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Infobae, Infobae - 2021

Infobae

Por Julián Schvindlerman

  

El calvario afgano – 02/09/21

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Por Julián Schvindlerman

Infobae – 2/9/2021

https://www.infobae.com/opinion/2021/09/02/el-calvario-afgano/

El próximo presidente de los Estados Unidos tendrá que […] salvar nuestra reputación, reconstruir la confianza en nuestro liderazgo y movilizar a nuestro país y a nuestros aliados para enfrentar rápidamente nuevos desafíos. No habrá tiempo que perder. –Joe Biden, “Por qué Estados Unidos debe liderar de nuevo”, Foreign Affairs, Marzo/Abril 2020.

La retirada estadounidense de Afganistán -y la implementación de esa retirada- han ofrecido un espectáculo asombroso. Combinadas, han dejado una imagen penosa de una superpotencia moralmente débil y geopolíticamente desorientada. La falta de previsión política, el fracaso de inteligencia, la abyecta desorganización logística, la casi nula capacidad de adaptación a una realidad cambiante y la patética rendición presidencial inicial ante el ultimátum talibán para un repliegue total al 31 de agosto, han dejado en evidencia una falla profunda en la gestión diplomática de esta Administración Demócrata.

Las primeras señales del desvarío se vieron el 8 de julio pasado durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Un periodista consultó a Biden por la posibilidad de que los talibanes conquistaran Afganistán tras la salida norteamericana. “La probabilidad de que los talibanes se apoderen de todo y se adueñen de todo el país es muy poco probable” respondió. Otro le preguntó si veía una equivalencia con la partida de Saigón en 1975. “No habrá ninguna circunstancia en la que veas a gente levantada del techo de una embajada” aseguró. Es triste decirlo, pero los talibanes han reconquistado Afganistán y helicópteros estadounidenses fueron enviados a rescatar a cientos de ciudadanos norteamericanos atrapados en Kabul. La dolorosa imagen de gente cayendo de un avión en vuelo que acababa de despegar del aeropuerto de Kabul perseguirá para siempre a esta Administración. Esta no es exactamente la mejor postal para recordar el vigésimo aniversario de los atentados del 11-S. Tampoco lo será la bandera talibana flameando en la sede del gobierno afgano, o quizás, sobre el edificio abandonado de la embajada norteamericana. Los fundamentalistas ya están sacando provecho propagandístico. Subieron a las redes sociales una foto de sus combatientes vestidos con uniformes del ejército americano izando la bandera de los talibanes en una pose que imita la famosa imagen de los marines levantando la bandera estadounidense en el monte Suribachi de Iwo Jima.

Los recientes atentados que mataron a más de una docena de soldados estadounidenses y a casi doscientos civiles afganos en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, perpetrados por jihadistas de un re-emergente ISIS en aquél país musulmán, son otra manifestación de los niveles que ha alcanzado la debacle de esta retirada: desde febrero de 2020 que no moría un solo soldado estadounidense en Afganistán y desde 2011 que EE.UU. no padecía tal cantidad de bajas en un solo día. Tampoco es auspicioso el ascenso de la red Haqqani -la rama más radical dentro del movimiento Talibán y muy vinculada a Al-Qaeda- que fue designada como agrupación terrorista por Washington nueve años atrás. Sirajuddin Haqqani, el líder adjunto de los talibanes, es un hombre buscado por el FBI. ¿Será de aquí en más Afganistán el nuevo epicentro del jihadismo global? ¿Empoderará esta retirada a Pakistán, aliado histórico de los islamistas? ¿Dará nuevos bríos imperialistas a la República Islámica de Irán, que ya ha comenzado a vender combustible a Kabul? ¿Cómo leerán China y Rusia, las máximas potencias hostiles a las democracias liberales, este humillante repliegue  norteamericano? Es difícil ofrecer una respuesta benigna a estos interrogantes.

La retirada fue caótica y ha dejado una imborrable sensación de fiasco. Nadie fuera de esta Casa Blanca está defendiendo su implementación. Pero más fundamentalmente: ¿Era necesaria? Esto ha sido largamente debatido en Estados Unidos. Tras la invasión en 2001, el objetivo primordial -derrocar al gobierno Talibán que daba cobijo a Osama bin Laden- fue velozmente alcanzado. La posguerra resultó mucho más complicada. Washington llegó a enviar 110.000 soldados y gastó muchísimo dinero en sostener su presencia allí. Perdió alrededor de 2.500 de sus hombres, sus aliados de la OTAN sufrieron 1.100 bajas en tanto que Afganistán vio morir a 120.000 de sus ciudadanos, entre militares y civiles. A la vez, emergió un gobierno pro-occidental y los afganos, especialmente las mujeres, ganaron enormes derechos civiles, políticos y humanos. De algún modo, Afganistán estaba en piloto automático: con apenas 3.000 militares que brindaban apoyo logístico principalmente, Washington preservaba cierta estabilidad. Para la opinión pública norteamericana no era un tema olvidado, pero, como ha señalado Richard Haas, presidente del Council on Foreign Relations, tampoco se veían manifestaciones pasionales por Afganistán en Chicago o Seattle como sí se han visto últimamente por otros asuntos políticos, económicos o sociales. Veinte años es mucho tiempo para sostener una presencia militar en el extranjero, no obstante, en Corea Washington lleva apostados 28.500 soldados por varias décadas y pocos parecen haberlo notado. 

Al parecer, el presidente Biden tomó una decisión de consideración doméstica (la mentada “política exterior para la clase media”), la cual ha tenido graves consecuencias geopolíticas globales. Su base electoral puede estar complacida, pero el impacto para EE.UU. y más allá de sus fronteras es real. El argumento de que esto le permitirá a Washington reorientar recursos hacia Asia es ahora redundante. Ante tal espléndida exhibición de agotamiento y torpeza, nadie está temblando en Beijing o en Moscú. 

Joe Biden se ha vanagloriado de su larga trayectoria y experiencia en Washington. Encaminado al vigésimo aniversario del 11-S, muy pronto deberá hacer gala de su mentada cintura política -y física- para eludir tomates durante su discurso a la nación.

Profesor en la carrera de relaciones internacionales de la Universidad de Palermo

Perfil, Perfil - 2021

Perfil

Por Julián Schvindlerman

  

La enorme sensibilidad artística de la dinastía Kim – 22/08/21

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Por Julián Schvindlerman

Perfil – El Observador (22/8/2021)

https://www.perfil.com/noticias/opinion/la-enorme-sensibilidad-artistica-de-la-dinastia-kim.phtml

Corea del Norte ha estado en las noticias recientemente, y no por su programa nuclear. Más bien, debido a una nueva legislación que penaliza severamente a quienes vean o  escuchen música, películas y series extranjeras. Según informó Imma Bonet en El País (España) también se castiga a aquellos en posesión de teléfonos celulares, televisores, radios y computadoras no registrados. Quedan expuestos a la pena de muerte quienes contrabandeen material “ilegal”. Si algún norcoreano cantase, escribiese o hablase “en estilo surcoreano” podría ser condenado a dos años de trabajo forzado. Suena brutal. Pero hay que entender que Kim Jong-un debe resguardar el rico legado cultural de sus antepasados, y el suyo propio. Su padre, su abuelo y él mismo han sido artistas y pensadores, a su modo, y el actual tirano de Pyongyang no puede permitir que sus creaciones maravillosas se vean ensombrecidas por la influencia perniciosa del K-pop surcoreano.

