Todas las entradas de: adminJS2021

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

La salida indecorosa de Cohen Sabban de la DAIA – 12/05/18

Imprimir

Artículo en Diario Uno – Entre Ríos

La salida abrupta de Ariel Cohen Sabban de la presidencia de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) trajo a mi memoria una frase del diputado Waldo Wolff, enviada en un mensaje público por whatsapp el pasado mes de marzo: “Hay algunos dirigentes de instituciones de la comunidad judía argentina que me dan lástima”. Habiendo sido vicepresidente de la DAIA, Wolff sabe de lo que habla. Un balance superficial de la gestión de Cohen Sabban, con una debacle salpicada por el escándalo, confirma con creces esa aseveración.

Según ha alegado Esmeralda Mitre, él quiso extorsionarla materialmente por haber ella banalizado el Holocausto y se propasó sexualmente durante un encuentro privado. Dice tener audios de whatsapp que avalan sus dichos. Allegados a Sabban aseguran que el entorno de Mitre le tendió una trampa. ¿Pero qué interés podría tener una de las familias más tradicionales del país en conspirar contra el presidente de la comunidad judía? Más bien, deberíamos hacernos otras preguntas, ¿Por qué fue el presidente de la DAIA a reunirse en solitario con la actriz? ¿Por qué en su domicilio particular? La verdad con seguridad emergerá. Por lo pronto, queda claro que la DAIA manejó muy mal todo este asunto desde el principio y terminó antagonizando a una miembro de la familia fundadora del diario La Nación.

Repasemos. Poco tiempo atrás, Esmeralda Mitre tuvo una expresión desafortunada sobre las víctimas judías del Holocausto. Durante una entrevista en la que quiso defender a su ex marido Darío Lopérfido en referencia a sus dichos sobre la cantidad de desaparecidos argentinos, acotó: “Dijeron que eran seis millones pero no eran tantos”. La DAIA repudió su afirmación y la convocó a una reunión. Mitre asistió, lloró y se disculpó. Al salir dio una entrevista en la que declaró: “Jamás estuvo en mí injuriar a la comunidad judía… Pido perdón y me retracto por haber ofendido a la más grande tragedia de la humanidad”. Informó, además, de su compromiso a asistir a una visita guiada al Museo del Holocausto de Buenos Aires. Ahí debió concluir este episodio. Sin embargo, Cohen Sabban lo estiró. “La DAIA no tiene potestad para disculpar en absoluto… Ella pidió perdón pero nosotros no podemos otorgar perdón por aquellos que fueron masacrados en la época del Holocausto», sostuvo con solemnidad el presidente en declaraciones a TN Show.

¿De veras? En septiembre del año pasado, el rabino Daniel Goldman hizo una infeliz equiparación de las literas de los trabajadores marginales de una barraca convertida en dormitorio en Chaco con el campo de exterminio de Auschwitz. La DAIA emitió un comunicado de condena. El templo Bet El, en el que Goldman viene siendo su líder espiritual por décadas, protestó ante las autoridades de DAIA, entonces la institución dio marcha atrás. Sacó otro comunicado, esta vez pidiendo disculpas al rabino Goldman por la presunta ofensa a su persona. El párrafo relevante decía así: “…Habiéndose reunido las autoridades de la comunidad Bet El y de la DAIA y habiendo brindado esta última las explicaciones y aclaraciones pertinentes, transmitimos nuestras sinceras disculpas al rabino Daniel Goldman… aclarando que el comunicado no tuvo cariz personal y que no ha sido intención de la DAIA agraviarlo o provocarle malestar alguno”. Cabe subrayar que Goldman, a diferencia de Mitre, no se disculpó en público por su propia banalización de la Shoa.

De esta forma quedó establecida una doble vara para esta cadencia de DAIA en lo concerniente a su reacción ante banalizaciones del Holocausto.

Un par de meses después de la polémica DAIA-Goldman, otra controversia dejó al descubierto la incapacidad de la actual dirigencia de DAIA para lidiar con estos asuntos. La periodista Úrsula Vargues generó un alboroto al decir que “los judíos gobiernan, hace mucho, el mundo de las comunicaciones. No entiendo por qué nombrarlos los lastima… La religión ya no es una excusa para victimizarse”. La DAIA repudió sus exclamaciones e, innecesariamente, la invitó a su sede. Durante la reunión con los dirigentes judíos, Vargues se disculpó. Pero al terminar la reunión, estando todavía en las oficinas de la institución judía, la periodista se desdijo ante la cámara de Infama: “No puedo pedir disculpas de algo que no tuvo intención de lastimar”. DAIA anunció que iniciaría acciones legales en su contra. Otro papelón institucional.

Este tipo de contradicciones ha sido la marca registrada de la gestión de Cohen Sabban. Fui asesor político de la DAIA y puedo dar cuenta de un caso, de dominio público, que me involucró. En nombre de la institución organicé junto al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y al Consejo Nacional Armenio (CNA) un panel sobre negación del Holocausto judío y del genocidio armenio en el Archivo Nacional de la Memoria. El portal del Ministerio de Justicia de la República Argentina y la Radio Pública de Armenia anunciaron el evento y asistieron autoridades del INADI y del CNA, más no fue un solo dirigente de la DAIA. ¿La razón? Dos horas antes se llevaba a cabo el brindis anual del organismo judío en un hotel palermitano. Prioridades institucionales. Unos meses después, Cohen Sabban y otros dirigentes viajaron a Polonia e Israel, y eligieron hacerlo con Turkish Airlaines; es decir, volaron con la aerolínea nacional de Turquía, la del mismo estado que niega el genocidio armenio. En Turquía, según informó la agencia de noticias Prensa Armenia, “Las autoridades de la DAIA presentes agradecieron la recepción y la posibilidad de dialogar con los referentes más importantes del gobierno turco, y manifestaron su preocupación por la problemática entre Turquía y el pueblo armenio”.
En otras palabras: el mismo hombre que no fue capaz de desplazarse del barrio de Palermo al de Núñez para hacer acto de presencia en un evento conjunto de INADI, el CNA y la institución que él presidía, ni envió a nadie en su representación, se mostró preocupado por la causa armenia ante el gobierno turco, en Asia.

El caso Mitre es el último eslabón de una larga cadena de desaciertos. La renuncia de Cohen Sabban debe ser el inicio, no el fin, de la toma de responsabilidades. En el diario judío Iton Gadol, Eduardo Chernizky, un periodista bien informado de los asuntos comunitarios, escribió que las autoridades de DAIA conocían los hechos por más de una semana y aun así no exigieron la salida del presidente. Lo hicieron recién cuando el escándalo tomó estado público. Así lo admitió ante Clarín el vicepresidente y ahora sucesor, Alberto Indij: “En el día de ayer y ante la situación compleja que se desencadenó sobre todo que comenzó a circular en las redes sociales, que es muy serio, le pedimos la renuncia a Ariel”. Y el comunicado que emitió la institución dice que su consejo directivo “ha solicitado la renuncia a su Presidente, Ariel Cohen Sabban, a partir de los hechos de público conocimiento”. Esta tardanza es inaceptable. Cuando menos, las máximas autoridades (en la práctica ellas son el vicepresidente, el secretario-general y el tesorero) deberían renunciar también.

