Todas las entradas de: adminJS2021

Página Siete (Bolivia)

Página Siete (Bolivia)

Por Julián Schvindlerman

  

¿Infanticidio en Gaza? – 05/09/14

Imprimir

Israel -escribe Mark Steel en The Independent, horrorizado por las víctimas infantiles en Gaza – «es una comunidad de asesinos de niños”. La acusación contemporánea es descendiente directa de la infamia de los crímenes rituales que se atribuyó a los judíos durante la Edad Media, según los cuales éstos mataban niños cristianos, extraían su sangre y cocinaban con ella el pan leudado de la pascua hebrea. Grandes cantidades de judíos fueron en esas épocas perseguidos, expulsados y masacrados bajo la sombra de esta acusación infundada. Hoy cae sobre el Estado judío el reciclaje moderno de similar injuria: los israelíes matan niños palestinos.
Nunca un judío asesinó a un chico cristiano para emplear su sangre como condimento culinario. Hoy, sin embargo, niños palestinos realmente han sido matados por bombas israelíes. The New York Times ha estimado que el 16% de las fatalidades en Gaza han sido menores de 15 años. De modo que la preocupación con tales muertes es legítima.
No obstante, la misma debiera extenderse a todas las guerras en las que inevitablemente chicos mueren en fuego cruzado. Muchos niños han muerto en otros conflictos, incluso en guerras que involucraron a Gran Bretaña. Tal como Ben Dror-Yemeni, ha recordado en el diario israelí Yediot Aharonot; durante la invasión a Irak, las fuerzas aliadas (de las que Londres era parte) provocaron la muerte a 100 mil personas de las cuales el 46% eran menores de 15 años, según la publicación progresista inglesa The Lancet.
A pesar de que murieron, en términos proporcionales y absolutos, más niños iraquíes que palestinos en una situación de guerra, y de que los guarismos son incomparables (46.000 menores iraquíes, 500 menores palestinos aproximadamente), ¿alguien ha acusado a Inglaterra de ser «una comunidad de asesinos de niños”?
O por caso, ¿alguien ha tildado al propio Hamas de infanticida por haber ocasionado la muerte a 160 chicos palestinos durante la construcción de los túneles del terror, conforme publicó The Journal of Palestine Studies? ¿Alguien siquiera tomó nota de que 9.000 niños murieron en tres años de guerra civil en Siria?
La guerra en Gaza ha sido caótica y las estimaciones de bajas civiles han variado considerablemente. Según recopilaciones del académico norteamericano David Pollock, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha asegurado que el 72% de los muertos en Gaza fueron civiles, aunque advirtió que los datos podían ser imprecisos.
El Centro Palestino para los Derechos Humanos ha ubicado el guarismo en el orden del 83% (curiosamente, durante la previa contienda del 2008/9, el CPDH puso casi idéntica cifra: 82%). Su definición de civil incorpora a combatientes que al momento de caer no estaban participando activamente en la confrontación. Es decir, que si un terrorista murió mientras se tomaba un cafecito con su rifle descansando a su lado es considerado un civil.
El Ejército israelí dice que alrededor del 50% de las bajas fueron civiles y la agrupación de izquierda B’Tselem, usualmente muy crítica de las políticas de su país, ha puesto el número de civiles caídos en Gaza en el 40%.
Al-Jazeera -que responde a los intereses de Catar, país que respalda a Hamas- ha informado que el 28% de los caídos se encuentra en el rango etario de 20-29 años, indicador demográfico más probablemente asociado a combatientes. The New York Times ubicó en 34% de los caídos a hombres en dicho rango.
Las estimaciones relativas a bajas militares o civiles pueden ser inexactas al ser efectuadas en el calor de la guerra, pero quedaron confundidas en una deliberada política manipulativa del Hamas. A mediados de julio, el Ministerio del Interior de Gaza comunicó que «cualquier muerto o martirizado será llamado un civil en Palestina… No olviden de añadir siempre ‘civil inocente’ o ‘ciudadano inocente’ en vuestra descripción de aquellos matados en los ataques israelíes en Gaza”.
A comienzos de agosto, la televisión de Hamas Al-Aqsa transmitió: «incluso combatientes de la Jihad en el campo de batalla son realmente civiles palestinos…, decimos ‘un coche civil’, ‘un objetivo civil’ y así sucesivamente, ya que no tenemos un ejército regular”.
Un manual de Hamas, hallado por tropas israelíes en el cuerpo de un terrorista abatido explicitaba: «El ejército israelí limita el uso del fuego contra centros de población civil. Se recomienda atacar desde allí; disparar desde dentro de los hogares de civiles está en el interés de Hamas, ya que intensifica el odio contra el Ejército israelí”.
Quienes redactaron el manual pecaron de ingenuos. Forzar a los israelíes a matar civiles palestinos no fomentó odio sólo contra sus soldados, sino -como Mark Steel y The Independent han ilustrado- contra toda la nación.