La dinastía de los Kim tuvo un inicio auspicioso en la literatura y la dramaturgia, y logró la consagración en las sucesivas generaciones. Kim Il-sung fue el padre-fundador de Corea del Norte, “el primer estado comunista hereditario que alguna vez haya existido en la historia de la humanidad” según la docente de la Universidad de California en Santa Bárbara, Suk-Young Kim. Él integró la guerrilla coreana anti-japonesa en Manchuria y su banda estaba conformada “por los menos educados de las «facciones» comunistas y los menos involucrados en asuntos culturales” según un biógrafo. Aun así, tras el establecimiento de Corea del Norte, el joven luchador se transformó en una luminaria de las letras y las artes cuyo legado es todavía reverenciado por las masas. Se le atribuyen tratados sobre literatura y óperas, destacándose especialmente Mar de sangre, una ópera de vanguardia. Cuenta la historia de una familia cuyo padre es secuestrado por las fuerzas coloniales japonesas, la victoria final de la familia sobre los opresores y el advenimiento de una revolución comunista. La trama es un espejo de su biografía oficial: su padre fue apresado por los japoneses, él se unió a la resistencia y terminó estableciendo una nación comunista. Encargó la escritura de sus memorias a un grupo de propagandistas, quienes terminaron produciendo un relato bastante ficticio de su vida, titulado Con el siglo.

No obstante, la contribución más notable a la cultura coreana fue su “teoría de la semilla”, la cual fue publicada inicialmente en 1972 en el Diccionario de Arte y Literatura de Corea. Según explica la Asociación Coreana de Crítica Literaria:

“Expresado con simpleza, la semilla constituye el núcleo del arte y determina su           valor esencial […] La teoría de la semilla no está meramente limitada a algunos aspectos de la creación, tales como tema, ideología o material. Determina todo el proceso creativo […] El criterio más importante para seleccionar la semilla correcta es examinar qué tan verdaderamente refiere a las ideas [e] instrucciones de Kim-Il sung y a las medidas políticas del partido, las cuales son la realización de las ideas de Kim”. 

El periodista inglés especializado en literatura producida por dictadores, Daniel Kalder, señala que su  hijo Kim Jong-il heredó la veta artística de su progenitor, la cual se cristalizó en libretos de óperas, guiones de películas y libros. Su discurso ante el Partido Comunista en 1991 fue publicado como Nuestro socialismo centrado en las masas no perecerá. Sus cuarenta y seis páginas de extensión dan cuenta de que habrá sido un discurso largo. Su don creativo puede verse también en el plano de la nomenclatura: al Departamento de Agitación y Propaganda lo rebautizó como Departamento Literario y Artístico. El volumen I de sus Obras Seleccionadas contiene capítulos sumamente interesantes tales como “Sobre mejorar el trabajo de la Liga Juvenil para cumplir los requisitos de la situación en desarrollo”, “La estructura de trabajos multipartidarios y el problema del flujo dramático” y “Acerca de terminar la película La familia de Choe Hak Sin y hacerla una obra maestra que contribuya a la educación anti-estadounidense”. También publicó Sobre el arte de la ópera y oficialmente se informó que escribió más de treinta libros sobre arte y estética. Uno de sus libros lidia con el ejercicio del periodismo, en un país donde no existe la prensa independiente. Se titula humildemente Kim Jong-il, el gran maestro de periodistas.

Pero donde el nuevo líder norcoreano se destacó fue en el rubro cinematográfico. No tanto por su talento, sino por haber hecho historia al secuestrar a un encumbrado director de cine surcoreano y a su ex esposa para forzarlos a elevar la calidad del cine de su país. El resultado fue cerca de una docena y media de films, entre ellos uno de acción y fantasía basado en la leyenda del monstruo Pulgasari, título de la cinta. El director Shin Sang-ok y la actriz y ex esposa Choi Eun-hee lograron fugarse a Estados Unidos unos años más tarde. Se atribuye también al líder norcoreano el guión adaptado de la ópera de su padre Mar de sangre y de La chica de la flor, película que obtuvo el “premio especial” en el festival de cine de Karlovy Vary en Checoslovaquia en 1972. Además, Kim Jong-il meditó sobre la cinematografía en su obra Sobre el arte del cine, que contiene consejos profundos y perdurables como éste: “las imágenes de la película deben verse bien en la pantalla”.

Su hijo Kim Jong-un no parece haber heredado el amor paterno por el séptimo arte; no especialmente tras la llegada a las salas de cine de La entrevista, comedia ficcional norteamericana del 2014 dirigida por Seth Rogen, cuyo argumento se centra en una ridícula operación de la CIA para asesinarlo. Escribió al menos dos libros, La causa del gran partido de los camaradas Kim Il-sung y Kim Jong-il es siempre victoriosa y Aceleremos la victoria final por medio de la ofensiva ideológica revolucionaria. Con esos títulos convocantes, han de haber sido un éxito de ventas en Pyongyang. Para no decepcionar a sus fanáticos, en diciembre del año pasado la editorial oficial publicó una biografía del líder de 621 páginas titulada El gran hombre y la era de la nación poderosa.    

Corea del Norte puede ser un estado-paria y empobrecido, sus ciudadanos oprimidos, hambreados y torturados por un clan familiar famosamente despiadado. Pero detrás de esa crueldad dinástica, en el fondo de los corazones de los Kim palpita un tierno amor por las artes; norcoreanas exclusivamente y propagandísticas esencialmente, pero artes al fin.  

Profesor en la carrera de relaciones internacionales en la Universidad de Palermo

The Times of Israel, The Times of Israel - 2021

The Times of Israel

Por Julián Schvindlerman

  

Ben & Jerry’s Woke Political Activism – 26/07/21

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By Julián Schvindlerman
The Times of Israel – 26/7/2021

https://blogs.timesofisrael.com/ben-jerrys-woke-political-activism/

May I propose a multiple-choice challenge to the reader? Guess which organization publishes these phrases on its website:

“We are committed to honoring the rights of all people to live with liberty, security, self-esteem, and freedom of expression and protest, and to have the opportunity to provide for their own needs and contribute to society.”

A) Amnesty International

B) Ben & Jerry’s

“We seek and support nonviolent ways to achieve peace and justice. We believe government resources are more productively used in meeting human needs than in building and maintaining weapons systems.”

A) Coalition to Stop Gun Violence

B) Ben & Jerry’s

“It’s time to transform our failing, racist criminal justice system, reimagine public safety, defund the police, and invest in communities of color.”

A) Black Lives Matter

B) Ben & Jerry’s

“The ongoing climate crisis does not affect all of us in the same way—the world’s most vulnerable populations are being hit hardest.”

A) Greenpeace

B) Ben & Jerry’s

That’s right, in all cases the correct answer is B: Ben & Jerry’s.