El ahora desdichado Ariel Cohen Sabban ha provocado uno de los más graves episodios que le ha tocado vivir a la DAIA en sus más de ochenta años de historia, y uno de los incidentes más incómodos para la comunidad judía en su conjunto. Su gestión -eficiente en lo financiero pero inepta y desprolija en lo político- pudo sostenerse en el tiempo a fuerza del apoyo de sus cómplices en el liderazgo, sus compinches en el sendero. Su renuncia marca un trágico fin político para su persona. Debiera también marcar el comienzo de una nueva era de dirigentes más idóneos al mando de la institución.

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

La salida indecorosa de Cohen Sabban de la DAIA – 07/05/18

Imprimir

Radio Cadena Sol – Villa Gessel

La salida abrupta de Ariel Cohen Sabban de la presidencia de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) trajo a mi memoria una frase del diputado Waldo Wolff, enviada en un mensaje público por whatsapp el pasado mes de marzo: “Hay algunos dirigentes de instituciones de la comunidad judía argentina que me dan lástima”. Habiendo sido vicepresidente de la DAIA, Wolff sabe de lo que habla. Un balance superficial de la gestión de Cohen Sabban, con una debacle salpicada por el escándalo, confirma con creces esa aseveración.

Según ha alegado Esmeralda Mitre, él quiso extorsionarla materialmente por haber ella banalizado el Holocausto y se propasó sexualmente durante un encuentro privado. Dice tener audios de whatsapp que avalan sus dichos. Allegados a Sabban aseguran que el entorno de Mitre le tendió una trampa. ¿Pero qué interés podría tener una de las familias más tradicionales del país en conspirar contra el presidente de la comunidad judía? Más bien, deberíamos hacernos otras preguntas, ¿Por qué fue el presidente de la DAIA a reunirse en solitario con la actriz? ¿Por qué en su domicilio particular? La verdad con seguridad emergerá. Por lo pronto, queda claro que la DAIA manejó muy mal todo este asunto desde el principio y terminó antagonizando a una miembro de la familia fundadora del diario La Nación.

Repasemos. Poco tiempo atrás, Esmeralda Mitre tuvo una expresión desafortunada sobre las víctimas judías del Holocausto. Durante una entrevista en la que quiso defender a su ex marido Darío Lopérfido en referencia a sus dichos sobre la cantidad de desaparecidos argentinos, acotó: “Dijeron que eran seis millones pero no eran tantos”. La DAIA repudió su afirmación y la convocó a una reunión. Mitre asistió, lloró y se disculpó. Al salir dio una entrevista en la que declaró: “Jamás estuvo en mí injuriar a la comunidad judía… Pido perdón y me retracto por haber ofendido a la más grande tragedia de la humanidad”. Informó, además, de su compromiso a asistir a una visita guiada al Museo del Holocausto de Buenos Aires. Ahí debió concluir este episodio. Sin embargo, Cohen Sabban lo estiró. “La DAIA no tiene potestad para disculpar en absoluto… Ella pidió perdón pero nosotros no podemos otorgar perdón por aquellos que fueron masacrados en la época del Holocausto», sostuvo con solemnidad el presidente en declaraciones a TN Show.

¿De veras? En septiembre del año pasado, el rabino Daniel Goldman hizo una infeliz equiparación de las literas de los trabajadores marginales de una barraca convertida en dormitorio en Chaco con el campo de exterminio de Auschwitz. La DAIA emitió un comunicado de condena. El templo Bet El, en el que Goldman viene siendo su líder espiritual por décadas, protestó ante las autoridades de DAIA, entonces la institución dio marcha atrás. Sacó otro comunicado, esta vez pidiendo disculpas al rabino Goldman por la presunta ofensa a su persona. El párrafo relevante decía así: “…Habiéndose reunido las autoridades de la comunidad Bet El y de la DAIA y habiendo brindado esta última las explicaciones y aclaraciones pertinentes, transmitimos nuestras sinceras disculpas al rabino Daniel Goldman… aclarando que el comunicado no tuvo cariz personal y que no ha sido intención de la DAIA agraviarlo o provocarle malestar alguno”. Cabe subrayar que Goldman, a diferencia de Mitre, no se disculpó en público por su propia banalización de la Shoa.

De esta forma quedó establecida una doble vara para esta cadencia de DAIA en lo concerniente a su reacción ante banalizaciones del Holocausto.

Un par de meses después de la polémica DAIA-Goldman, otra controversia dejó al descubierto la incapacidad de la actual dirigencia de DAIA para lidiar con estos asuntos. La periodista Úrsula Vargues generó un alboroto al decir que “los judíos gobiernan, hace mucho, el mundo de las comunicaciones. No entiendo por qué nombrarlos los lastima… La religión ya no es una excusa para victimizarse”. La DAIA repudió sus exclamaciones e, innecesariamente, la invitó a su sede. Durante la reunión con los dirigentes judíos, Vargues se disculpó. Pero al terminar la reunión, estando todavía en las oficinas de la institución judía, la periodista se desdijo ante la cámara de Infama: “No puedo pedir disculpas de algo que no tuvo intención de lastimar”. DAIA anunció que iniciaría acciones legales en su contra. Otro papelón institucional.

Este tipo de contradicciones ha sido la marca registrada de la gestión de Cohen Sabban. Fui asesor político de la DAIA y puedo dar cuenta de un caso, de dominio público, que me involucró. En nombre de la institución organicé junto al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y al Consejo Nacional Armenio (CNA) un panel sobre negación del Holocausto judío y del genocidio armenio en el Archivo Nacional de la Memoria. El portal del Ministerio de Justicia de la República Argentina y la Radio Pública de Armenia anunciaron el evento y asistieron autoridades del INADI y del CNA, más no fue un solo dirigente de la DAIA. ¿La razón? Dos horas antes se llevaba a cabo el brindis anual del organismo judío en un hotel palermitano. Prioridades institucionales. Unos meses después, Cohen Sabban y otros dirigentes viajaron a Polonia e Israel, y eligieron hacerlo con Turkish Airlaines; es decir, volaron con la aerolínea nacional de Turquía, la del mismo estado que niega el genocidio armenio. En Turquía, según informó la agencia de noticias Prensa Armenia, “Las autoridades de la DAIA presentes agradecieron la recepción y la posibilidad de dialogar con los referentes más importantes del gobierno turco, y manifestaron su preocupación por la problemática entre Turquía y el pueblo armenio”.
En otras palabras: el mismo hombre que no fue capaz de desplazarse del barrio de Palermo al de Núñez para hacer acto de presencia en un evento conjunto de INADI, el CNA y la institución que él presidía, ni envió a nadie en su representación, se mostró preocupado por la causa armenia ante el gobierno turco, en Asia.

El caso Mitre es el último eslabón de una larga cadena de desaciertos. La renuncia de Cohen Sabban debe ser el inicio, no el fin, de la toma de responsabilidades. En el diario judío Iton Gadol, Eduardo Chernizky, un periodista bien informado de los asuntos comunitarios, escribió que las autoridades de DAIA conocían los hechos por más de una semana y aun así no exigieron la salida del presidente. Lo hicieron recién cuando el escándalo tomó estado público. Así lo admitió ante Clarín el vicepresidente y ahora sucesor, Alberto Indij: “En el día de ayer y ante la situación compleja que se desencadenó sobre todo que comenzó a circular en las redes sociales, que es muy serio, le pedimos la renuncia a Ariel”. Y el comunicado que emitió la institución dice que su consejo directivo “ha solicitado la renuncia a su Presidente, Ariel Cohen Sabban, a partir de los hechos de público conocimiento”. Esta tardanza es inaceptable. Cuando menos, las máximas autoridades (en la práctica ellas son el vicepresidente, el secretario-general y el tesorero) deberían renunciar también.

