy grande, tener el know how, y un acceso a tecnología que no es simple. El tema es que en los inicios del Siglo XXI, un grupo exiliado iraní denunció que existía un desarrollo nuclear clandestino con finalidades militares. A partir de ahí el mundo empezó a prestar atención, y la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea), comenzó a pedir la cooperación de Irán. Al principio la dio, porque coincidió con las invasiones norteamericanas a Afganistán e Irak. Por un lado acrecentó la preocupación iraní de ser invadidos, y de pensar que necesitaban más que nunca el armamento nuclear para evitar esto, pero por otro lado este temor, los hizo ser más cooperativos. Desde entonces hay muchas sospechas por parte de la Aiea, y de otras potencias, de que la finalidad del programa no es civil, como Irán declara, sino que puede tener intenciones militares. Siempre doy el mismo ejemplo, Francia tiene armas nucleares, pero nadie pierde el sueño por eso, porque es una democracia y difícilmente vaya a usar ese armamento para expandirse. En el caso de Irán, la naturaleza del régimen es una preocupación, porque promueve el terrorismo, porque reprime domésticamente, porque amenazó con destruir a otro Estado, como es el caso de Israel, y porque ha negado el Holocausto. En esta coyuntura preocupa que un régimen de estas características tenga armamento nuclear.

—¿Cómo ve el panorama en Medio Oriente, teniendo en cuenta que en uno de sus artículos usted desliza la posibilidad de que Israel realice un ataque preventivo a las instalaciones nucleares iraníes?
—No estaba planeándose, pero si considerándose. Es decir, se estudió la posibilidad de que llegado el caso, haya que tomar la decisión. Más que nada han sido académicos los que han tratado de medir hasta qué punto podría Israel, si quisiera, hacerlo. Porque en una de esas no puede. Pero bueno, según conclusiones de expertos y entendidos, podría hacerlo. Los precedentes sugieren que si Israel considerara que está en una situación de absoluta línea roja, lo haría. Esto ya ocurrió en el pasado, en 1967 percibió que iba a ser invadido por tres naciones árabes de manera simultánea, y que su supervivencia estaba en riesgo, y preventivamente las atacó. También lo hizo con Irak, cuando destruyó un reactor atómico que estaba siendo construido, y después con Siria en el 2007. De modo que si Israel concluye que Irán está cerca de cruzar el umbral nuclear, mi impresión es que va a tener una posición similar, aunque no lo veo factible en este momento por la coyuntura internacional, y porque el programa nuclear [si bien] está avanzado, da la impresión de que todavía está un poco lejos.

—Ud. escribió en un artículo que hay una presencia en aumento de Irán en países de América Latina ¿a qué se debe?
—Irán siempre tuvo presencia diplomática en América Latina, no hay nada sospechoso aquí. El tema es que con el ascenso casi simultáneo en la presidencia de Mahmud Ahmadineyad (ex líder iraní) y de Hugo Chávez, se dio un acercamiento a través de Venezuela, y de países aliados como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, o la propia Argentina. Cuando hablo de penetración me refiero a dos cuestiones, por un lado algo legal, público y diplomático, donde es una práctica natural entre estados firmar acuerdos comerciales, militares, o lo que fuere; y una un poco más clandestina que es la propagación de la presencia de Hezbolá (Partido de Dios) en toda América Latina. Países como Brasil, Uruguay, México o Perú, empiezan a tener presencia de estos grupos y genera preocupación porque se ve una expansión, y uno se pregunta para que están allí. Una cosa es el intercambio bilateral de Irán como nación, y otra es la presencia de grupos terroristas leales a Irán ampliando su presencia aquí. En este sentido, algunos creen que con el ascenso de Hasán Rouhaní (presidente iraní actual) esto menguó, y puede ser que sea así, pero no se modificó el objetivo esencial de ganar lealtades y aliados en América Latina.