Need I clarify that these quotes were taken from the official website of the ice cream company (https://www.benjerry.com) and not from the Ben & Jerry’s Foundation, which defines itself as “a social justice organization” that opposes “the legacies of white supremacy culture” and “oppressive and discriminatory systems,” while proclaiming its adherence to the ideal of “a more just and inclusive world.” No, it is Ben & Jerry’s Homemade Holdings, Inc. -a company dedicated to a commercial activity- that proclaims these statements within its general concern for issues such as “climate justice,” “criminal justice reform,” “refugee rights” and “human rights and dignity”. There is no doubt that these are noble pronouncements. There is also no doubt that, in our contemporary cultural environment, they expose a politically correct Woke ideology. It is always easy to extoll platitudes.

But it seems that Ben & Jerry’s, in addition to posturing, does act on the ground. It has a long history of political activism and has at times politicized the flavors of its ice creams. In 2016 it publicized its support for the candidacy of Senator Bernie Sanders by naming one of its ice creams “Bernie’s Yearning” and two years later it launched the flavor “Pecan Resistance” in opposition to President Donald Trump. Its chief executive, Matthew McCarthy, wrote an opinion piece supporting legislation favorable to paying reparations to descendants of slaves in the United States. Anuradha Mittal, president of the corporate board, also heads the Oakland Institute, which published nine reports critical of Israel in 2017 alone.

Last week Ben & Jerry’s plunged its nose further into the Israeli-Palestinian conflict by announcing that, by the end of 2022, it will no longer sell its products in East Jerusalem (including the Old City Jewish Quarter) and the West Bank, areas the company called “Occupied Palestinian Territories.” Thus, the company founded in 1978 by two Jews, Jerry Greenfield and Ben Cohen, chose to boycott the Jewish state (today it is owned by Unilever).

According to Danielle Letenyei of Market Realist, Ben & Jerry´s sells its ice creams in more than 35 different countries. Among them are Rodrigo Duterte’s Philippines, Viktor Orban’s Hungary, and Sheikh Khalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahyan’s United Arab Emirates; neither of which is exactly a liberal democracy. David May, Richard Goldberg and Orde Kittrie of the Foundation for Defense of Democracies, point to Unilever, the parent company, which maintains corporate offices in several countries that violate human rights, including China, Pakistan, Russia, Saudi Arabia, Turkey, Venezuela, Vietnam and Zimbabwe. “It is difficult to say why Unilever shows greater concern for the sale of ice cream in West Bank settlements than it does for the exploitation of forced labor in Xinjiang,” note these researchers. It’s actually quite easy. Virtue-signaling Israel carries no cost, while criticizing China does (just ask H&M).

Ben & Jerry’s political agenda has become so extreme, anti-Israel and woke that one should be forgiven for wondering if the ice cream company is still in Unilever’s hands or was it secretly sold to Human Rights Watch.

Version en Español:

El activismo político woke de Ben & Jerry’s:

Propongo un desafío de opción-múltiple al lector. ¿Qué organización publica estas frases en su portal?:

“Estamos comprometidos a respetar los derechos de todas las personas a vivir con libertad, seguridad, autoestima y libertad de expresión y protesta, y tener la oportunidad de satisfacer sus propias necesidades y contribuir a la sociedad.”

A) Amnistía Internacional

B) Ben & Jerry´s

“Buscamos y apoyamos formas no violentas de lograr la paz y la justicia. Creemos que los recursos gubernamentales se utilizan de manera más productiva para satisfacer las necesidades humanas que para construir y mantener sistemas de armas”.

A) Coalición para Detener la Violencia Armada

B) Ben & Jerry´s

“Es hora de transformar nuestro sistema de justicia penal racista y fallido, reimaginar la seguridad pública, desfinanciar a la policía e invertir en comunidades de color”.

A) Black Lives Matter

B) Ben & Jerry´s

“La actual crisis climática no nos afecta a todos de la misma manera: las poblaciones más vulnerables del mundo son las más afectadas”.

A) Greenpeace

B) Ben & Jerry´s

Así es, en todos los casos la respuesta correcta es B: Ben & Jerry´s.

Aclaro que estas citas fueron tomadas del portal oficial de la compañía de helados (https://www.benjerry.com) y no de la Fundación Ben & Jerry´s, que se define como “una organización de justicia social” que se opone a “los legados de la cultura de la supremacía blanca” y “los sistemas opresivos y discriminatorios”, a la par que proclama su adhesión al ideal de “un mundo más justo e inclusivo”. No, es Ben & Jerry´s Homemade Holdings, Inc. -una empresa dedicada a la actividad comercial- la que proclama estas afirmaciones dentro de su preocupación general por temas tales como la “justicia climática”, la “reforma de la justicia penal”, los “derechos de los refugiados” y los “derechos humanos y dignidad”. No hay duda de que son pronunciamientos nobles. Tampoco hay duda de que, en el ambiente cultural contemporáneo, exponen una ideología woke políticamente correcta. Siempre es fácil ensalzar los lugares comunes.

Pero Ben & Jerry´s, al parecer, además de declarar, actúa. Tiene un largo historial de activismo político y en ocasiones ha politizado los sabores de sus helados. En 2016 publicitó su apoyo a la candidatura del senador Bernie Sanders al nombrar a uno de sus helados “El anhelo de Bernie” y dos años después lanzó el sabor “Resistencia al Pecan” en oposición al presidente Donald Trump. Su presidente ejecutivo, Matthew McCarthy, escribió un artículo de opinión que apoyaba la legislación favorable a pagar reparaciones a los descendientes de esclavos en los Estados Unidos. Anuradha Mittal, presidenta de la junta corporativa, también dirige el Oakland Institute, que publicó nueve informes críticos de Israel sólo en 2017.

La semana pasada Ben & Jerry´s hundió más sus narices en el conflicto palestino-israelí al anunciar que, para fines de 2022, ya no venderá sus productos en Jerusalem Oriental (incluyendo al barrio judío de la Ciudad Vieja) y en Cisjordania, lo que la empresa denominó “Territorios Palestinos Ocupados”. Así, la compañía fundada en 1978 por dos judíos, Jerry Greenfield y Ben Cohen, optó por boicotear al estado judío (hoy es parte de Unilever).

Según Danielle Letenyei de Market Realist, Ben & Jerry´s vende sus helados en más de 35 países. Dentro de ellos están las Filipinas de Rodrigo Duterte, la Hungría de Viktor Orban y los Emiratos Árabes Unidos del jeque Khalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, ninguno de los cuales es exactamente una democracia liberal. David May, Richard Goldberg y Orde Kittrie de la Fundación para la Defensa de las Democracias, señalan por elevación a Unilever, la empresa madre, que mantiene oficinas corporativas en varios países que violan los derechos humanos, incluidos China, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita, Turquía, Venezuela, Vietnam y Zimbabwe. “Es difícil decir por qué Unilever muestra mayor preocupación por la venta de helados en los asentamientos de Cisjordania que por la explotación del trabajo forzoso en Xinjiang” anotan estos investigadores. En realidad es fácil. Señalar moralmente a Israel no tiene costo; criticar a China sí (tan sólo pregunte a H&M).

La agenda política de Ben & Jerry´s se ha tornado tan extrema, anti-israelí y woke que uno debiera ser perdonado por preguntarse si la compañía de helados todavía sigue en manos de Unilever o acaso fue secretamente vendida a Human Rights Watch.