El ahora desdichado Ariel Cohen Sabban ha provocado uno de los más graves episodios que le ha tocado vivir a la DAIA en sus más de ochenta años de historia, y uno de los incidentes más incómodos para la comunidad judía en su conjunto. Su gestión -eficiente en lo financiero pero inepta y desprolija en lo político- pudo sostenerse en el tiempo a fuerza del apoyo de sus cómplices en el liderazgo, sus compinches en el sendero. Su renuncia marca un trágico fin político para su persona. Debiera también marcar el comienzo de una nueva era de dirigentes más idóneos al mando de la institución.

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

La salida indecorosa de Cohen Sabban de la DAIA – 07/05/18

Imprimir

Artículo en El Portal de Salta

La salida abrupta de Ariel Cohen Sabban de la presidencia de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) trajo a mi memoria una frase del diputado Waldo Wolff, enviada en un mensaje público por whatsapp el pasado mes de marzo: “Hay algunos dirigentes de instituciones de la comunidad judía argentina que me dan lástima”. Habiendo sido vicepresidente de la DAIA, Wolff sabe de lo que habla. Un balance superficial de la gestión de Cohen Sabban, con una debacle salpicada por el escándalo, confirma con creces esa aseveración.

Según ha alegado Esmeralda Mitre, él quiso extorsionarla materialmente por haber ella banalizado el Holocausto y se propasó sexualmente durante un encuentro privado. Dice tener audios de whatsapp que avalan sus dichos. Allegados a Sabban aseguran que el entorno de Mitre le tendió una trampa. ¿Pero qué interés podría tener una de las familias más tradicionales del país en conspirar contra el presidente de la comunidad judía? Más bien, deberíamos hacernos otras preguntas, ¿Por qué fue el presidente de la DAIA a reunirse en solitario con la actriz? ¿Por qué en su domicilio particular? La verdad con seguridad emergerá. Por lo pronto, queda claro que la DAIA manejó muy mal todo este asunto desde el principio y terminó antagonizando a una miembro de la familia fundadora del diario La Nación.

Repasemos. Poco tiempo atrás, Esmeralda Mitre tuvo una expresión desafortunada sobre las víctimas judías del Holocausto. Durante una entrevista en la que quiso defender a su ex marido Darío Lopérfido en referencia a sus dichos sobre la cantidad de desaparecidos argentinos, acotó: “Dijeron que eran seis millones pero no eran tantos”. La DAIA repudió su afirmación y la convocó a una reunión. Mitre asistió, lloró y se disculpó. Al salir dio una entrevista en la que declaró: “Jamás estuvo en mí injuriar a la comunidad judía… Pido perdón y me retracto por haber ofendido a la más grande tragedia de la humanidad”. Informó, además, de su compromiso a asistir a una visita guiada al Museo del Holocausto de Buenos Aires. Ahí debió concluir este episodio. Sin embargo, Cohen Sabban lo estiró. “La DAIA no tiene potestad para disculpar en absoluto… Ella pidió perdón pero nosotros no podemos otorgar perdón por aquellos que fueron masacrados en la época del Holocausto», sostuvo con solemnidad el presidente en declaraciones a TN Show.

¿De veras? En septiembre del año pasado, el rabino Daniel Goldman hizo una infeliz equiparación de las literas de los trabajadores marginales de una barraca convertida en dormitorio en Chaco con el campo de exterminio de Auschwitz. La DAIA emitió un comunicado de condena. El templo Bet El, en el que Goldman viene siendo su líder espiritual por décadas, protestó ante las autoridades de DAIA, entonces la institución dio marcha atrás. Sacó otro comunicado, esta vez pidiendo disculpas al rabino Goldman por la presunta ofensa a su persona. El párrafo relevante decía así: “…Habiéndose reunido las autoridades de la comunidad Bet El y de la DAIA y habiendo brindado esta última las explicaciones y aclaraciones pertinentes, transmitimos nuestras sinceras disculpas al rabino Daniel Goldman… aclarando que el comunicado no tuvo cariz personal y que no ha sido intención de la DAIA agraviarlo o provocarle malestar alguno”. Cabe subrayar que Goldman, a diferencia de Mitre, no se disculpó en público por su propia banalización de la Shoa.

De esta forma quedó establecida una doble vara para esta cadencia de DAIA en lo concerniente a su reacción ante banalizaciones del Holocausto.

Un par de meses después de la polémica DAIA-Goldman, otra controversia dejó al descubierto la incapacidad de la actual dirigencia de DAIA para lidiar con estos asuntos. La periodista Úrsula Vargues generó un alboroto al decir que “los judíos gobiernan, hace mucho, el mundo de las comunicaciones. No entiendo por qué nombrarlos los lastima… La religión ya no es una excusa para victimizarse”. La DAIA repudió sus exclamaciones e, innecesariamente, la invitó a su sede. Durante la reunión con los dirigentes judíos, Vargues se disculpó. Pero al terminar la reunión, estando todavía en las oficinas de la institución judía, la periodista se desdijo ante la cámara de Infama: “No puedo pedir disculpas de algo que no tuvo intención de lastimar”. DAIA anunció que iniciaría acciones legales en su contra. Otro papelón institucional.

Este tipo de contradicciones ha sido la marca registrada de la gestión de Cohen Sabban. Fui asesor político de la DAIA y puedo dar cuenta de un caso, de dominio público, que me involucró. En nombre de la institución organicé junto al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y al Consejo Nacional Armenio (CNA) un panel sobre negación del Holocausto judío y del genocidio armenio en el Archivo Nacional de la Memoria. El portal del Ministerio de Justicia de la República Argentina y la Radio Pública de Armenia anunciaron el evento y asistieron autoridades del INADI y del CNA, más no fue un solo dirigente de la DAIA. ¿La razón? Dos horas antes se llevaba a cabo el brindis anual del organismo judío en un hotel palermitano. Prioridades institucionales. Unos meses después, Cohen Sabban y otros dirigentes viajaron a Polonia e Israel, y eligieron hacerlo con Turkish Airlaines; es decir, volaron con la aerolínea nacional de Turquía, la del mismo estado que niega el genocidio armenio. En Turquía, según informó la agencia de noticias Prensa Armenia, “Las autoridades de la DAIA presentes agradecieron la recepción y la posibilidad de dialogar con los referentes más importantes del gobierno turco, y manifestaron su preocupación por la problemática entre Turquía y el pueblo armenio”.
En otras palabras: el mismo hombre que no fue capaz de desplazarse del barrio de Palermo al de Núñez para hacer acto de presencia en un evento conjunto de INADI, el CNA y la institución que él presidía, ni envió a nadie en su representación, se mostró preocupado por la causa armenia ante el gobierno turco, en Asia.