—Ud. escribió también que Argentina ha tenido una posición ambigua con respecto a Irán. ¿En que se basa?
—Porque hubo un cambio. En la Argentina menemista, cuando se dan los atentados contra la embajada de Israel y contra la Amia, al menos en lo declarativo y en lo público tuvo una postura hostil [a Irán], pero en las sombras aparentemente encubrió el atentado. Cuando apareció el kirchnerismo, había una denuncia de todo esto, y la exigencia de que Irán comparezca en la justicia. El propio Nisman fue designado por Néstor Kirchner, y se le dieron los recursos para que se dedicara solo a investigar el atentado, pero en algún momento hubo un cambio, y acá es donde hablo de ambivalencia. Lo que comienza a ocurrir es que Argentina se acerca a Irán, o viceversa porque no queda claro quién inicia la relación, pero lo que fue sorprendente es que el país respondió favorablemente. Porque a diferencia de Brasil, o Uruguay, [aquí] los iraníes asesinaron argentinos y este no es un tema menor. Ellos enviaron a terroristas a violar territorio soberano, y a matar ciudadanos argentinos.

—¿Está convencido que el atentando a la Amia fue perpetrado por Irán?
—Estoy completamente convencido, pero de todas maneras la justicia Argentina así lo concluyó, y por eso se pidió a Interpol que dicte los pedidos de captura, y que vengan a comparecer aquí. Incluso esto no es algo que niegue la propia Cristina [Fernández] que hoy está negociando con los iraníes. El punto es que el viraje se da en que el gobierno presenta un memorando diciendo que lo que realmente busca es conocer la verdad. Sin embargo, muchos sospechamos que lo que buscaba era encubrir la participación de Irán en el atentado, por otros intereses. Cuando Nisman hace la denuncia, no hace más que presentar en léxico jurídico y con evidencia judicial, lo que muchos en la comunidad de análisis político ya habíamos declarado. Que este acuerdo se trataba de limpiar la imagen de Irán, que no buscaba la verdad, sino todo lo contrario exculparlo para poder fomentar mayor comercio y mayor cercanía geopolítica e ideológica.

—¿Qué opina que sucedió con Nisman?
—Yo creo que Nisman fue asesinado, y lo digo como analista político porque no tengo evidencia para sustentar esto. Pero si uno ata cabos, ve que un fiscal valiente y comprometido, se juega con una denuncia de este tamaño y se prepara para dar una información al Congreso, no tiene el menor sentido lógico que se suicide sin dejar ni siquiera una nota de despedida para sus hijas. El hecho objetivo de que un Fiscal de la Nación denuncie al Ejecutivo de una manera tan prominente y que a los cuatro días de la denuncia, y a un día de ir al Congreso a presentar sus cargos, sea hallado muerto nos genera un nivel de sospecha muy fuerte. Uno no tiene por qué asumir que el gobierno es responsable de esto, pero el modo en el que reaccionó disipa bastante la duda. El gobierno directamente empezó a sugerir que Nisman era homosexual y a no poder dar el pésame. Ahora le están apareciendo noviecitas por todos lados, una cuenta en el extranjero, y puede que todo esto sea verdad, no lo sé. Igualmente, nada de esto deja de lado la sospecha de que hay una campaña de desacreditación, y aún si todo eso es cierto no mueve un milímetro la severa acusación que se hizo en relación a la denuncia por encubrimiento.

—¿Cómo fue en su opinión el accionar Nisman en relación al esclarecimiento de la causa?
—Es una víctima más de ese atentado, esto está claro. Creo que su accionar fue muy bueno en lo que refiere a investigar la conexión internacional de esta causa, y presentar evidencia tan convincente, que nada menos que un foro de Interpol que reúne a las policías de todas las naciones del mundo, consideró que la evidencia era seria y emitió circulares de captura internacional contra ex funcionarios de altísimo nivel de Irán. Esto no es algo menor. Hubo naciones árabes que votaron a favor de esto. Lo que me dejó cierta duda es porqué si él tenía sospechas sobre el encubrimiento la denuncia no se hizo antes. Este es un elemento que me hace pensar que puede haber habido un juego político detrás que uno no conoce. Hay cosas que no cierran, pero en principio mi sensación es que es una denuncia sólida y que el gobierno debería responder claramente.