Profesores Republicanos

Profesores Republicanos

Por Julián Schvindlerman

  

Proclama de Profesores Republicanos + Cobertura de Infobae y Clarín

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FRENTE A UNA TRAICIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR A NUESTROS VALORES CONSTITUCIONALES

PROFESORES REPUBLICANOS advierte con gran preocupación las posiciones adoptadas recientemente por las autoridades nacionales en materia de política exterior. Estas muestran, a las claras, una total incompatibilidad con las más caras tradiciones argentinas y con el espíritu republicano consagrados en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.

La política exterior argentina debe ser un verdadero y sólido pilar del Estado, ajena a las circunstancias de la coyuntura política del momento. La defensa irrestricta del interés nacional, de la igualdad entre los pueblos, de las libertades individuales y de los Derechos Humanos no puede ser objeto de manipulación por parte de quienes nos gobiernen.

Nuestro alineamiento con regímenes autocráticos que desconocen los principios fundamentales de la libertad individual e incurren en reiteradas violaciones del Estado de derecho y de los Derechos Humanos nos coloca frente a una gran incertidumbre respecto del futuro.

Retirarse de la coalición de naciones que, con justas razones, denunció al autoritario gobierno de Venezuela ante la Corte Penal Internacional; apoyar con el voto argentino la creación de una Comisión Internacional que investigue a Israel -país agredido- por supuestas violaciones a los Derechos Humanos en el reciente conflicto de la Franja de Gaza, y pertenecer al Foro de San Pablo, alejando a nuestro país de su tradicional vínculo con las democracias occidentales, es la cabal demostración de un camino errado que procura “hermanarnos” a aquellos sistemas que, con el propósito de afirmar el populismo, fomentan la pobreza, la degradación de la persona humana, la destrucción del futuro de los ciudadanos y la división de las poblaciones como mecanismo para la eliminación del sentir nacional argentino.

PROFESORES REPUBLICANOS tiene en claro que no son estos los valores que sostiene la inmensa mayoría del pueblo argentino.

PROFESORES REPUBLICANOS se siente en la obligación moral, republicana, constitucional e institucional de repudiar la política de alineamiento que, paso a paso, lleva a cabo el gobierno nacional con los regímenes más virulentos del planeta.

PROFESORES REPUBLICANOS exhorta al gobierno nacional a rectificar el rumbo de nuestra política exterior, retornando a los valores y principios constitucionales que otrora nos hicieron dignos de respeto en el concierto de las Naciones libres y de los que nunca debimos alejarnos.

Buenos Aires, 31 de mayo de 2021

NERCELLAS, Marta; OSSONA, Jorge; KOVADLOFF, Santiago; WIÑAZKI, Miguel; MIZRAJI, Guillermo J. H.; FARGOSI, Alejandro; SBARBATI NUDELMAN, Norma; VICENTE, Alicia L.; ROITMAN, Horacio; VEGA, Gerardo; ODRIOZOLA, Juan M.; SIGAL, Jorge; HERNÁNDEZ, Antonio M.; BOUR, Enrique; RÓVERE, Graciela;SCHVINDLERMAN, Julián; PAPPACENA, Rubén; VOLMAN, Mario; SALVAT, Jorge; MINASSIAN, Luciana; BORDA, Alejandro; LENCOVA, Liuba; GARZÓN FUNES, Oscar; GAMBIER, Beltrán; BERMÚDEZ, Horacio; GASTALDI, José M.; HERRERO, Luis R.; CAMERINI, Marcelo; BARUGEL, Ernesto; MAYAUD MAISONNEUVE, Marcelo; IMAZ, Ignacio; ROVEGNO, Julio; BERGMAN, Sergio; MALKASSIAN, Roberto;BARREIRA DELFINO, Eduardo; HALPERIN, David; LANÚS OCAMPO, Cecilia; LUONGO, Juan C.; COHEN, Jorge; JACOBY, Daniel; SUÁREZ, Sergio; GUAIA, Carlos; COHAN, Alberto; BULLORSKY, Ernesto;POPRITKIN, Alfredo; LUNA, Darío M.; BORISONIK, Sergio; TON, Walter R. J.; CASTROGIOVANNI, Ricardo M.; BOUREL, Martín; ROMERO, Raúl; LEVY, Alberto; PERINA, Emilio; FOTHERINGHAM, Alejandro; BUNGE, Diego; ALTMAN, Daniel; MASRI, Victoria; VARELA, Eduardo J.; GENTILE, Ana María; ABALLAY, María Verónica; MATOZO, Alejandro; DUBIN, Daniel; KLEIDERMACHER; Arnoldo; SCHMIDBERG, Eduardo; VAISER, Lidia; SVARTZ, Héctor; ABIERI, Roberto, y siguen las firmas.

INFOBAE (31/5/2021)
Dura crítica al Gobierno por el polémico giro en la política exterior argentina: “Es una traición a los valores constitucionales.
La organización Profesores Republicanos emitió una fuerte declaración que cuestiona “el alineamiento con regímenes autocráticos” que decidió la Casa Rosada en las últimas semanas.

https://www.infobae.com/politica/2021/05/31/dura-critica-al-giro-del-gobierno-en-la-politica-exterior-argentina-es-una-traicion-a-los-valores-constitucionales/

CLARÍN (31/5/2021)
Advierten que la política exterior del Gobierno es una “traición” a los valores constitucionales de la Argentina.
El grupo “Profesores republicanos” cuestionó las posturas tomadas ante la situación en Venezuela y el conflicto en Gaza.

https://www.clarin.com/politica/advierten-politica-exterior-gobierno-traicion-valores-constitucionales-argentina_0_FSbTCaRQf.html

Libertad Digital, Libertad Digital - 2021

Libertad Digital

Por Julián Schvindlerman

  

Vacunas por paz – 20/07/21

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Por Julián Schvindlerman
Libertad Digital (España) – 20/7/2021

https://www.libertaddigital.com/opinion/julian-schvindlerman/vacunas-por-paz-6802478/

En lo que va de año, el panorama pandémico en las zonas palestinas está siendo sombrío. Médicos Sin Fronteras (MSF) informaba el 24 de marzo: desde febrero, «otra fuerte ola de covid-19 ha barrido Cisjordania, Palestina»; y señalaba que más de 20.000 pacientes estaban siendo tratados por el nuevo coronavirus, lo que presionaba un sistema de salud ya de por sí frágil y dejaba al personal médico luchando en condiciones muy difíciles.

Decía más MSF: «Hebrón ha sido una de las zonas más afectadas de Cisjordania. En Naplusa, en el norte de Cisjordania, la situación es igualmente preocupante. En Gaza, el número de pacientes con covid-19 disminuyó en febrero, pero a mediados de marzo comenzó a aumentar nuevamente. El sistema de salud de Gaza ya está paralizado (…) A medida que el covid-19 se propaga por Cisjordania y Gaza, los palestinos siguen desprotegidos». Ely Sok, jefe de misión de MSF en los territorios palestinos, comunicaba que para mediados de marzo menos del 2% de los palestinos habían sido vacunados en Cisjordania y Gaza, «un número alarmantemente pequeño a la luz de la tercera ola de la pandemia mortal».