El caso Mitre es el último eslabón de una larga cadena de desaciertos. La renuncia de Cohen Sabban debe ser el inicio, no el fin, de la toma de responsabilidades. En el diario judío Iton Gadol, Eduardo Chernizky, un periodista bien informado de los asuntos comunitarios, escribió que las autoridades de DAIA conocían los hechos por más de una semana y aun así no exigieron la salida del presidente. Lo hicieron recién cuando el escándalo tomó estado público. Así lo admitió ante Clarín el vicepresidente y ahora sucesor, Alberto Indij: “En el día de ayer y ante la situación compleja que se desencadenó sobre todo que comenzó a circular en las redes sociales, que es muy serio, le pedimos la renuncia a Ariel”. Y el comunicado que emitió la institución dice que su consejo directivo “ha solicitado la renuncia a su Presidente, Ariel Cohen Sabban, a partir de los hechos de público conocimiento”. Esta tardanza es inaceptable. Cuando menos, las máximas autoridades (en la práctica ellas son el vicepresidente, el secretario-general y el tesorero) deberían renunciar también.

El ahora desdichado Ariel Cohen Sabban ha provocado uno de los más graves episodios que le ha tocado vivir a la DAIA en sus más de ochenta años de historia, y uno de los incidentes más incómodos para la comunidad judía en su conjunto. Su gestión -eficiente en lo financiero pero inepta y desprolija en lo político- pudo sostenerse en el tiempo a fuerza del apoyo de sus cómplices en el liderazgo, sus compinches en el sendero. Su renuncia marca un trágico fin político para su persona. Debiera también marcar el comienzo de una nueva era de dirigentes más idóneos al mando de la institución.

The Times of Israel, The Times of Israel - 2018

The Times of Israel

Por Julián Schvindlerman

  

Karl Marx, the Jews and Capitalism – 03/05/18

Imprimir

By Julian Schvindlerman
The Times of Israel – 03/5/18
 

As Paul Johnson pointed out in The History of the Jews, many prominent nineteenth-century
socialist Jews hailed from wealthy families. When they went radical, they turned their backs to
their lineage and, more often than not, to the religion of their ancestors. The father of Ferdinand
Lasalle, founder of German socialism, was a silk merchant; the father of Otto Bauer, leader of
Austrian socialism, was a textile tycoon; the father of Adolf Braun, a leader of German socialism,
was an industrialist; the father of Paul Singer, another important German socialist, was a clothing
manufacturer; the father of Victor Adler, a pioneer of social democracy in Austria, was a real
estate speculator; Karl Hochberg, a socialist-reformist writer, was the son of a banker in Frankfurt.
Karl Marx's father was a Jewish lawyer converted into a Lutheran who baptized his son as a child.
Descended from a long line of rabbis on both his mother´s and father´s side, Karl Marx was born in
an environment of self-denial. By the time he reached adulthood he was a consummate self-hating
Jew.
In an essay published in The Philosophers magazine, Michael Ezra offers several examples of
Marx's anti-Semitism. He borrowed money from the Bambergers but showed contempt for them.
In a derogatory fashion he referred to the father and son as “Jew Bamberger” or “little Jew
Bamberger.” Spielmann, whose name appears frequently in the correspondence between Marx
and Engels was mentioned as “Jew Spielmann.” When on holiday in Ramsgate in 1879, Marx wrote
to Engels that the resort contained “many Jews and fleas.”
Similarly, Paul Johnson presents more cases. Marx called Lasalle “Baron Itzig” or “Jewish nigger.”
He reprimanded the baptized Jew Josef Moses Levi, owner of the Daily Telegraph in London, for
his wish to be integrated into the Anglo-Saxon society given that “Mother Nature wrote her
lineage with absurd capital letters exactly in the center of his face.” When Baron Hirsch gained a
seat in the British Parliament, Marx reacted thus: “It is doubtful that the British people will be
pleased to give electoral rights to a Jewish usurer.” Moses Hess, Marx's partner in the Left
Hegelian group, called him -caringly we may assume- “my communist rabbi” given his orthodox
family environment. (According to Shlomo Avineri, Hess's text, On Capital, which contains furious
attacks on Jews and Judaism, influenced Marx).
In his essay On the Jewish Question, Marx openly exhibits his contempt for Jews: “What is the
secular basis of Judaism? Practical need, self-interest. What is the mundane cult of the Jew?
Haggling. What is his mundane god? Money”. And he adds: “Money is the jealous god of Israel,
beside which no other god may stand… The god of the Jews has been secularized and has become
the god of this world." The Money-Jew was "the contemporary universal antisocial element" that
was to be abolished. Marx postulated that the Jew should emancipate himself from "haggling and
money," only then "our era will be emancipated." And he affirms: "In the final analysis,
emancipation of the Jews is the emancipation of humanity from Judaism."

Even in Das Kapital, he lets his anti-Semitism flourish: “The capitalist knows that all merchandise,
no matter how ruinous it may seem or how bad it might smell, is by faith and in truth money,
internally circumcised Jews”. Recalling an old libel, Marx assures that the exodus of the Jews from
Egypt actually meant the expulsion of a leper people and “at the helm of these lepers was an
Egyptian priest, Moses.” He never showed interest in, much less sympathy for, the suffering of the
Jews, neither when the blood libel emerged in Damascus in 1840 nor during the Russian pogroms
in 1881. He denigrated the Polish Jewish refugees in Germany as “the filthiest of all races” and in
the Neue Rheinische Zeitung, edited by himself, he accused the Jews of Poland of setting churches
ablaze, burning villages and beating down defenseless Poles, when these were in fact the very
things Polish Jews suffered at the hands of Christians.
In an article published in The Daily Tribune of New York in 1856, Marx calls his brothers “children
of Judas,” and states:
“Thus we find every tyrant backed by a Jew, as is every pope by a Jesuit. In truth, the cravings of
oppressors would be hopeless, and the practicability of war out of the question, if there were not
an army of Jesuits to smother thought and a handful of Jews to ransack pockets… The fact that
1855 years ago Christ drove the Jewish moneychangers out of the temple, and that the
moneychangers of our age enlisted on the side of tyranny happen again chiefly to be Jews, is
perhaps no more than a historical coincidence. The loan-mongering Jews of Europe do only on a
larger and more obnoxious scale what many others do on one smaller and less significant. But it is
only because the Jews are so strong that it is timely and expedient to expose and stigmatize their
organization.”
Two hundred years after the birth of this influential anti-Jewish Jewish thinker, it is worth
remembering what Heinrich Heine warned about Marx and his ideological comrades. Heine was a
German Jewish poet converted to Christianity who became friends with Marx but whom he
criticized as a “self-appointed atheist god”. In premonitory fashion, he said to contemplate “with
fear and horror the moment when those somber iconoclasts may assume power.” This was the
same man who also warned that “wherever books are burned people end up burned too".
In the following century, Ulrike Meinhof — co-founder of the German radical terrorist group Red
Army Faction, with a clear Marxist trait and brother-in- arms of the PLO– posed this question:
“How was Auschwitz possible, what was anti-Semitism?” She replied that “Auschwitz means that
six million Jews were murdered and carted on to the rubbish dumps of Europe for being that
which was maintained of them — Money-Jews.” For her, hatred of the Jews was an expression of
hatred of Capitalism and, therefore, the murder of Israeli civilians was justified. As Michael Ezra
pointed out, this sinister logic -the association of Capitalism with Judaism and hatred of both at
the same level -is one of the most powerful teachings that Karl Marx bequeathed to his followers
in his doctrine.