Esta nota fue originalmente publicada en Infobae

Compromiso

Compromiso

Por Julián Schvindlerman

  

El milagro económico Israelí – 09/14

Imprimir

Año 6 – Nro 50

Israel tiene una población de alrededor de siete millones. El 45% posee un título universitario, uno de los porcentajes más elevados a nivel mundial. Sus universidades son reconocidas internacionalmente y la nación cuenta varios Premios Nobel. Los israelíes han fundado más compañías start-up que Japón, Corea, India, Canadá e Inglaterra. El país tiene más empresas que cotizan en NASDAQ que Corea, Japón, Singapur, China, India y toda Europa combinada. Tiene uno de los índices de generación de patentes per cápita más altos del mundo. Y ha alcanzado estos logros bajo un estado perpetuo de guerra, terrorismo, acoso diplomático y boicot económico. ¿Cómo pudo?

¿Cómo fue posible para una pequeña nación carenciada de recursos naturales, hostigada militarmente por múltiples naciones enemigas, marginada económicamente en su vecindario y fundada principalmente por inmigrantes pobres, transformarse en un estado high-tech, innovador, vanguardista y desarrollado? ¿Cómo pudo una comunidad que comenzó secando pantanos y cultivando naranjas ser hoy líder mundial en nanotecnología, una potencia nuclear y poner satélites propios en órbita? ¿Y cómo alcanzó tal proeza en tan breve período de tiempo?

A responder estas preguntas está esencialmente dedicado el notable libro Nación Start-Up de Dan Senor y Saul Singer, en cuyas trescientas páginas trazan el extraordinario derrotero de Israel y ofrecen diversos ejemplos que testimonian -y explican- las razones de esta excepcional reconversión. Escrita originalmente en inglés, la obra fue traducida al hebreo, chino, ruso, coreano, español, alemán, francés, portugués, italiano, turco, búlgaro, checo e incluso árabe y fue un bestseller en Estados Unidos, India y Singapur.

La explicación de los autores brilla por su original sencillez: el éxito israelí descansa en gran medida en la jutzpá, esa típica idiosincrasia local que puede ser traducida como descaro o atrevimiento, en una cultura que estimula la insubordinación, donde los empleados no solamente cuestionan a sus jefes sino que se preguntan “¿por qué no soy yo su jefe?”.

Y también en un entorno que invita a correr riesgos, donde el prueba-y-error es visto con buenos ojos en lugar de como un fracaso. “No fue simple convencer a la gente de que criar peces en el desierto tenía sentido” aseguró el profesor Samuel Appelbaum de la Universidad Ben-Gurion al relatar a los autores el uso que dio al agua salada y cálida hallada en el desierto a una profundidad equivalente al largo de diez canchas de fútbol.

Y también en la habilidad de aplicar el aprendizaje militar al campo industrial y comercial, como hizo Gavriel Iddan, científico de cohetes que ideó una pastilla digerible que contiene una cámara miniaturizada que transmite imágenes desde el interior del cuerpo humano en tiempo real a cualquier parte del planeta. O como ilustra el caso de Shvat Shaked, experto tecnológico en perseguir terroristas observando sus actividades online, quién, junto con su colega del ejército Saar Wilf, trasladó su experiencia al área comercial desarrollando servicios de detección de engaños corporativos, fraudes crediticios y robo de identidad electrónica tan eficientes que PayPal (el sistema de pagos online más grande del mundo) compró a la pequeña empresa israelí en USD 169 millones (¡luego de que los israelíes rehusarán venderla por USD 79 millones!).

Y también en la capacidad de transformar obstáculos en oportunidades, como el sistema de riego por goteo que nació de la necesidad de cuidar cada escasa gota de agua y se convirtió en el sistema de irrigación más efectivo para zonas áridas. El 95% de la tierra de Israel es catalogada como semiárida, árida o híper-árida y sin embargo el país tiene 240 millones de árboles, su absoluta mayoría plantados por el hombre. En el año 2008, la Organización de las Naciones Unidas llevó a cabo una conferencia global en Israel que reunió especialistas de cuarenta países en dar combate a la desertificación; querían ver por qué Israel es el único país cuyo desierto retrocede. El boicot económico árabe contra Israel es a su vez un buen ejemplo no sólo del afán de superación israelí sino de la habilidad nacional para convertir un problema en una solución. En su concepción, el boicot de la Liga Árabe prohibía a las naciones árabes comerciar con el estado judío y castigaba a aquellas compañías que tuvieran lazos con él, así como a las empresas que se relacionasen con estas últimas. Imposibilitados de ingresar al mercado regional y teniendo una mercado interno diminuto, los israelíes se globalizaron. Hoy uno puede toparse con mochileros israelíes en Machu Pichu, artistas en Berlín, analistas financieros en Wall Street y emprendedores en Asia.

Captar inversión extranjera cuando un país está continuamente acechado por terroristas y en estado de guerra no es simple para nación alguna, pero Israel supo hacerlo. Por caso, en 1990 el gobierno encaró la más grande distribución de máscaras de gas en cualquier lugar desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. A inicios de esa década no había en el país una sola cadena de café o marca de ropa extranjera. McDonald´s abrió su primer local allí recién en 1993. En la actualidad tiene aproximadamente 150 locales en Israel, a grandes rasgos el doble en términos per cápita de los que hay en Italia, España o Corea del Sur. Zara, Starbucks, Intel, Google y Microsoft entre otros gigantes han aterrizado en el estado judío.