El 22 de abril, el coordinador especial de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, informó al Consejo de Seguridad sobre la situación en los territorios palestinos indicando que la tasa de infección diaria en Gaza estaba en su nivel más alto desde que comenzó la pandemia, en marzo de 2020; que «en Cisjordania muchos hospitales están funcionando a su capacidad máxima o casi» y que Israel continuaba «vacunando a segmentos de la población palestina en Cisjordania». Además, incidió en «la necesidad de más vacunas y de acelerar el proceso».

Por su parte, Rein Paulsen, director de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), afirmó en abril que la pandemia empeoró la situación humanitaria de la población palestina: «Cerca de uno de cada dos palestinos, la mayoría de ellos en la Franja de Gaza, requieren asistencia y protección». Paulsen observó que apenas el 3% de la población de los territorios había sido vacunada por las autoridades palestinas y advirtió que Israel llevaba vacunados «a más de 120.000 palestinos, incluidos los de Cisjordania con permisos de ingreso al país».

Luego, el 15 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió su reporte sobre la situación pandémica en los territorios palestinos. Reportó 344.345 contagios (228.862 en Cisjordania y 112.668 en Gaza) y 3.853 muertes (2.775 en Cisjordania y 1.078 en Gaza). Hasta el 15 de abril se había vacunado a 560.195 personas (466.522 en Cisjordania y 93.673 en Gaza), alrededor del 11% de la población palestina. Las zonas palestinas habían recibido 1.061.020 vacunas (744.230 destinadas a Cisjordania y 316.790 a Gaza), de Pfizer, AstraZeneca, Moderna, Sputnik V, Sputnik Light y Sinopharm. El informe concluía:

“Cada vez hay más casos de la variante infecciosa Delta en los territorios palestinos ocupados. Se teme que la cuarta ola de covid-19 esté a la vuelta de la esquina (…) La evaluación de riesgos de la OMS sigue siendo alta”.

En este contexto comprometido, los Gobiernos de Israel y la Autoridad Palestina acordaron a mediados de junio que el primero entregaría 1.2 millones de vacunas de Pfizer (algunas de próximo vencimiento) al segundo a cambio de vacunas de la misma marca que la AP recibiría en octubre y daría a Israel en reintegro. Dado que Israel había vacunado a una porción considerable de su población y tenía un excedente de vacunas, y que los palestinos necesitaban dosis urgentemente, el pacto cubría las necesidades de ambas partes. Los palestinos podrían inocularse velozmente y más adelante reembolsar a los israelíes las vacunas cedidas con otras nuevas. Nada oscuro en el acuerdo. Ramala y Jerusalem llevaban meses negociándolo, conocían cada detalle del mismo y habían aceptado gestionar de ese modo las cosas.

Pero, apenas unas pocas horas después del anuncio, el Gobierno de Mahmud Abás anuló el arreglo, alegando que el primer lote de 100.000 vacunas tenía un vencimiento inminente. Lo cual era cierto. Lo cual era lógico. Lo cual era conocido por Ramala de antemano. Justamente, Israel entregaba vacunas próximas a vencer –que de otro modo se desperdiciarían– a los palestinos, quienes necesitaban ser inoculados inmediatamente. En consecuencia, esas vacunas eran útiles para ellos. El pacto beneficiaba tanto a los israelíes como a los palestinos. Pero, una vez más, la política interna palestina, la miopía legendaria de su liderazgo, la pasión popular antiisraelí echaron todo a perder. Las redes sociales se incendiaron con alegatos infundados de una conspiración sionista y, con el trasfondo de un vacunatorio VIP preexistente en las zonas palestinas que ya había recalentado el ambiente, el acuerdo sensato saltó por los aires. Así, esas vacunas Pfizer quedaron en Israel.

Afortunadamente, no se desperdiciaron. Ese lote que vencía en junio fue destinado a adolescentes israelíes no vacunados expuestos a la variante Delta. 700.000 vacunas del lote de julio fueron enviadas a Corea del Sur, que compensará a Israel con las vacunas Pfizer que tiene planeado recibir entre septiembre y noviembre. Y hay otras más disponibles.

En definitiva: las vacunas que se habían destinado inicialmente a paliar la situación pandémica en las zonas palestinas terminaron siendo inoculadas a ciudadanos de Israel y Corea del Sur. Vaya conspiración. ¿Rendirá cuentas el Gobierno palestino por su decisión equivocada? Tras estudiar todo este absurdo episodio, Yair Rosenberg vio en él una manifestación del desorden político que ha trabado todo progreso en el proceso de paz. Rosenberg escribió en la revista Tablet:

“Mientras los extremistas tengan poder de veto incluso sobre las políticas cooperativas menos controvertidas, será muy difícil lograr un avance serio en el [proceso de paz] israelo-palestino”.

Este fiasco no es solamente palestino. Rosenberg sostiene que también deja moralmente en evidencia a la comunidad del activismo pro derechos humanos, que se pasó buena parte de la pandemia criticando a Israel por no inocular a los palestinos mientras avanzaba eficazmente en la vacunación de su propia población. En enero, Amnistía Internacional protestaba: «Negar las vacunas de la covid-19 a la población palestina deja de manifiesto la discriminación institucionalizada de Israel». Ese mismo mes denunciaba Human Rights Watch (HRW): «La obligación de Israel, en virtud del Cuarto Convenio de Ginebra, de garantizar los suministros médicos, incluida la lucha contra la propagación de pandemias, es más nítida que nunca después de más de 50 años de ocupación sin final a la vista». En abril, HRW acusó a Israel de implementar un apartheid sobre el territorio palestino. Cuando, en junio, Israel quiso enviar vacunas (las codiciadas mundialmente Pfizer, nótese) al pueblo palestino y este las rechazó, los ilustrados humanistas abrazaron acríticamente los argumentos palestinos para justificar la ruptura del acuerdo. Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW:

“Después de toda la fanfarria sobre el Gobierno israelí, finalmente, cumpliendo tardíamente con sus obligaciones del Cuarto Convenio de Ginebra de proporcionar vacunas contra el covid a los palestinos bajo ocupación, las vacunas estaban a punto de expirar, por lo que el acuerdo fracasó”.

Poco importa que Cisjordania tenga su propio Ministerio de Salud, que Gaza tenga el suyo y que ambas sean receptoras de Covax. Este episodio ha dejado en claro que, a ojos de los palestinos y sus animadores humanitarios globales, Israel siempre será culpable. En enero, por no entregar vacunas. En junio, por querer entregarlas.