_____________________
[Versión en español]

Karl Marx, los judíos y el capitalismo

Por Julián Schvindlerman
The Times of Israel – 03/5/18

http://blogs.timesofisrael.com/karl-marx-the-jews-and-capitalism/

Como señaló Paul Johnson en La historia de los judíos, muchos prominentes judíos socialistas del siglo XIX provenían de familias acomodadas. Al radicalizarse, dieron sus espaldas a su linaje y, muy usualmente, a la religión de sus progenitores. El padre de Ferdinand Lasalle, fundador del socialismo alemán, era comerciante de sedas; el padre de Otto Bauer, líder del socialismo austríaco, era un magnate textil; el padre de Adolf Braun, un líder del socialismo alemán, era un industrial; el padre de Paul Singer, otro importante socialista alemán, era un fabricante de ropa; el padre de Victor Adler, pionero de la social-democracia en Austria, especulaba en bienes raíces; Karl Hochberg, escritor reformista socialista, era hijo de un banquero de Fráncfort.

El padre de Karl Marx era un abogado judío transformado en luterano que bautizó a su hijo de niño. Descendiente de una larga línea de rabinos tanto por parte de la madre como del padre, Karl Marx nació en un ambiente de fuerte negación identitaria. Para cuando alcanzó la adultez era un judío auto-odiante consumado.

En un ensayo publicado en la revista The Philosophers, Michael Ezra ofrece varios ejemplos del antisemitismo de Marx. Él mostró desprecio por los Bamberger, de quienes había tomado un préstamo. De manera despectiva, se refirió al padre y al hijo como “el judío Bamberger” o “el pequeño judío Bamberger”. Del mismo modo, Spielmann, cuyo nombre aparece frecuentemente en la correspondencia entre Marx y Engels, es mencionado como “el judío Spielmann”. Cuando estaba de vacaciones en Ramsgate en 1879, Marx contó a Engels que en el lugar había “muchos judíos y pulgas”.

Análogamente, Paul Johnson presenta otras instancias. A Lasalle lo llamaba “Barón Itzig” o “Negro Judío”. Al judío bautizado Josef Moses Levi, dueño del Daily Telegraph de Londres, lo reprendía por su anhelo de ser integrado a la sociedad anglosajona puesto que “la Madre Naturaleza ha escrito su linaje con absurdas mayúsculas exactamente en el centro de su cara”. Cuando el Barón Hirsch obtuvo una banca en el Parlamento británico, Marx reaccionó así: “Es dudoso que el pueblo británico estará complacido al darle derechos electorales a un usurero judío”. A Moses Hess, compañero de Marx en el grupo de Hegelianos de Izquierda, lo llamó -cariñosamente hemos de asumir- “mi rabino comunista” dado su entorno familiar ortodoxo. (El catedrático Shlomo Avineri apunta que el texto de Hess, Sobre el Capital, que contiene ataques furibundos a los judíos y al judaísmo, influyó en Marx).

En su ensayo Sobre la Cuestión Judía, Marx exhibe abiertamente el desprecio que siente por los judíos: “¿Cuál es la base secular del judaísmo? La necesidad práctica, el interés propio. ¿Cuál es el culto mundano del judío? Traficar. ¿Cuál es su dios mundano? El dinero”. Y agrega: “El dinero es el celoso dios de Israel, y a su lado no puede existir otro dios… El dios de los judíos ha sido secularizado y se ha convertido en el dios de este mundo”. El dinero-judío era “el elemento antisocial universal contemporáneo” que debía ser abolido. Marx postulaba que el judío debía emanciparse del “tráfico y el dinero”, sólo entonces “nuestra era se emancipará”. Y cierra: “En el análisis final, la emancipación de los judíos es la emancipación de la humanidad respecto del judaísmo”.

Incluso en El Capital deja aflorar su antisemitismo: “El capitalista sabe que todas las mercancías, por ruines que puedan parecer o por mal que huelan, son por la fe y en verdad dinero, judíos circuncidados interiormente”. Retomando un añejo libelo, Marx asegura que el éxodo de los judíos de Egipto significó en realidad la expulsión de un pueblo leproso y “a la cabeza de estos leprosos estaba un sacerdote egipcio, Moisés”. Nunca mostró interés, menos aún compasión, por el sufrimiento de los judíos, ni cuando emergió el libelo de sangre en Damasco en 1840 ni durante los pogromos rusos en 1881. Denigró a los refugiados judíos polacos en Alemania como “la más sucia de todas las razas” y en el Neue Rheinische Zeitung, que él mismo editaba, acusó a los judíos de Polonia de incendiar iglesias, quemar aldeas y matar a golpes a polacos indefensos, cuando esos eran en rigor los padecimientos de los judíos polacos en manos de los cristianos.

En un artículo publicado en The Daily Tribune de Nueva York en 1856, en el que Marx tacha a sus hermanos como “hijos de Judas”, afirma: “Así encontramos a todos los tiranos respaldados por un judío, como lo es cada Papa por un jesuita. En verdad, los anhelos de los opresores serían inútiles, y la posibilidad de una guerra imposible, si no hubiera un ejército de jesuitas que sofocaran el pensamiento y un puñado de judíos que saquearan los bolsillos… El hecho de que hace 1855 años Cristo expulsó a los cambistas judíos del templo, y que los cambistas de nuestra época que están alistados al lado de la tiranía vuelvan a ser principalmente judíos, quizás no sea más que una coincidencia histórica. Los judíos de Europa hacen préstamos en una escala más grande y más odiosa que lo que muchos otros hacen en una escala más pequeña y menos significativa. Pero es solo porque los judíos son tan fuertes que es oportuno y conveniente exponer y estigmatizar su organización”.

A doscientos años del nacimiento de este influyente pensador judío anti-judío, vale la pena recordar lo que sobre Marx y sus camaradas ideológicos advirtió oportunamente Heinrich Heine. Este fue un poeta judío alemán converso al cristianismo que trabó amistad con Marx pero al que de todas formas criticó como uno de los “dioses ateos auto-designados”. Premonitoriamente, dijo contemplar “con miedo y horror el momento en que esos sombríos iconoclastas asuman el poder”. Este fue el mismo hombre que advirtió también que allí “donde se queman libros se termina quemando también personas”.

Al siglo siguiente, Ulrike Meinhof -cofundadora del grupo terrorista radical alemán Facción del Ejército Rojo, de neto corte Marxista y compinche de la OLP- planteaba esta pregunta: “¿Cómo fue posible Auschwitz, qué era el antisemitismo?”. Ofreció por respuesta que “Auschwitz significa que seis millones de judíos fueron asesinados y transportados a los basureros de Europa por ser lo que se mantuvo de ellos; dinero-judíos”. Para ella, el odio a los judíos era una expresión del odio al capitalismo y, por lo tanto, el asesinato de civiles israelíes estaba justificado. Como apuntó Michael Ezra, esta lógica siniestra -la asociación del capitalismo con el judaísmo y el odio a ambos en un mismo plano- es una de las enseñanzas más poderosas que Karl Marx legó a sus seguidores en su doctrina.
 