En ocasión de un viaje a Palestina hecho en 1867, Mark Twain describió el paisaje así: “Palestina se asienta penitentemente. Sobre ella ralea el hechizo de una maldición que ha marchitado sus campos y consumido su energía… Palestina es despoblada y desgarbada… Es una tierra desesperanzada, lúgubre y apesadumbrada”. El asombroso progreso de Israel da cuenta de que una nación dotada de creatividad, ambición e iniciativa puede desarrollarse no sólo a pesar de, sino debido a, circunstancias adversas.

Infobae, Infobae - 2014

Infobae

Por Julián Schvindlerman

  

¿Infanticidio en Gaza? – 29/08/14

Imprimir

Israel, escribe Mark Steel en The Independent horrorizado por las víctimas infantiles en Gaza, “es una comunidad de asesinos de niños”. La acusación contemporánea es descendiente directa de la infamia de los crímenes rituales que se atribuyó a los judíos durante la Edad Media, según los cuales estos mataban niños cristianos, extraían su sangre y cocinaban con ella el pan leudado de la pascua hebrea. Grandes cantidades de judíos fueron en esas épocas perseguidos, expulsados y masacrados bajo la sombra de esta acusación infundada. Hoy cae sobre el estado judío el reciclaje moderno de similar injuria: los israelíes matan niños palestinos.

Nunca un judío asesinó a un chico cristiano para emplear su sangre como condimento culinario. Hoy, sin embargo, niños palestinos realmente han sido matados por bombas israelíes. The New York Times ha estimado que el 16% de las fatalidades en Gaza han sido menores de quince años. De modo que la preocupación con tales muertes es legítima. No obstante, la misma debiera extenderse a todas las guerras en las que inevitablemente chicos mueren en fuego cruzado. Muchos niños han muerto en otros conflictos, incluso en guerras que involucraron a Gran Bretaña. Tal como Ben Dror-Yemeni ha recordado en el diario israelí Yediot Aharonot, durante la invasión a Irak, las fuerzas aliadas (de las que Londres era parte) provocaron la muerte a cien mil personas de las cuales el 46% eran menores de quince años según la publicación progresista inglesa The Lancet. A pesar de que murieron en términos proporcionales y absolutos más niños iraquíes que palestinos en una situación de guerra y de que los guarismos son incomparables (46.000 menores iraquíes, 500 menores palestinos aproximadamente), ¿alguien ha acusado a Inglaterra de ser “una comunidad de asesinos de niños”? O por caso, ¿alguien ha tildado al propio Hamas de infanticida por haber ocasionado la muerte a 160 chicos palestinos durante la construcción de los túneles del terror, conforme publicó The Journal of Palestine Studies? ¿Alguien siquiera tomó nota de que 9.000 niños murieron en tres años de guerra civil en Siria?

La guerra en Gaza ha sido caótica y las estimaciones de bajas civiles han variado considerablemente. Según recopilaciones del académico norteamericano David Pollock, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha asegurado que el 72% de los muertos en Gaza fueron civiles, aunque advirtió que los datos podían ser imprecisos. El Centro Palestino para los Derechos Humanos ha ubicado el guarismo en el orden del 83% (curiosamente, durante la previa contienda del 2008/9 el CPDH puso casi idéntica cifra: 82%). Su definición de civil incorpora a combatientes que al momento de caer no estaban participando activamente en la confrontación. Es decir que si un terrorista murió mientras se tomaba un cafecito con su rifle descansando a su lado es considerado un civil. El ejército israelí dice que alrededor del 50% de las bajas fueron civiles y la agrupación de izquierda B´Tselem, usualmente muy crítica de las políticas de su país, ha puesto el número de civiles caídos en Gaza en el 40%. Al-Jazeera -que responde a los intereses de Qatar, país que respalda a Hamas- ha informado que el 28% de los caídos se encuentra en el rango etario de 20-29 años, indicador demográfico más probablemente asociado a combatientes. The New York Times ubicó en 34% de los caídos a hombres en dicho rango.

Las estimaciones relativas a bajas militares o civiles pueden ser inexactas al ser efectuadas en el calor de la guerra, pero quedaron confundidas en una deliberada política manipuladora del Hamas. A mediados de julio, el Ministerio del Interior de Gaza comunicó que “Cualquier muerto o martirizado será llamado un civil en Palestina… No olviden de añadir siempre ´civil inocente´ o ´ciudadano inocente´ en vuestra descripción de aquellos matados en los ataques israelíes en Gaza”. A comienzos de agosto la televisión de Hamas Al-Aqsa transmitió: “Incluso combatientes de la Jihad en el campo de batalla son realmente civiles palestinos… decimos ´un coche civil´, ´un objetivo civil´ y así sucesivamente, ya que no tenemos un ejército regular”. Un manual de Hamas hallado por tropas israelíes en el cuerpo de un terrorista abatido explicitaba: “El ejército israelí limita el uso del fuego contra centros de población civil. Se recomienda atacar desde allí; disparar desde dentro de los hogares de civiles está en el interés de Hamas, ya que intensifica el odio contra el ejército israelí”.

