By Julian Schvindlerman
The Times of Israel – 29/1/18
For centuries, the Catholic Church´s popes have been Italians. In the last four decades, the Vatican has been led by three non-Italian popes: the Polish Karol Wojtyla, the German Joseph Ratzinger, and the Argentine Jorge Bergoglio. As Argentine journalist Pablo Sirvén has pointed out, Francis´s predecessors visited their native countries within the year of their enthronement. Almost five years into his pontificate, the Argentine Pope has yet to do so. This prompted disappointment in Buenos Aires.
Francis made six trips to the Americas in which he visited ten different countries. Saving the United States, all other countries were Latin American: Cuba, Mexico, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Colombia, Brazil, Chile and Peru. He flew over Argentina´s airspace twice, but he did not land. When flying over Argentina days ago en route to neighboring Chile, as mandated by protocol, he sent a telegram to the Argentine President Mauricio Macri. Although the papal spokesman Greg Burke had anticipated that it would be an “interesting” message, Francis sent a formal telegram –in English. That was strange, especially when contrasting with the message he has sent to the previous president, Cristina Fernández de Kirchner, in Spanish, the language of his compatriots. As Italian historian Loris Zanatta observed, while for the rest of the world the focus of this pontifical trip was on Chile and Peru, for Argentines the real news was that the Argentine Pope would not go to their country.
It is no secret that Francis harbors little sympathy for the current president of Argentina. Just as he greeted coldly Chilean President-elect Sebastian Piñera whereas he shook hands warmly with former President Ricardo Lagos (the first is a Conservative, the second a Socialist), he has similarly treated the conservative Macri, in stark contrast to the populist Cristina Kirchner. While she refused to hand over the presidential staff to her successor, the Pope decided not to salute Mr. Macri on the day of his inauguration. While he urged all Argentines to “take care of Cristina”, he never expressed such a concern publicly regarding Mauricio Macri. This Pope opened the Vatican´s gates to a succession of Kirchner politicians (many of them prosecuted for corruption) but was initially reluctant to receive officials from the current government, and when he did grant them an audience he did not look particularly cheerful. The photograph that portrayed the first meeting in Rome between the Argentine pope and the Argentine president is by now legendary: Bergoglio´s hard face elicited tons of political commentary in the local media.
The Pope raised a few eyebrows with his deeds. He has not granted an audience to the catholic widow and orphaned daughters of murdered prosecutor Alberto Nisman. He simply greeted them in St. Peter’s Square when they made a stopover in Rome en route to Israel, but he did meet with the late prosecutor’s boss, Attorney General Alejandra Gils Carbó, who had opposed Nisman’s planned trip to Washington to present his denunciation of the Memorandum of Understanding between Argentina and Iran. The Pope did not go to Venezuela, but he welcomed Nicolás Maduro in Rome. He once questioned the Christian identity of President Donald Trump due to a political discrepancy, but he had no qualms about meeting with anticlerical atheist Fidel Castro in Havana (refusing at the same time to meet with the opposition movement Las Damas de Blanco). And he called Palestinian President Mahmoud Abbas “an angel of peace.” This Pope´s ideological position is crystal-clear.
Initially, Pope Francis had a gesture of generosity towards Mauricio Macri on the day of his enthronement. President Cristina Kirchner had excluded him from the official delegation that would travel to the Vatican for the ceremony. The new pontiff personally invited Mr. Macri to Rome. But the expectation of a cordial relationship between the two quickly vanished. And it was not the president´s fault.
During his stay in Chile, possibly attentive to the discontent among his compatriots in light of the non-visit to Argentina, at a Mass in Iquique Francis remarked: “I want to thank the presence of so many pilgrims from brotherly peoples, from Bolivia, Peru and -do not be jealous- especially of Argentines, who are my homeland.” Around fifteen thousand Argentinians travelled to Chile to see the Pope. It had been estimated that a million people would cross the border. Perhaps this is indicative of the disappointment that Argentinians are now experiencing concerning the first Argentine Pope in history.
