La próxima visita del ícono del Rock´n Roll Paul McCartney a Israel ha electrificado a sus fans desde Eilat a Rosh Hanikrá. Aún antes de la confirmación del recital, el valor de las entradas oscilaba entre 140 y 430 dólares. La excitación colectiva posiblemente se deba al largo y sinuoso camino que le tomó a algún Beatle poder tocar en el estado judío. Por increíble que suene, el gobierno laborista en la década de 1960 vetó el ingreso de los cuatro fantásticos al estado de Israel, presuntamente por temor a la corrupción moral que la manía rockera pudiera tener sobre el espíritu sionista. A cuarenta y tres años de aquella insólita decisión, el grupo de Liverpool y el estado judío han hecho las paces, y McCartney prometió a sus seguidores darles la noche que han estado esperando por décadas».
Eran otros tiempos, naturalmente. En 1965, Israel era vulnerable y lidiaba con múltiples desafíos. Muchos de ellos aún la acompañan, pero el Israel actual está mucho mejor dotada de recursos, experiencia y auto-confianza para confrontarlos desde otra posición. Entonces, la situación era diferente. Durante la primera mitad de la década del sesenta, cuando la revolución feminista, la psicodelia, el Rock y la liberación personal sacudían a Occidente, el estado judío apenas sobrevivía a sus problemas económicos, continuaba recibiendo inmigrantes, peleaba contra terroristas y ejércitos vecinos, levantaba una nación contra enormes adversidades, y luchaba nada menos que por su propia supervivencia. Las corrientes culturales del momento no encontraban su espacio en un pequeño estado asediado, cuyos jóvenes por aquél entonces no tenían acceso siquiera a un televisor, y todo el contacto que pudieron haber tenido con la Beatlemanía era a través de una muy limitada emisión radial de alguno que otro de sus temas. (Curiosamente, una de las estaciones radiales más adeptas a la música pop occidental en esos tiempos era una radio árabe, Radio Ramalla).
La historia de lo que sucedió con los Beatles en Israel reúne distintas versiones. Según Yarden Uriel, autor de dos libros sobre la banda británica, aún cuando no había un motivo lógico para que existiera interés en el público israelí por la música de los Beatles a la luz del ostracismo de una sociedad centrada en sus muchos problemas cotidianos, surgió el intento de acercar a la banda de Rock a la Tierra Santa. La idea fue de un productor local llamado Yacov Ori, quién enterado de que el manager de los Beatles era judío y de que éste tenía familiares en Israel, tomó contacto y lo persuadió de la visita. Ori se topó con un inconveniente: en aquella época Israel estaba corta de moneda extranjera y ejercía estricta supervisión respecto de cada divisa que salía del país. El manager británico no estaba dispuesto a aceptar pagos en moneda israelí, así es que el productor local apeló al comité oficial que debía decidir que artistas foráneos eran merecedores de las escasas monedas extranjeras que había en el tesoro israelí. Este comité dependía del Ministerio de Educación, cuyo director general era un tal Yakov Schneider, «un hombre de cara severa» conforme a la caracterización que ha hecho de él CNNexpansión.com. Sobre él (así como también sobre David Ben-Gurión) cayó el estigma de haber negado el ingreso al estado judío del famoso cuarteto del Rock. Su hijo, el político de izquierda Yossi Sarid, niega que su padre haya tomado esa decisión y atribuye el lamentable desenlace a una disputa entre productores competidores. No es más que una «leyenda urbana sionista», insiste Sarid.
Con el correr del tiempo, el estado judío se fue abriendo a las modas de las épocas y hoy en día es un destino habitual para las estrellas de la música contemporánea internacional, con figuras tales como Madonna, Mercedes Sosa, Bob Dylan y David Bowie entre tantísimas otras, habiendo pisado su suelo. Ante la proximidad de las celebraciones de su Sesenta aniversario, Israel decidió dar una vuelta de página y enmendar el mal precedente. Durante una visita al Museo de los Beatles en Liverpool a principios de este año, el embajador israelí ante el Reino Unido, Ron Prosor, entregó una carta de disculpas a Julia Baird, hermana de John Lennon; en cuyo honor hay hoy en día un bosque en Israel nombrado «El Bosque de la Paz John Lennon». La carta, en parte, decía: «Desafortunadamente, el Estado de Israel canceló vuestra performance en el país debido a la falta de presupuesto y porque algunos políticos en la Knesset creyeron en ese entonces que vuestra performance podría corromper las mentes de la juventud israelí. No hay duda que fue una gran oportunidad perdida evitar que gente como Uds., que han formado las mentes de una generación, vinieran a Israel y tocaran».
Disculpas aceptadas, McCartney acepó con gusto el convite y se lo espera prontamente en Tel-Aviv. Pero si bien Israel ha hecho las paces con los Beatles, hay quienes aún prefieren hacer sonar los tambores de la guerra. «Los amigos de nuestros enemigos son nuestros enemigos. Por tanto, Paul McCartney es ahora el enemigo de todo musulmán en el mundo… si valora su vida, le aconsejamos que no viaje y actúe allí», sostuvo el sirio Omar Bakri desde El Líbano, país en donde está exiliado luego de haber sido expulsado de Gran Bretaña por integrar células terroristas. Los voceros del músico condenaron las amenazas y señalaron que la visita «sólo tiene propósito musicales con un mensaje de paz». El propio McCartney dijo que fue presionado por diversas agrupaciones políticas para que cancelara el viaje, pero que él declinó conceder. «Varios grupos se han dirigido a mí para exigirme que no actúe el 25 de septiembre en Israel pero les he dicho que iré». Bravo Paul.
La extraña decisión israelí de vetar a los Beatles en 1965 estuvo a años luz de la conducta retrógada propia de los estados totalitarios -estalinistas, fascistas o teocráticos- de prohibir el arte occidental o no-patriota. No obstante, es bueno ver que la discordia ha sido superada y que las partes parecen haber dicho, en las palabras de una famosa canción del cuarteto de Liverpool, «We can work it out».
Originalmente publicado en Libertad Digital