Infobae, Infobae - 2018

Infobae

Por Julián Schvindlerman

  

Fotografías fraudulentas en el conflicto de Medio Oriente – 14/04/18

Imprimir

Días atrás, el régimen de Damasco atacó con armas químicas a su propia población. Luego, la
aviación israelí destruyó una base militar que Irán estaba construyendo en ese país árabe
vecino del Estado judío. Puede que la cercanía entre ambos desarrollos haya confundido a la
agencia de noticias Associated Press (AP) que difundió una fotografía de niños sirios portando
máscaras de oxígeno con un titular sobre el ataque israelí a la base iraní.

Solo en Gran Bretaña, esa identificación inexacta fue replicada por The Times of LondonHalifax Today y The Examiner, quienes a instancias de Honest Reporting corrigieron las fotos. Al momento de enviar su reporte, esta organización que monitorea a los medios indicó que el norteamericano Washington Times y el australiano Perth Now no habían modificado las imágenes que atribuían a Israel las víctimas infantiles sirias del ataque químico. Mientras tanto, ABC7 NEWS de San Francisco informaba equivocadamente que Rusia acusó a Israel de perpetrar el ataque con armas químicas en Ghouta oriental.

Estos errores de prensa son demasiado comunes en la cobertura sobre Israel, los palestinos y otros vecinos.

Este mes, Reuters divulgó una fotografía tomada por Ibrahim Abu Mustafa que mostraba a un palestino arrojando una piedra en la frontera de Gaza con Israel, con el lema: «Un manifestante israelí durante enfrentamientos con israelíes en el curso de protestas en las colinas entre Gaza e Israel el viernes».

En mayo de 2016, cuando se marcaba el 68º aniversario de la Nakba palestina, Agence France Presse (AFP) publicó una fotografía de una mujer árabe en Gaza que sostenía en alza varias llaves que simbolizaban el anhelo de retorno a la tierra nativa.

Esta era identificada como una refugiada palestina de 53 años de edad que debió abandonar Beersheva. Camera, el Comité para el Reporte Justo en América, observó la incongruencia: «Aisha, que según los informes tiene 53 años, no pudo haber huido o haber sido expulsada de su casa en Beersheva hace 68 años, como sugiere la leyenda. Posiblemente pudo haber vivido en Beersheva y decidió mudarse a Gaza para casarse, por ejemplo, pero entonces no es una refugiada obligada a abandonar su hogar en la guerra de 1948, como claramente implica el pie de foto».

Transformar a una señora de 53 años en una refugiada de 68 años no es una proeza periodística menor. Pero AFP pudo hacerlo.

No obstante, AP superó eso unos años antes. En mayo de 2009, AP publicó una fotografía de un palestino tirado en el suelo, al lado de un alambrado de púas, con sus dos manos en alto, una de las cuales sostenía una de estas famosas llaves del retorno.

La información al pie rezaba: «Un palestino desmayado por el gas lacrimógeno disparado por las tropas israelíes, tiene una llave que simboliza las llaves de las casas dejadas por los palestinos en 1948, durante una manifestación conmemorativa del 61º aniversario de Nakba, árabe por ‘catástrofe’, en la aldea cisjordana Bilin, cerca de Ramallah, viernes, 15 de mayo de 2008″.

Solo en Palestina los manifestantes se desmayan por gas lacrimógeno y quedan tirados en el piso con las manos en el aire. «Afortunadamente para este pacífico manifestante», comentó Camera, «es la mano que tiene la omnipresente llave abre puertas».

En junio de 2010, el buque turco Mavi Marmara intentó desafiar el bloqueo marítimo que Israel impone a Gaza. La Marina israelí lo abordó y se dio una trifulca que resultó en muertos y heridos. El periódico turco Hurriyet publicó una fotografía que mostraba a un soldado israelí ensangrentado en el suelo de la embarcación, rodeado de militantes turcos, uno de los cuales tenía un puñal en su mano izquierda. Reuters reprodujo la misma fotografía, solo que dejó fuera de cuadro el puñal.

En octubre de 2000, en el contexto de una revuelta palestina en El Monte del Templo, AP difundió una foto que mostraba a un policía israelí furioso, blandiendo un bastón, al lado de un joven ensangrentado y en estado de shock.

La nota al pie decía: «Un policía israelí y un palestino en el Monte del Templo». Quedaba sugerido que el policía había golpeado al palestino. Solo que este no era un palestino, sino un judío norteamericano que había sido atacado por una turba palestina. El policía iba en pos de su defensa. Esa fotografía con la explicación equivocada fue reproducida por The New York TimesThe Boston GlobeLibérationMontreal Gazette Melbourne Herald entre muchísimos otros.

Durante la guerra del Líbano del 2006, los fotógrafos de AP Lefteris Pitarakis y Kevin Frayer «casualmente» se toparon con retratos de libaneses entre los escombros tras bombardeos israelíes de posiciones de Hezbollah en zonas civiles. El fotógrafo de AFP Hassan Ammar encontró un álbum familiar entero.

Esas fotos y álbumes curiosamente estaban casi intactos, algo llamativo considerando que sobrevivieron a un bombardeo que destrozó hormigón armado. (En Gaza, otros corresponsales dieron con osos de peluche y juguetes en muy buen estado en zonas en las que Israel atacó).

Tras las múltiples fotos que el fotógrafo de Reuters Adnan Hajj trucó durante esa misma guerra en 2006 (entre otras cosas al oscurecer artificialmente las columnas de humo y poner más brillo al fuego de incendios ocasionados por los misiles israelíes) y que Reuters se vio forzada a remover de sus archivos —920 en total— hay una legítima base para dudar de la veracidad de estos «hallazgos» que, invariablemente, buscan mostrar las atroces consecuencias humanitarias de las acciones de Israel.

Una vez advertidas de sus equivocaciones, estas agencias y medios han mayormente realizado las enmiendas correspondientes. Pero el patrón es claro. Hay un punto hasta el cual los corresponsales de agencias de noticias, fotógrafos, editores y periodistas pueden seguir alegando, en modo Chapulín Colorado, que se les chispoteó, y preservar su credibilidad. Lamentablemente, ese límite ha sido cruzado hace mucho tiempo.

Televisivas

Entrevista en NTN24 – 08/04/18

Imprimir

Canal: NTN24
Tema: “ISIS no es la única vara por la que se debe medir la situación en Siria” (08/04/18)
Programa: La Tarde Fin de Semana

https://www.ntn24.com/internacionales/la-tarde/isis-no-es-la-unica-vara-por-la-que-se-debe-medir-la-situacion-en-siria

El analista internacional y experto en temas de Oriente Medio Julian Schvlindlerman dijo que “da la sensación de que una retirada precipitada de EE. UU. de Siria cuando todavía no está estabilizado el país puede ser de hecho calamitosa”.

Esta semana el presidente Donald Trump ordenó al Pentágono preparar la salida de las tropas de Siria. El mandatario aseguró que la lucha no se extenderá más allá de la victoria sobre los yihadistas. El analista internacional y experto en temas de Oriente Medio Julian Schvlindlerman dijo en La Tarde Fin de Semana de NTN24 que “ISIS no es la única vara por la que se debe medir la situación en Siria”.