Quienes redactaron el manual pecaron de ingenuos. Forzar a los israelíes a matar civiles palestinos no fomentó odio sólo contra sus soldados, sino -como Mark Steel y The Independent han ilustrado- contra toda la nación.

Televisivas

Entrevista en NTN24 – 28/08/14

Imprimir

Canal: NTN24 (TV COLOMBIA)
Tema: La remera polémica de Zara (28/8/14)
Programa: La Noche
Conduce: Jefferson Beltrán

Panelistas:
Desde Londres: Ambrosine Shitrit, cofundadora de Yad-ya-duk
Desde Tel-Aviv: Lior Haiat, vocero de la cancillería israelí
Desde Bogotá: Jacqueline Szapiro, experta en historia judía
Desde Buenos Aires: Julián Schvindlerman, analista político

Video 1
Video 2
Video 3
Video 4
Comunidades, Comunidades - 2014

Comunidades

Por Julián Schvindlerman

  

Civiles en la bruma de la guerra – 27/08/14

Imprimir

La guerra en Gaza e Israel ha provocado más de dos mil muertes palestinas (al menos la mitad de ellos civiles) y alrededor de setenta muertes israelíes (la mayoría de ellos soldados). Esta disparidad ha llevado a muchos observadores a concluir que el ejército israelí ha atacado a los gazatíes con desproporción y que los combatientes de Hamas han sido cuidadosos en su ofensiva militar. Esta es una mirada errada.

La razón por la cual ha habido relativamente pocas bajas civiles en Israel es que su gobierno ha adoptado medidas eficaces para su protección. Durante las primeras cuatro semanas de guerra, Hamas y otras fuerzas jihadistas en Gaza dispararon indiscriminadamente cerca de tres mil quinientos misiles contra gran parte del territorio del país, dejando al 75% de su población expuesta al fuego enemigo. El sistema Cúpula de Hierro interceptó aproximadamente al 90% de los misiles que se dirigían a zonas urbanas, dejando caer en zonas despobladas a los restantes. Sin este sistema antimisil, miles hubieran muerto en Israel. Si asumimos un enfoque minimalista y postulamos que cada misil hubiera ocasionado sólo una víctima, entonces unos tres mil quinientos israelíes habrían muerto por el ataque de Hamas. Que ello no haya ocurrido fue resultado de las medidas defensivas de Israel y no de la delicadeza del agresor palestino.

En la Franja de Gaza, tristemente, los civiles han quedado expuestos al fuego israelí. Si bien fueron mayormente bombas de Israel las que ocasionaron estas muertes -digo mayormente porque alrededor de quinientos misiles de Hamas y otros grupos terroristas cayeron dentro de la propia franja- es crucial evaluar la conducta de Hamas como beligerante para advertir qué parte de responsabilidad le cabe en torno a las muertes de los gazatíes. A pesar de que Gaza contiene zonas rurales despobladas o muy poco pobladas, Hamas optó por lanzar sus ataques contra Israel sólo o mayormente desde zonas densamente pobladas. Gaza tienen una densidad alta: alrededor de 4.500 habitantes por kilómetro cuadrado (Tel-Aviv tiene aproximadamente 7.500 habitantes por kilómetro cuadrado pero, como se ha indicado, su población fue resguardada del ataque enemigo). Al disparar desde estas concentraciones urbanas, Hamas deliberadamente expuso a la población que gobierna -y está obligado a proteger- a la represalia de su adversario.

Aún cuando Hamas eligió disparar desde ciudades, pudo haber tomado la precaución de evacuar a los civiles a otras zonas de la franja. Decidió no hacerlo. Muy por el contrario, cuando el ejército israelí informó a los residentes de Gaza de qué espacios serían bombardeados, el Ministerio del Interior de Hamas instó a los pobladores a no abandonar sus hogares. Insólitamente, ubicó lanzaderas de misiles al lado de mezquitas, escuelas y hospitales y empleó ambulancias para trasladar a combatientes no heridos. A pesar de contar con una vasta red de túneles -construidos de mala fe con cemento que Israel permitió ingresar a la franja con finalidades humanitarias- Hamas no los usó como refugios para la población civil, sino para ocultar arsenales y terroristas. Por último, los combatientes de Hamas -que tan orgullosamente se muestran en uniforme militar durante los desfiles públicos en tiempos de calma- durante la guerra los dejaron de lado y vistieron principalmente ropas civiles, creando confusión con el resto de la ciudadanía no beligerante.