Infobae, Infobae - 2021

Infobae

Por Julián Schvindlerman

  

Cien años de comunismo chino: hablemos de Mao – 09/07/21

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Por Julián Schvindlerman
Infobae – 9/7/2021

Autor de “Escape hacia la utopía: el Libro Rojo de Mao y el Libro Verde de Gadafi” (Biblos).

https://www.infobae.com/opinion/2021/07/09/cien-anos-de-comunismo-chino-hablemos-de-mao/

La primera biografía de Mao Tse-Tung se la debemos al periodista estadounidense Edgar Snow, quien, tras pasar cuatro meses con los guerrilleros comunistas en el noroeste de China durante el año 1936, publicó al año siguiente “Estrella roja sobre China”, texto que presentó a Mao ante el mundo mucho antes de que este llegase a la cima del poder político en el gigante asiático. Snow fue el primer corresponsal occidental en entablar contacto con los luchadores comunistas de la China Popular liderados por Mao. Tomó nota de lo que Mao le contaba o directamente le dictaba, por lo que esa obra puede ser considerada casi una autobiografía, en la opinión de Tilemann Grimm, otro biógrafo del líder comunista chino. Al igual que Snow, este profesor alemán de sinología de la Universidad de Münster, abrazó la figura de Mao con admiración. “Estrella roja sobre China”, sin embargo, es la biografía cumbre, primigenia de Mao, y la que más contribuyó a promover la imagen global de Mao como un romántico luchador por la libertad, imagen que lo sobrevivió aun después del Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural. Una traducción al mandarín introdujo a Mao entre los jóvenes citadinos bien educados de la costa China, quienes se desplazaron a la base comunista en Yenán y se comprometieron con la causa. Fue un manual para los partisanos anti-nazis en Rusia, para los rebeldes indios que luchaban contra Inglaterra y para las guerrillas Huk en las Filipinas, entre otros. Entre sus lectores entusiastas se cuenta al malayo Chin Peng y al sudafricano Nelson Mandela.

Un contraste biográfico interesante es ofrecido en las memorias de dos hermanos chinos, Xiao San y Xiao Yu, compañeros de juventud de Mao. Uno escribió un texto procomunista, “La juventud del camarada Mao Zedong”, en lengua china en 1949; el otro dejó un texto anticomunista titulado Mao Zedong y yo éramos mendigos, en idioma inglés en 1961. Otros colegas de Mao también han legado sus experiencias por escrito: camaradas del partido, un guardaespaldas, su médico personal y una de sus esposas. Y luego está el aporte de historiadores chinos y no chinos que han asistido al enorme desafío de documentar, detallar y facilitar el conocimiento acerca de unas de las figuras políticas más relevantes del siglo XX.

Para 1945 Mao era la figura política suprema del comunismo chino. Oficiaba de Jefe del Comité Central del PCCh, del Politburó, de la Secretaría y del Consejo Militar. Sólo Stalin detentaba más poder que Mao en el comunismo mundial. Ese mismo año, el PCCh declara que Mao “ha aplicado creativamente las teorías científicas de mayor sabiduría de toda la historia de la humanidad, es decir, el marxismo-leninismo, en un país tan grande como China” y que “Mao Zedong ha desarrollado brillantemente las doctrinas de Lenin y Stalin”. Finalmente, el 1 de octubre de aquél año, desde la Ciudad Prohibida Mao declaró el nacimiento de la República Popular China: “¡El pueblo chino se ha levantado!”. Así, dos tercios de la humanidad que estaban bajo la bandera roja eran ahora gobernados por Beijing, como observó el Jean-Louis Margolin en El Libro Negro del Comunismo.

Roderick Macfarquhar y Michael Schoenhalls, en su obra “La revolución cultural china”, señalan que cuando la revolución comunista triunfó en China en 1949 y Mao proclamó el nacimiento de la República Popular, Japón estaba bajo ocupación extranjera, desmoralizado por su debacle en la Segunda Guerra Mundial y traumado por la devastación nuclear que sufrió. Taiwán era un territorio rural atrasado que había dado acogida a los enemigos derrotados del comunismo chino, mientras que Corea del Sur estaba por ser invadida desde el norte con el apoyo posterior del ejército chino y sumida en una traumática contienda. Para cuando Mao murió en 1976, Asia se había transformado: Japón, Taiwán y Corea del Sur, así como Hong Kong y Singapur, prosperaban económicamente y más adelante serían catalogados globalmente con admiración como “tigres asiáticos”. China permanecía maniatada y atascada económicamente. Al cabo de casi tres décadas de égida maoísta, China tenía un ingreso per cápita apenas arriba del de Bangladesh y el 80% de su población era rural y analfabeta. En la caracterización del periodista Adrián Foncillas de La Nación, China era un país “misérrimo y hambriento, con Mao como excepción obesa”. Sólo tras la muerte del Gran Timonel pudo China iniciar su propio proceso de conversión hacia el desarrollo económico, dejando de ser una nación agraria hasta transformarse en la segunda economía mundial. En la actualidad, más de la mitad de la población china es urbana, y en la últimas cuatro décadas el analfabetismo cayó al 1% en tanto que la esperanza de vida se duplicó. Según datos aportados por la experta argentina en asuntos chinos Carola Ramón-Berjano, en los pasados cuarenta años China sacó a casi ochocientos millones de personas de la pobreza, lo que representó una reducción del 80% de la pobreza a nivel mundial. El economista Steven Radelet lo expresó con humor negro: “En 1976, Mao sin ayuda y dramáticamente cambió la dirección de la pobreza global con un acto simple: se murió”.

Sus sucesores abandonaron las crueles políticas económicas de Mao, sus nociones de equidad salvaje, su apego al colectivismo y ruralización forzados, y se abrieron a reformas sustantivas. Liberaron las restricciones agrarias, fomentaron el comercio internacional y la inversión extranjera, aceptaron el derecho a la propiedad privada y al enriquecimiento personal y transformaron a China en una nación capitalista. Modernizaron la economía y dieron la bienvenida a la privatización, a la industrialización y a la tecnologización del país. La visión social y económica del maoísmo fue sumariamente apartada en la nueva China, y a decir de Tilemann Grimm, las estructuras revolucionarias edificadas por Mao fueron desmanteladas, se revisaron sus tesis y fueron condenadas sus interpretaciones más radicales. Emergió así un “socialismo de características chinas”, en la definición de sus creadores, o bien un “leninismo de mercado”, en la mirada de observadores occidentales. El gobierno chino entendió que el progreso económico del país no yacía en el comunismo, sino en un alejamiento del mismo.

Evan Osnos, autor de China: la edad de la ambición, ha observado que para sobrevivir, el Partido Comunista Chino preservó a su Santo (Mao) pero claramente renunció a su Evangelio.

The Times of Israel, The Times of Israel - 2021

The Times of Israel

Por Julián Schvindlerman

  

Yarmouk: Little Palestine Under Siege – 24/06/21

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By Julián Schvindlerman
The Times of Israel – 24/6/2021

https://blogs.timesofisrael.com/yarmouk-little-palestine-under-siege/

“Killing the flowers will not delay the spring” is written on a wall in the Palestinian district of Yarmouk, Syria. It is one of several intense shots that Palestinian director Abdallah Al-Khatib shows with grace and eloquence in his film Little Palestine, diary of a siege.

This film portrays life in the place that until a few years ago concentrated the largest number of Palestinian refugees in the world. Although Yarmouk is referred to as a “camp” it is actually a small town of streets and buildings. It was filmed between 2013-2015 by one of its residents, and gives testimony to the period in which the Syrian government imposed a cruel siege on the entire district of 160,000 Palestinians to force the surrender or exit of the rebel forces, in which 181 people died of starvation. In a tragic twist of fate, Yarmouk was captured by ISIS in 2016 and two years later the Syrian and Russian air force destroyed 80% of it, the film reports. Currently only a few dozen families reside there, as the Bashar al-Assad regime forced the Palestinians into a new exile. The director of the film, for example, lives in Germany today.