“Me parece prematuro porque primeramente si bien el ISIS está bastante contenido no está 100% derrotado y podría haber un reagrupamiento. La decisión de Trump contradice la opinión de la comunidad de inteligencia, del Ejército, del Pentágono, del Departamento de Estado de EE. UU. y de sus principales asesores”, agregó el analista.

Dijo que “una retirada de EE. UU., que hoy cuenta con 2.000 soldados esencialmente allí, y según Trump ha firmado planea para dentro de cinco o seis meses seguro irse por completo, dejaría el camino libre para que” Rusia, Irán y Turquía “puedan forjar una situación de posguerra políticamente favorable a sus intereses”.

“Creo que es un problema porque esto va a dejar rienda libre a Irán, a Rusia y en parte a Turquía, que hoy en día ninguna de estas comparte los intereses de EE. UU. en Siria ni en la región (…) Da la sensación de que una retirada precipitada de EE. UU. de Siria cuando todavía no está estabilizado el país puede ser de hecho calamitosa”, precisó Schvlindlerman.

Redacción NTN24

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

El excepcional desarrollo de Israel – 04/18

Imprimir

Revista de Amigos de la Universidad de Tel Aviv en Argentina

Aproximadamente setenta años antes del establecimiento del Estado de Israel, en 1881, el cartógrafo británico Arthur Penrhyn Stanley observó que “En Judea casi no es una exageración decir que por millas y millas no hubo aparición de vida o población”. Tras viajar a Palestina en 1895, el escritor francés Pierre Loti comentaba acerca de la “melancolía del abandono que pesa sobre toda la Tierra Santa”. En ocasión de su visita en 1867, Mark Twain describió el paisaje así: “Palestina se asienta penitentemente. Sobre ella ralea el hechizo de una maldición que ha marchitado sus campos y consumido su energía… Palestina es despoblada y desgarbada… Es una tierra desesperanzada, lúgubre y apesadumbrada”.

Setenta años después del nacimiento del Estado de Israel, sus científicos están empujando las fronteras de lo concebible. Yael Hanein, director del Centro de Nanociencia, Nanotecnología y Nanomedicina de la Universidad de Tel-Aviv, tras diez años de investigación creó una retina artificial capaz de reemplazar la acción de los fotoreceptores naturales del ojo cuando son destruidos por degeneración macular relacionada con la edad. Es decir, ha desarrollado la biotecnología para devolver la vista a los ciegos. Tal Dvir y Ron Feiner, también investigadores de la UTA, han combinado la electrónica con los tejidos vivos para crear un parche cardíaco biónico que cura corazones enfermos. Iftach Yacoby, director del laboratorio para la energía renovable, junto a un equipo de estudiantes de la UTA, descubrió cómo aprovechar las algas marinas para crear energía limpia. Y esto es sólo una fracción del aporte de una sola universidad israelí.

Entonces, uno es llamado a preguntarse: ¿Cómo pudo una comunidad que comenzó secando pantanos y cultivando naranjas ser hoy líder mundial en nanotecnología, ciencia biónica y energía limpia? ¿Cómo fue posible para una pequeña nación privada de recursos naturales, hostigada militarmente por múltiples naciones vecinas, marginada económicamente en su región y fundada principalmente por inmigrantes pobres, transformarse en un estado high-tech, innovador, vanguardista y desarrollado? ¿Cómo hizo para erigir universidades reconocidas internacionalmente? ¿Para legar varios Premios Nobel? ¿Para fabricar satélites? ¿Para generar más compañías start-up que Japón, Corea, India, Canadá e Inglaterra? ¿Para fundar empresas que cotizan en NASDAQ en cantidades superiores a las de feroces tigres económicos como Corea, Japón, Singapur, China, India y toda Europa combinada? ¿A qué poción mágica apeló para alcanzar uno de los índices de producción de patentes per cápita y una de las tasas de población con título universitario más elevadas del orbe? ¿Y cómo logró todo ello en apenas siete décadas, y en una situación de asedio constante?

Como ya ha sido notado, el éxito israelí descansa en gran medida en una cultura de atrevimiento, que estimula la insubordinación y que invita a correr riesgos. “No fue simple convencer a la gente de que criar peces en el desierto tenía sentido” aseguró el profesor Samuel Appelbaum de la Universidad Ben-Gurion al relatar el uso que dio al agua salada y cálida hallada en el desierto a una profundidad equivalente al largo de diez canchas de fútbol. Israel supo transformar obstáculos en oportunidades. Por ejemplo, el sistema de riego por goteo que nació de la necesidad de cuidar cada escasa gota de agua y se convirtió en el sistema de irrigación más efectivo para zonas áridas. El 95% de la tierra de Israel es catalogada como semiárida, árida o híper-árida y sin embargo el país tiene cientos de millones de árboles, mayormente plantados por el hombre.

Tal como han señalado Dan Senor y Saul Singer en Nación Start-Up, una habilidad singular consistió en aplicar el aprendizaje militar al campo industrial y comercial. Gavriel Iddan es un científico de cohetes que ideó una pastilla digerible que contiene una cámara miniaturizada que transmite imágenes desde el interior del cuerpo humano en tiempo real a cualquier parte del planeta. Shvat Shaked es un experto tecnológico en perseguir terroristas observando sus actividades online. Junto con su colega del ejército Saar Wilf, trasladó su experiencia al área comercial desarrollando servicios de detección de engaños corporativos, fraudes crediticios y robo de identidad electrónica tan eficientes que PayPal (el sistema de pagos online más grande del mundo) compró a la pequeña empresa israelí en USD 169 millones (¡luego de que los israelíes rehusarán venderla por USD 79 millones!).

Su capacidad de adaptación a un contexto cambiante sumado a una resiliencia encomiable, con seguridad explican también al Israel actual. A sus setenta, el estado judío deslumbra. Si pudieran verlo, Arthur Penrhyn Stanley, Pierre Loti y Mark Twain posiblemente contemplarían incrédulos la proeza triunfal de Israel.

Mundo Israelita

Mundo Israelita

Por Julián Schvindlerman

  

Un videojuego mortífero – 30/03/18

Imprimir

Cuando uno cree haberlo visto todo en materia de incitación a la violencia jihadista, sólo tiene que aguardar a que entre a su casilla de correos, inesperadamente, la nueva barbaridad. El trailer del videojuego más morboso posible (hasta el siguiente, claro está) me llegó por email hace poco.

Muestra a un joven adulto de estética jihadista urbana (aspecto fornido, musculosa al torso, pelado, barba, puñal en mano) corriendo tras una muchedumbre por lo que parece ser una calle de Brooklyn. Pronto vemos a un judío ortodoxo que intenta escapar de su perseguidor. Pero si el jugador es hábil, dará con la presa. En cuestión de segundos, el religioso cae mortalmente herido debido a una puñalada en la espalda. No es suficiente. El jihadista extrae una pistola y lo ejecuta con varios tiros mientras yace en el piso. La sangre se esparce en la acera. Cuando el asesino gira su cabeza, se abre un plano que nos permite ver a otra persona muerta sobre el pavimento, que él acaba de apuñalar. Pasa un automóvil, entonces el homicida apunta contra el mismo y PUM! Otra víctima. Fin del trailer. La temática está bien clara.