Una complicación adicional ha radicado en la propensión de Hamas a exagerar la cifra de víctimas civiles palestinas. Conforme MEMRI ha informado, el 17 de julio el Ministerio del Interior de Gaza hizo público un video que decía: Cualquier muerto o martirizado será llamado un civil en Palestina, antes de que hablemos de sus estatus en la Jihad o rango militar. No olviden de añadir siempre ´civil inocente´ o ´ciudadano inocente´ en vuestra descripción de aquellos matados en los ataques israelíes en Gaza». Tal como notó PMW, la televisión oficial de Hamas Al-Aqsa transmitió el 10 de agosto: «Incluso los combatientes de la Jihad en el campo de batalla son realmente civiles palestinos que cumplen su deber religioso y nacional. Es por eso que decimos ´un coche civil´, ´un objetivo civil´ y así sucesivamente, ya que no tenemos un ejército regular «.

Toda muerte civil es lamentable, y una sola ya es demasiado. Si la familia de las naciones anhela minimizar las bajas civiles palestinas un buen comienzo será exigir al Hamas que honre las leyes que rigen los conflictos armados y desista de su política vil de jugar con las vidas de la población que gobierna. Si se aspira ya no a minimizar sino a evitar fatalidades, entonces se deberá presionar al Hamas para que no inicie guerras insensatas en primer lugar.

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

La conducta de Israel fue ética durante la guerra – 26/08/14

Imprimir

Entrevista con Alta Voz (Perú)

En los últimos días, la situación en Gaza, si es que era posible, ha empeorado. Cualquier posibilidad de un cese al fuego permanente salió de la mesa cuando comenzó un nuevo intercambio de misiles. Hace unos días, también, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Julián Schvindlerman, un analista político invitado a Lima por la comunidad judía.

Lo que está sucediendo entre Israel y el grupo Hamás, en Gaza, es un panorama bastante difícil de entender, por eso decidimos comenzar esta entrevista con una pregunta acerca de la naturaleza del grupo terrorista que se encuentra en el gobierno de Gaza.

Altavoz: ¿Cuál es la naturaleza de Hamás?

JS: Hay una definición estándar del terrorismo, desde el punto de vista académico y legal, y este es: que si uno mata a civiles deliberadamente, no accidentalmente, si uno lo hace con una finalidad política, si uno lo hace con un factor atrocidad muy elevado y hay en la búsqueda psicológica asustar a una sociedad, entonces esto califica como terrorismo. De modo que, lo que hace Hamás, que es atacar con intención y con violencia extrema a poblaciones civiles, lo califica como terrorismo.

No sólo esto, ellos mismos, los fundadores de Hamás, cuando nacieron en los años 80 publicaron el Pacto de Alá, donde han presentado su visión del mundo donde dicen lisa y llanamente que su objetivo es la destrucción del Estado de Israel. Su conducta durante esta guerra también marca el trazo, porque el Hamás atacó una población civil indefensa en Israel, mientras que expuso a la población civil palestina.

Altavoz: Ante esta respuesta surge, claro, la duda de cómo Israel está manejando la situación geopolítica en la que se encuentra: el surgimiento de enfrentamientos muy fuertes entre, por ejemplo, el gobierno Irak y el grupo ISIS, Boko Haram y el gobierno de Nigeria, Hezbollah en Líbano. ¿Cómo Israel entiende esta situación?

JS: Lo que a muchos les cuesta entender, sobre todo a la prensa, es que Hamás es parte de esta ofensiva del fundamentalismo islámico. Lo tienden a ver más como una cuestión palestina-israelí, pero en realidad Hamás es un grupo terrorista que ideológicamente está vinculado a al-Qaeda, a Boko Haram, ISIS ¿Por qué? Porque son grupos que tienen una visión extremista de la religión musulmán, que desprecian a todos los que no son musulmanes. La lucha de Israel contra Hamás, es la lucha de occidente contra el fundamentalismo religioso. Todo marca que hay una intolerancia que trasciende la disputa palestino-israelí.

Altavoz: ¿Cree usted que el fortalecimiento de estos grupos ha sido una consecuencia de la caída de los gobiernos autoritarios en la primavera árabe?

JS: Yo creo que las revueltas árabes comenzaron siendo unas protestas espontáneas y populares contra el orden establecido tiránico, pero con el tiempo se convierten en una lucha sectaria y eso es lo que estamos viendo ahora. Ya no tiene nada que ver con la democracia y la dictadura, si no es entre sunismo y chiismo. De modo que los que perdieron las revueltas árabes fueron los demócratas.

La ventaja de los autócratas árabes era que a través de la tiranía ellos preservaban una cohesión social que no existe. Al distenderse, esas fuerzas se liberaron y están peleando entre sí.

Altavoz: Antes de entrar propiamente al tema de la guerra, hay una duda que se mantiene hasta ahora. En el pasado, Hamás atacó similarmente a Israel (2008 y 2012), ¿Por qué esta vez sí respondieron?

JS: En el pasado, Israel fue cuidadoso porque no quería que la opinión pública se le ponga en contra y porque no quiere matar civiles, pero esta vez comprendió que no podía ya ser parte de este juego perverso, que había un elemento psicológico en todo esto. Tenía que quebrar a Hamás en la creencia de que Hamás puede seguir impunemente atacando a Israel. Del mismo modo, cuando hicieron la incursión terrestre quebraron otro gran tabú: Hamás sabe que Israel no quiere quedarse en Gaza. Todos dicen que Israel es un ocupante. No. Hamás comprende mucho mejor que gran parte de la opinión pública mundial que Israel no quiere estar en Gaza y entonces lo ataca y en algún punto Israel tenía que acabar con esa idea. Israel tuvo que entrar porque era necesario.