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[Versión en español]
Francisco se saltea a la Argentina nuevamente
Por Julián Schvindlerman
The Times of Israel – 29/1/18
http://blogs.timesofisrael.com/pope-francis-skips-argentina-once-again/
Por siglos, los Sumos Pontífices de la Iglesia Católica fueron italianos. En las últimas cuatro décadas, el Vaticano fue liderado por tres Papas no italianos: el polaco Karol Wojtyla, el alemán Joseph Ratzinger, y el argentino Jorge Bergoglio. Como ha señalado el periodista argentino Pablo Sirvén, los pontífices predecesores de Francisco visitaron sus países natales dentro del año de su entronización; el Papa argentino al cabo de casi cinco años de pontificado no lo ha hecho todavía. Esto ha provocado desconcierto en Buenos Aires.
Francisco realizó seis viajes al continente americano en los que visitó diez países diferentes. Salvo los Estados Unidos, todos los demás fueron latinoamericanos: Cuba, México, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Colombia, Brasil, Chile y Perú. Dos veces sobrevoló la Argentina, pero no aterrizó. Al surcar el cielo argentino días atrás en ruta al limítrofe Chile, como manda el protocolo, envió un telegrama al presidente argentino Mauricio Macri. Aunque el vocero papal Greg Burke había anticipado que sería un mensaje “interesante”, Francisco envió un telegrama formal —y en inglés. Eso fue raro, especialmente al contrastar con el mensaje enviado a la previa presidente Cristina Fernández de Kirchner, en español, el idioma de sus compatriotas. Tal como observó el historiador italiano Loris Zanatta, mientras que para el resto del mundo el foco del viaje pontificio estaba puesto en Chile y en Perú, para los argentinos la verdadera noticia era que el Papa argentino no iría a su país.
Francisco no ha ocultado su escasa simpatía por el actual presidente de los argentinos. Así como ha saludado fríamente al presidente electo de Chile Sebastian Piñera y cálidamente al ex presidente Ricardo Lagos (el primero conservador, el segundo socialista), análogamente ha tratado al conservador Macri en oposición a la populista Cristina Kirchner. Mientras que ella se negó a traspasar el bastón presidencial a su sucesor, el Papa decidió no saludar a Macri el día de su asunción. Por el contrario, pidió a todos los argentinos que “cuiden a Cristina”, preocupación que nunca mostró en público por Macri. Este Papa estuvo dispuesto a recibir en audiencia a una sucesión de políticos kirchneristas (muchos de ellos procesados por causas de corrupción) pero ha sido reticente al principio a recibir a referentes del actual gobierno, y cuando lo hizo no se mostró particularmente alegre. Es legendaria ya la fotografía que retrató el primer encuentro en Roma entre el Papa argentino y el presidente argentino: la cara larga de Bergoglio concitó toneladas de comentarios y análisis político en la prensa nacional.
Muchas de sus acciones causaron sorpresa. Francisco no ha concedido una audiencia a la viuda católica e hijas del asesinado fiscal Alberto Nisman, limitándose a saludarlas en la plaza de San Pedro cuando ellas hicieron una escala en Roma en ruta a Israel, pero se ha reunido con quien fuera la jefa del fiscal, la Procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó, quien se opuso a que Nisman viajase a Washington a exponer sobre su denuncia del acuerdo de la Argentina K con Irán. No fue a Venezuela, pero recibió a Nicolás Maduro en Roma. Puso en duda la identidad cristiana del presidente Donald Trump por una discrepancia política, pero no tuvo reparos en reunirse con el ateo anticlerical Fidel Castro en La Havana (negándose a la vez a entrevistarse con las opositoras Damas de Blanco). Y caracterizo al presidente palestino Mahmoud Abbas como un “ángel de la paz”. Sus posiciones ideológicas son claras.
El Papa Francisco tuvo un gesto de generosidad inicial con Mauricio Macri el día de su entronización. La presidenta Cristina Kirchner lo había excluido de la comitiva oficial que viajaría al Vaticano para la ceremonia. El flamante pontífice lo invitó personalmente. La esperanza de una relación cordial entre ambos rápidamente se esfumó, sin embargo. Y no por culpa del presidente.
Durante su estadía en Chile, posiblemente atento al descontento de sus compatriotas por su no-visita a su patria, durante una misa en Iquique Francisco remarcó: “Quiero agradecer la presencia de tantos peregrinos de los pueblos hermanos, de Bolivia, Peru y -no se pongan celosos- especialmente de los argentinos, que son mi patria”. Hubo alrededor de quince mil argentinos en las cuatro actividades masivas del Papa en Chile. Se había estimado que un millón cruzaría la frontera. Quizás ello sea un indicio de la desilusión que el primer Papa argentino en la historia ha causado entre los suyos.