Como lo está su propósito: vender un producto que conecte con la cultura islamista juvenil contemporánea. Su diseñador quizás no sea un extremista aguerrido, sino apenas un astuto cretino. Alguien que conoce demasiado bien la cultura del radicalismo islámico y que ha empleado la coyuntura de violencia política para ganar dinero. O quizás su autor sea en efecto un ideólogo cínico, ansioso por perpetuar entre jóvenes impresionables el odio a los judíos y a los americanos. Poco importa realmente. Lo que cuenta, lo que perturba, es que lo hizo a sabiendas de que sería una eficaz herramienta de propaganda al servicio del jihadismo. Que tiene audiencia. Y eso es lo que lo convierte en singularmente escalofriante.

Los incurables apologistas del islamismo dirán que existen muchos videojuegos violentos en países occidentales. El argumento erraría en el blanco. Imaginemos por un instante un videojuego en Estados Unidos que incitase al jugador a matar negros. O uno en Francia que convocase a golpear a inmigrantes. U otro en la Argentina que, burlándose del movimiento Ni Una Menos, propusiese al jugador como meta violar mujeres. Cuantas más sometes, más puntos recibes. Podemos anticipar la reacción de estas sociedades. No en el planeta Dar-al-Islam.

Si usted es de esos que todavía se andan preguntando por qué los fundamentalistas islámicos nos odian tanto, no pierda más su tiempo. Vea el trailer de ese videojuego espeluznante (aquí: https://www.facebook.com/israelnoticiasweb/videos/1249414735084187) y en vez de ello comience a meditar en el mejor modo de combatirlos.

Comunidades, Comunidades - 2018

Comunidades

Por Julián Schvindlerman

  

El componente Islamista en la guerra Árabe-Palestina contra Israel – 20/03/18

Imprimir

La simultaneidad nacionalista e islamista en la lucha árabe-palestina contra Israel ha estado presente en la génesis misma de este conflicto prolongado.

La figura-líder del nacionalismo palestino y eminencia religiosa de la primera mitad del siglo XX en Palestina, Haj Amín al-Husseini, cristalizó tal amalgama. Husseini avanzó la causa del nacionalismo árabe-palestino en el marco mayor de la lucha perenne (en su visión) del islam contra el pueblo judío. Su alianza con la Alemania nazi no puede explicarse meramente en clave estratégica, que de por cierto existió, sino también, y muy especialmente, en una misión aspiracional genocida compartida. Hay una similitud definitiva entre los principios del islam y los principios del Nacional-Socialismo» ofrecería quien ostentó la triple titulación de Gran Muftí de Jerusalem, Presidente del Consejo Supremo Musulmán y Presidente del Alto Comité Árabe. En 1940 urgió al Tercer Reich a que «resuelva la cuestión de los elementos judíos en Palestina y otros países árabes en concordancia con los intereses nacionales y raciales de los árabes y en líneas similares a aquellas empleadas para resolver la cuestión judía en Alemania e Italia». Durante la Segunda Guerra Mundial instó a los nazis a bombardear Tel-Aviv, y, apenas concluido el Holocausto, en 1946 arengó a los árabes de Palestina así: «Alá ha conferido sobre nosotros el raro privilegio de finalizar lo que Hitler tan solo comenzó. Dejemos que empiece la jihad. Maten a los judíos. Mátenlos a todos ellos».

Años más tarde, un pariente suyo en una siguiente generación, Yasser Arafat, tomaría la antorcha del combate anti-sionista y también él lo rodearía de retórica islamista. (La madre de Arafat era hija del primo hermano del Muftí). En mayo de 1994, a pocos meses de la firma de los Acuerdos de Oslo, el presidente de la Autoridad Palestina y titular de la Organización para la liberación de Palestina, declaró en una mezquita en Johannesburgo: «La jihad continuará Ustedes deben venir y luchar una jihad para liberar Jerusalem». Unos meses después, al dar un discurso en Casablanca ante la Conferencia de la Organización Islámica proclamó: «Dejen que nuestra jihad continúe hasta que el estado independiente sea establecido». Posteriormente, dijo ante una audiencia en Gaza: «Continuaremos con la jihad, una larga jihad, una difícil jihad, una agotadora jihad».

En octubre de 2014, el sucesor de Arafat como presidente de la AP, Mahmoud Abbas, llamó a los palestinos a una lucha religiosa, usando el término Ribat, en un mensaje que fue emitido 19 veces en 3 días en la televisión oficial palestina: «No es suficiente para nosotros decir ´Hay quienes llevan a cabo Ribat´. Todos debemos llevar a cabo Ribat». El texto escolar de la AP Educación Islámica para 12 grado, p. 86, explica el término Ribat: «Una acción relacionada con la jihad para Alá, y significa: Ser encontrado en áreas donde hay una lucha entre musulmanes y sus enemigos».

En enero de 2012, el Muftí palestino Muhammad Hussein, afirmó en la televisión oficial palestina: «El hadith confiable [dichos y hechos atribuidos a Mahoma]… dice: ´La Hora [de la Resurrección] no llegará hasta que peleen contra los judíos. El judío se esconderá detrás de piedras o árboles. Entonces las piedras o los árboles dirán: ‘Oh musulmán, sirviente de Alá, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo’´». El Movimiento de Resistencia Islámico Hamas incorporó esta enseñanza religiosa en el Artículo 7 de su Carta: «Hamas ha estado esperando implementar la promesa de Alá, cualquiera que sea el tiempo que tome. El profeta dijo: ‘La Hora (de la Resurrección) no llegará hasta que los musulmanes pelearán contra los judíos, hasta que los judíos se escondan detrás de las rocas y los árboles, que implorarán: ¡Oh, musulmán! ¡Hay un judío escondido detrás de mí, ven y mátalo!´».

Una encuesta del 2011 realizada por The Israel Project mostró que el 73% de los palestinos declaró creer en este Hadith que anuncia como destino islámico matar a los judíos. Según una encuesta del 2010 del Centro de Estudios de los Derechos Humanos, de Ramala, el 98% de los palestinos dijo que la religión desempañaba un papel importante en sus vidas. En 2013, el Centro de investigación PEW, de Estados Unidos, halló que el 62% de los palestinos aprobaba llevar a cabo acciones violentas contra civiles para «defender al islam de sus enemigos». (Estas encuestas fueron recopiladas por Palestinian Media Watch).

El ethos islámico ha tenido un papel históricamente importante en el nacionalismo árabe y palestino, aunque estos nacionalismos pueden ser mayormente categorizados de laicos. Ni Nasser, Assad, Gaddafi, Arafat o Abbas fueron fundamentalistas islámicos. Con la revolución Khomeinista en 1979 y el ascenso de los ayatolás al poder en Irán, la creación del grupo integrista Hezbolá en El Líbano en 1982 y el establecimiento del movimiento islamista Hamas en la Franja de Gaza en 1987, el componente religioso musulmán se ha tornado preponderante en el conflicto de todos ellos con Israel. El florecimiento de grupos radicales islámicos en el Medio Oriente y más allá -Al-Qaeda, Estado Islámico, Boko Haram, etcétera- en las postrimerías del siglo XX e inicios del actual, ha puesto la dimensión religiosa en el primer plano de la geopolítica regional.