Altavoz: Luego de ver un poco la situación en la que se está desarrollando este conflicto, es difícil entender cómo Israel, siendo la potencia que es, parece estar perdiendo esta guerra, al menos en el campo mediático. ¿Cómo explica esto?

JS: Hamás es un grupo de unos 20 mil combatientes. Tiene un arsenal apreciable y una gran motivación. Sin embargo, esto comparado a lo que es Israel militarmente no es una amenaza. A la vez, no hay que minimizar el hecho de que Hamás logró poner en riesgo al 70% de la población de Israel.

La verdadera ventaja de Hamás en la guerra fue en el campo de la opinión pública, en el campo de la propaganda. Acá la prensa falló estrepitosamente en la cobertura y lo acaban de admitir. La Asociación de Prensa en Israel, que reúne a todos los corresponsales, acaba de emitir un comunicado en el que señala que Hamás no los dejó hacer su trabajo, los amenazó y los censuró. Esto explica parte de la impresión que todos han tenido sobre el conflicto en Gaza. ¿Haz visto imágenes de soldados de Hamás lanzando cohetes desde establecimientos civiles? Esto no se veía, no porque no existe, sino porque la prensa no pudo cubrirlo por el acoso del Hamás.

Aquí hubo un problema, el mundo le hizo el juego a esta estrategia de Hamás, una estrategia cruel en la que lo que hizo fue realmente muy grave. Porque lo que sucede tradicionalmente en las guerras es que uno busca proteger a sus ciudadanos, Hamás no hizo eso, Hamás los expone. Hubo casos en los que Israel advertía a la población en Gaza para que evacúen lugares que iban a ser atacados. Hay algo que se llama el golpe en la puerta, que son misiles que cuando impactan un edificio lo mueven, como un temblor, para que los ciudadanos salgan y luego envían los misiles de impacto. De modo que tomó un montón de precauciones sobre una población civil de una entidad hostil que lo está agrediendo. Es difícil encontrar antecedentes de esto. La conducta de Israel fue ética durante la guerra. Hamás dispara desde hospitales y escuelas. Los combatientes se mueven por los túneles subterráneos y dejan a la población civil desprotegida.

La opinión pública se centró no en la inmoralidad del Hamás, sino en la respuesta militar de Israel y dijeron: esto es una masacre. Obvio que es traǵico que hayan muerto tantos civiles palestinos. Lo que sí digo es que es muy importante entender el contexto.

Altavoz: ¿Ve un fin a este conflicto?

JS: En algún punto van a tener que tomar una decisión porque las peticiones de Hamás e Israel son irreconciliables. Hamás dice que quiere un puerto, lo cual es un reclamo exótico [para un grupo terrorista], que quiere un desbloqueo. Es interesante porque eso también implica a Egipto y Hamás no ha atacado a Egipto para exigir el desbloqueo.

Israel dice: mira, la razón del bloqueo es porque ustedes son terroristas, nos quieren destruir, contrabandean armas. Toda esta guerra fue para eso, el objetivo fundamental de Hamás no era destruir Israel, esta guerra fue para insertar la idea del bloqueo en la prensa, que haya un rechazo a Israel y una negociación que sólo es favorable para ellos. Este fue el objetivo de Hamás.

Altavoz: Entonces, por lo que usted dice, ¿Hamás ha ganado?

JS: Políticamente, sí. Claramente. Va a depender de lo que se firme.

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

Conflicto bélico entre Israel y Palestina repercute en Argentina – 25/08/14

Imprimir

Entrevista con Primera Edición (Misiones)

El especialista remarcó que “lo que vemos es el ataque de una entidad terrorista contra una democracia”. Se refirió al escenario actual y un posible acuerdo de paz.

POSADAS. La Comunidad Israelita de Misiones organizó el viernes una conferencia del analista político internacional Julián Schvindlerman, que además es escritor de varios libros y artículos de investigación, quien brindó un análisis del actual conflicto en la Franja de Gaza entre Palestina e Israel, en el “explosivo” Oriente Medio.

Schvindlerman señaló que “el Gobierno argentino tuvo que tomar una decisión: seguir o no seguir a Brasil en retirar su embajador o limitarse a una declaración, que es lo que ha hecho. Ha tomado la postura de condenar a Israel como ha hecho la mayoría de los latinoamericanos, pero no al límite de dañar las relaciones diplomáticas como sí hicieron Brasil, Perú, Chile y El Salvador”.

Agregó que “a nivel popular, el conflicto impactó en que ha habido un proceso de antisemitismo, ha habido ataques de civiles contra la población judía en Argentina”.
Al analizar el conflicto, el especialista remarcó en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN que “lo que vemos es el ataque de una entidad terrorista contra una democracia” y recordó que “del lado de Israel hubo muy pocos civiles muertos porque Israel ha expuesto sus militares para defender a la población. En Gaza ocurre lo contrario, han construido túneles para resguardar armas y terroristas, y la población civil queda expuesta, esto explica la cantidad de víctimas civiles”.