In a review for Variety, Emiliano Granada defined the film as “a love letter to his fellow citizens and their humanity amidst a profoundly inhuman situation.” Khatib endows the film with an unmistakable poetic aura, either through his delicate brushstrokes or through the reflections that accompany the story, such as this one: “The siege is as long as a day in prison, like a railway station on a hot summer´s day; a path leading to madness or suicide. Under siege, time is the true prison of the besieged.”

The director shows scenes from everyday life. Several include the child population, which looks naively happy; at the beginning at least. A boy tries to fly a balloon, until it pricks. Some girls sue for peace, while blushing at the camera. Towards the end we meet Tansim, a girl who with overwhelming stoicism and fearlessness, collects potentially poisonous herbs to bring home; the meager food she can access in a besieged town. The dialogue that the director establishes with her is moving, and it is impossible not to remain thinking about the fate of that girl after the film´s end. Did she survive Bashar al Assad, ISIS, Russian planes, hunger, lack of medicine and the brutal collective demoralization that surrounds her? One hopes so.

In an intermediate scene, a well-dressed teenage girl in black pants and sweater and wearing a coat, cap and boots -all in red- walks along what appears to be the main avenue of Yarmouk towards the director’s camera. It lasts a few long seconds, and the contrast with the muted and sad tones that characterize the entire film -although shot in color- is noticeable. To the point that it reminded me of that iconic scene from Schindler’s List (shot in black and white) in which a girl dressed in a red coat walks in a Polish ghetto under Nazi attack. I was concerned that the Palestinian director may have wanted to create an association. I was able to ask him about it at a Zoom meeting organized by the French in Motion organization. I chose to simply ask him about the meaning of that image, without inserting the reference to Spielberg’s film, so that I would not be the one to introduce the subject of the Shoah in the debate. Khatib said that this was one of his favorite moments in the film, given the naturalness and self-confidence with which the teenager moved in an otherwise horrifying context. I will grant him the benefit of the doubt.

“For Yarmouk,” wrote Jonathan Steele in The Guardian, “to become a spectacle of suffering far worse than Gaza, marked an indelible stain on the mantle that Bashar al-Assad inherited from his father.” Without intent, Abdallah Khatib reminds us that Palestinian suffering exists even when no one can hold Israelis responsible for it. Although the filming ended six years ago, its publication in April of this year -almost coinciding with the latest Hamas war against Israel- gives it a unique moral prominence. Palestinian misery, even when caused by Arabs and thus cannot be used as a tool to condemn Israel, deserves to be told. In a sense, this film depoliticizes the Palestinian refugee issue and frames it in its essential humanitarian nature.

Those genuinely interested in learning more about modern Palestinian history will find a landmark documentary in Little Palestine, Diary of a Siege. Those who engage in selective moral indignation, don’t bother to watch it. This is not an opportunist-friendly film.

Version en Español:

Yarmouk: la pequeña Palestina asediada:

“Matar a las flores no va a demorar a la primavera» se ve escrito en una pared en el distrito palestino de Yarmouk, en Siria. Es una de las varias tomas intensas que con gracia y elocuencia nos muestra Abdallah Al-Khatib, el director palestino de Pequeña Palestina, diario de un sitio

Esta película retrata la vida en el lugar que hasta hace pocos años atras concentraba la mayor cantidad de refugiados palestinos del mundo. Aunque Yarmouk es referido como un “campo” en realidad es una pequeña localidad de calles y edificios. Fue filmada entre 2013-2015 por uno de sus residentes y testimonia el período en que el gobierno sirio impuso un sitio cruento sobre todo el distrito de 160.000 palestinos para forzar la rendición o salida de las fuerzas rebeldes, plazo en el que murieron de inanición 181 personas. En un giro trágico del destino, en 2016 Yarmouk fue capturado por ISIS y dos años más tarde la aviación siria y rusa redujeron a escombros el 80% del lugar, según informa la película. Actualmente solo unas pocas docenas de familias residen allí, dado que el régimen de Bashar al-Assad forzó a los palestinos a un nuevo exilio. El director del film, por caso, vive hoy en Alemania.

En una reseña para Variety, Emiliano Granada definió a la película como “una carta de amor a sus conciudadanos y su humanidad en medio de una situación profundamente inhumana”. Khatib dota a la película de un aura poética inconfundible, sea por medio de sus pinceladas delicadas o por medio de las reflexiones que acompañan al relato, como ésta: “El asedio es tan largo como un día en prisión, como una estación de tren en un caluroso día de verano; un camino que conduce a la locura o al suicidio. Bajo asedio, el tiempo es la verdadera prisión de los asediados”. 

El director nos muestra escenas de la vida cotidiana. Varias comprenden a la población infantil, la cual se ve ingenuamente alegre; al principio al menos. Un niño intenta hacer volar un globo, hasta que se pincha. Unas niñas piden por la paz, mientras se sonrojan ante la cámara. Hacia el final conocemos a Tansim, una niña que con un estoicismo e impavidez abrumadores, colecta hierbas potencialmente venenosas para llevar a su casa; el magro alimento al que puede acceder en una localidad sitiada. El diálogo que el director entabla con ella es conmovedor y resulta imposible no seguir pensando en el destino de esa niña tras la conclusión de la película. ¿Sobrevivió a Bashar al Assad, a ISIS, a la aviación rusa, al hambre, a la falta de medicinas y a la brutal desmoralización colectiva de todo su entorno? Esperemos que sí.

En una escena intermedia, una adolescente bien vestida, con pantalón y sweater negros  y un tapado, gorra y botas -todo en color rojo- camina por la que aparenta ser la avenida principal de Yarmouk hacia la cámara del director. Dura algunos largos segundos, y el contraste con las tonalidades apagadas y tristes que caracterizan a toda la película -aunque filmada a color- es apreciable. A punto tal que me remitió a aquella escena icónica de La Lista de Schindler (filmada en blanco y negro) en la cual una niña vestida con un tapado rojo camina en un gueto polaco bajo ataque nazi. Me inquietó la idea de que el director palestino hubiera querido crear una asociación. Pude preguntarle al respecto en una reunión de Zoom que organizó la organización French in Motion. Opté por simplemente consultarle por el significado de esa imagen, sin insertar la referencia a la película de Spielberg, para no ser yo quien introdujera el tema de la Shoá en ese debate. Khatib dijo que aquél era uno de sus momentos favoritos del film, dada la naturalidad y auto-confianza con la que la adolescente se movía en un contexto de otro modo horroroso. Le concedo el beneficio de la duda.