Respecto al nivel de discriminación de la sociedad argentina contra la comunidad judía, aseguró que “la verdad es que falta ahondar más la educación en este sentido” y afirmó que “se puede criticar a Israel, pero no estigmatizar a toda su población”.

La pelota, del lado palestino

Consultado sobre su opinión respecto a qué hace falta para llegar a un acuerdo de paz, Schvindlerman indicó que la solución pasa “por una transformación cultural, psicológica y política de la parte palestina. Del lado israelí hay una democracia que está a favor de la paz, un Gobierno que ha cruzado partidos de derecha, centro e izquierda. Del lado palestino sólo Yasir Arafat y Mahmud Abás, dos fundadores históricos de Fatah, enquistados en sus dogmas tradicionalistas. Abás creo que es un hombre de paz, pero no tiene la voluntad y la fuerza”.

Por último, remarcó que “es importante entender la raíz del conflicto: Israel se retiró de Gaza en 2005 y sigue siendo atacada. La pregunta es ¿por qué? Si Gaza recibió ayuda internacional, ¿por qué en vez de construir escuelas construyeron túneles para atacar a Israel? ¿Por qué inician las guerras?”, se preguntó.

Schvindlerman finalizó afirmando que “la opinión pública tiene que comprender que el Hamas está hermanado ideológicamente a lo peor del terrorismo”.

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

El orden conocido se ha desintegrado – 23/08/14

Imprimir

Entrevista con Misiones online (Misiones)

El analista internacional especializado en Medio Oriente, Julián Schvindlerman advierte que “hay una proliferación de crisis porque el orden conocido se ha desintegrado”. Argentino y judío, sostiene que Israel tiene una respuesta adecuada en el conflicto con Gaza y que en la comunidad internacional aflora un antisemitismo que no es expresado públicamente y que obedece a una información sesgada sobre la guerra en la franja.

“Lo que está sucediendo en Gaza e Israel es que una agrupación terrorista ha atacado a una democracia. En lo que refiere a la historia propia de la cuestión palestina e israelí, es una agresión extraña a la luz de que Israel se retiró de la franja de Gaza en 2005. Puso fin a la ocupación, removió soldados, removió a los colonos judíos que vivían allí y sin embargo Hamas ha iniciado ataques contra Israel. Lo hizo en el 2008, en 2012 y en 2014. En lugar de ser una oportunidad para transformar a Gaza en una ciudad pacífica, próspera, invirtió una enorme cantidad de dinero en construir túneles, importar arsenal y contrabandear armas desde Irán. Esto da por resultado el hecho de que vemos hoy una Franja empobrecida y con por lo menos 100 millones de dólares de asistencia mundial desviados a la construcción de redes subterráneas que se infiltra hacia Israel para llevar armas”, argumentó.

“Es una situación compleja porque la esperanza de los israelíes cuando se retiraron de manera unilateral, era que podía haber con el otro gobierno vecino, una relativa coexistencia de paz. No completa, pero por lo menos no un estado de agresión. Pero se ha encontrado con la triste realidad de que siguen siendo atacados. La Franja fue entregada a la autoridad palestina -que es con quien Israel negoció el proceso de paz-, pero esa fracción perdió las elecciones en manos del Hamas que es un grupo fundamentalista terrorista, que dice que quiere destruir a Israel. Acá es cuando Israel designa al territorio de Gaza como una entidad hostil, impone un bloqueo en las fronteras marítimas, de espacio aéreo y terrestre”, asegura.

Sostiene que Israel pierde la batalla mediática ¿por qué?

Israel pierde la batalla mediática porque hay una mirada internacional que muestra incomprensión de los dilemas de seguridad en Israel y a las realidades políticas regionales. Si uno presta atención a las imágenes que han surgido de Gaza, hemos visto mucha devastación, que es real y es dolorosa, producto de las bombas de los aviones israelíes. Pero no hemos visto a los combatientes del Hamas, no hemos visto el momento en que ellos lanzan los cohetes, cavan los túneles o ingresan a Israel para cometer atentados. Lo único que vemos es el sufrimiento del pueblo palestino, que es real, pero no vemos la coyuntura. El hecho de que Hamas transforma mezquitas en centros de ataque militar, que pone arsenales en escuelas de las Naciones Unidas, que da conferencias de prensa en el hospital general de Gaza, de modo que la prensa pueda ver cuando entran heridos y demás, y así generar conmoción. El Hamas es un grupo que ha manipulado muy hábilmente a medios de comunicación y ha mostrado una gran crueldad con su propio pueblo. No digo con los israelíes, a los que les arrojó 3.500 cohetes en cuatro semanas, sino los propios palestinos que han sido arrastrados a una guerra que no deseaban y que se ven expuestos al ataque del Hamas desde zonas inmensamente pobladas. Si uno ve la franja de Gaza en un mapa, va a poder ver que tiene grandes concentraciones urbanas en las ciudades, pero hay un montón de zonas despobladas desde las cuales Hamas podría haber disparado y evitar represalias sobre la población civil palestina. Pero Hamas eligió disparar desde las ciudades y desde el lado de las oficinas de la ONU y escuelas y demás, con la esperanza cínica, perversa, triste, de que Israel responda al fuego y dañe a la población civil. Lamentablemente aquí hay una situación de guerrilla contra un ejército.