“Para Yarmouk”, escribió Jonathan Steele en The Guardian, “convertirse en un espectáculo de sufrimiento mucho peor que Gaza, marcó una mancha indeleble en el manto que Bashar al-Assad heredó de su padre”. Sin proponérselo, Abdallah Khatib nos recuerda que el sufrimiento palestino existe aun cuando nadie pueda responsabilizar a los israelíes por ello. Aunque la película terminó de ser filmada seis años atrás, su publicación en abril de este año -casi en coincidencia con la última guerra de Hamas contra Israel- le confiere un relieve moral singular. La desdicha palestina, aun si es ocasionada por árabes y no pueda entonces ser usada como herramienta de condena a Israel, merece ser contada. En cierto sentido, esta película despolitiza la cuestión de los refugiados palestinos y la dimensiona en su carácter humanitario esencial. 
Quienes estén genuinamente interesados en conocer más sobre la historia palestina moderna, hallarán en Pequeña Palestina, diario de un sitio un documental de referencia. Quienes se dedican a la indignación moral selectiva, no se molesten en verlo. Este no es un film apto para oportunistas.

Mundo Israelita

Mundo Israelita

Por Julián Schvindlerman

  

Judíes Feministas y el estatus de la mujer en Gaza – 06/21

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Por Julián Schvindlerman
Mundo Israelita – junio 2021

Como sucede con cada guerra de agresión de Hamas contra Israel, surgen voces en la judería diaspórica anhelantes de hacer saber públicamente sus disidencias con la respuesta militar de Jerusalem. Al parecer preocupadas por la asociación que la sociedad pueda hacer entre su identidad judía y las acciones del estado judío, que ellas reprueban, se aseguran de marcar su propia línea en la arena; y publicitarla. Su postura es invariablemente clara: el espartano Israel no los representa.

Así, durante la última confrontación, el Llamamiento Argentino Judío emitió un comunicado de condena a Israel. Sí, incluyó también un rechazo a la agresión de Hamas y lamentó la muerte de civiles “a ambos lados de la frontera”. Pero el corazón del texto apuntaba contra Israel y, de paso, contra “voces judías argentinas de carácter reaccionario y discurso alineado con la derecha israelí”. Repudiaban las expresiones de antisemitismo que afloraron mundialmente a raíz del conflicto, manifestaban su identificación con los sectores pacifistas israelíes y palestinos “muchas veces silenciados e invisibilizados” y pedían por un cese de hostilidades “desde una profunda identidad judía humanista”.

Lo que llamó mi atención de este comunicado no fue su contenido, más bien típico, sino una agrupación específica que sumó su firma: Judíes Feministas. Intrigado, indagué en internet. El buscador de Google devolvió muy poca información útil. Su página oficial de Facebook no muestra mucho más que su logo institucional -un pañuelo verde con una diminuta Estrella de David negra en el centro- y se ve que cuenta con poco más de cincuenta seguidores. La data más relevante a los efectos de conocer a esta agrupación era una entrevista del año pasado publicada en la revista Mantis, titulada “Reparar el mundo. Entrevista a Judíes Feministas” en la cual la entrevistadora Lucía Lago conversaba con dos referentes del grupo, las hermanas Libertad y Delfina Averbuj. A lo largo del texto se detallaba que el colectivo fue fundado en 2019 y narraba sus orígenes espontáneos en un chat de WhatsApp y algunas reuniones incipientes en el hogar de una rabina reformista. De esa charla surgían algunas definiciones que permitían conocer un poco las ideas que animaban a las Judíes Feministas en torno a su percepción del judaísmo e Israel.  

“Entendemos al judaísmo como una cuestión mucho más cultural y no tanto como una cuestión religiosa per se” decía Delfina, “A mí me pasó que me peleé mucho con mi judaísmo… Quise romper con todo eso. Veía que se cerraba, que tenía una visión muy de derecha, y no quise saber nada más”. Con el tiempo, “Fui conociendo otres compañeros y compañeras judíes de izquierda que tenían otra visión más parecida a la mía, y de repente creo que todo eso concluyó en Judíes, con todes estes compañeres que veníamos justamente bastante hartes de toda esta situación”. Así, Judíes Feministas “es el espacio de poder ser vos con tu judaísmo y sentirte cómoda, cómode con eso”.

Las hermanas ofrecían otros pronunciamientos. “Le judíe de izquierda en Argentina tuvo un gran peso en nuestra política… muches de les grandes pensadores de izquierda eran judíes”. Algo que en su mirada también se dio en Israel, “quiénes fueron les primeres ministres en los comienzos. Siempre fue la izquierda la protagonista”. Además: “Les grandes pensadorxs de principios del sionismo eran todes de un carácter de izquierda”. Aunque no haría falta aclararlo, ellas afirmaban: “No concordamos en general con las políticas de gobierno de Netanyahu”. Según la entrevistadora, ello explicaba en parte el surgimiento de Judíes Feministas: la imposibilidad de sentirse identificadas con las instituciones de la comunidad judía, “Por varias cosas, ya sea por machismo o por una visión muy de derecha”. Pero aclaraban “No es que no somos sionistas, simplemente no nos interesa discutir la temática cuando hay otras que capaz nos atraviesan más”.

Aquí uno puede legítimamente preguntarles: ¿entonces, para qué sumar su firma públicamente a un comunicado politizado sobre el conflicto palestino-israelí?

En cierto punto, Libertad planteaba que “La mujer está oprimida, pero dentro de esas opresiones siempre hay más opresiones” y ofrecía una reflexión acerca del movimiento estadounidense Black Lives Matter: “Hay un montón de judíes negres, y constantemente son invisibilizades. Está la visión de le judíe ashkenazí, pero apenas está la visión de les judíes sefaradíes”. Acotaba Delfina: “Y ni hablar de le judíe africane, de Etiopía o de Uganda, o de una familia mixta”. “Y mucho menos le judíe latinoamericane” señalaba Libertad. Al fin de cuentas, sostenía Delfina, “el feminismo no puede ser un privilegio para las mujeres blancas”.

¿Y qué, entonces, sobre la mujer palestina en Gaza? ¿Algo para comentar sobre la Carta de Alá de Hamas que plantea que las mujeres musulmanas son importantes porque “fabrican hombres y juegan un gran papel en la orientación y educación de la [nueva] generación”? ¿Conocen la discriminación política, legal, económica y social de la mujer bajo el gobierno fundamentalista de Hamas? ¿Saben estas feministas que según la ley islámica, la cual Hamas aplica en gran medida, el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre? ¿O qué las leyes del adulterio discriminan por género, con penas mucho más severas para la mujer infiel que para el hombre infiel? ¿Están familiarizadas con el denominado `código de la modestia´ que Hamas intentó codificar legalmente, que restringe libertades básicas a las mujeres gazatíes? ¿Saben que ellas deben usar el velo incluso en las playas? ¿O que el ´código de la modestia´ les prohíbe conducir motocicletas, fumar en público, dejarse atender por un peluquero masculino e incluso presentar denuncias de incesto? ¿Leyeron el Informe ONU Mujeres (2018) el cual reportó que el 50% de las mujeres palestinas y el 63% de los hombres palestinos estuvieron de acuerdo en que una mujer debe tolerar la violencia para mantener unida a la familia?

Estas judías feministas argentinas son políticamente marginales. Pero ya que decidieron expresar su preocupación por la situación humanitaria en Gaza y por el bien de la coherencia moral, no estaría mal un comunicado próximo sobre el papel del feminismo palestino y el estatus de la mujer en la Franja. Con lenguaje inclusivo, por supuesto.