¿Pero no es desmesurada la respuesta de Israel?

Depende de cómo definamos la desmesura. El concepto legal de proporcionalidad se define en función a la amenaza. No es que si Hamas mata a 100, Israel tiene que matar a 100, no se plantea en esos términos. Israel no puede ser culpable por ser un país militarmente poderoso, que además es el resultado de la obligación creada por las naciones árabes que lo han atacado a lo largo de su existencia. Además, Israel ha sido cuidadoso en su respuesta. Esto es probable que les sorprenda de mi alegato pero Israel ha advertido a la población civil palestina, a través de panfletos que arrojaron sus aviones, escritos en árabe, diciéndoles que en determinado tiempo iban a atacar esa zona, que se fueran. Ha hecho llamados telefónicos y mensajes de textos, cientos de miles que ha enviado a la población palestina residente en determinadas zonas diciéndoles que se vayan porque iban a atacar. Ha implementado un sistema que se llama “golpe en la puerta”, que consiste en que mandan un cohete sin carga explosiva que estalla y sacude el edificio, de modo que la población se vaya y después llega el cohete real.

No hay precedentes de otros actores beligerantes en guerra, en una guerra además impuesta, que tomen precauciones sobre la población civil de una entidad que los está atacando. Ahora, por supuesto que hay muertes palestinas. Las bombas que los matan son israelíes, pero son resultado de una política cínica del Hamas y en mi opinión el énfasis de condena internacional debería estar puesto en quien adopta esta conducta aberrante.

¿Son también limitaciones del Estado Nación, con grupos que pueden actuar en forma multipolar?

Hay muchos intereses creados en torno a este conflicto que excede por mucho la disputa palestino-israelí. Eso se enmarca en una coyuntura regional que sigue estando sacudida por las revueltas árabes. Estas revueltas inicialmente constituían una respuesta espontánea popular contra las dictaduras que habían sojuzgado a los árabes durante muchas décadas, pero derivaron en una lucha sectaria dentro del Islam entre sunitas y chiítas. En el marco de esta disputa, los distintos sectores han tomado posiciones diferentes. Irán apoya a Siria que reprime a la población sunita, ha apoyado a la población de Bahrein, que se sublevó contra una minoría suní que gobierna; Turquía apoya a los rebeldes sunitas, entre ellos al Hamas, junto con Qatar, pero el resto de las monarquías del Golfo que son regiones sunitas no están con Hamas, lo mismo que Egipto. La situación es muy compleja.

Hay un avance general de fuerzas yihadistas en la región, que va más allá del problema palestino-israelí. En Iraq, lo que se llama el Estado islámico ha estado provocando el éxodo de cientos de miles de cristianos y otras minorías de la región. En Siria otro tanto. En la franja de Gaza, desde que el Hamas gobierna, la comunidad cristiana cayó un 50 por ciento en población en estos nueve años, bajó de 3.000 a 1.500. Y esto está vinculado.

La situación regional es de una gran inestabilidad, de un gran caos, de muchos grupos ideológicamente hermanados con Hamas como Al Qaeda. Ellos tienen un odio visceral hacia los infieles que no son musulmanes e incluso un desprecio muy grande a los musulmanes que no son de la propia fe. Es contra esto con lo que se está batallando también en Gaza, no digo el pueblo palestino, hablo de Hamas.

¿Cómo evalúa la respuesta de Estados Unidos?

Estados Unidos e Israel tienen una alianza histórica muy fuerte y muy sólida, pero con vaivenes. No siempre están en la misma página en todos los temas y han tenido bastantes confrontaciones. Israel no es parte de la Unión Europea y tiene serias disputas y diferencias con Estados Unidos. Ha habido, y en particular con esta Casa Blanca, demasiadas. Para una administración norteamericana y una administración israelí, que yo recuerde, creo que estas son las que más cortocircuitos han tenido. Tiene que ver en parte con que Barack Obama es un hombre, que en general, ha optado por replegarse o replegar el papel de Estados Unidos en el mundo. Asume con una agenda doméstica muy fuerte: reformas de salud, reformas migratorias, recuperación de la economía norteamericana. Y se separa del predecesor George Bush, buscando no involucrar a Estados Unidos en guerras lejanas. Si las decisiones son válidas o no, no es tema de debate. Pero hubo consecuencias de esta decisión y las consecuencias son que al replegarse Estados Unidos de Irak, Afganistán, al no querer involucrarse en Siria, al pretender liderar desde la retaguardia en Libia, va a generar un caos, desorden. Eso no es liderazgo, porque se lidera desde adelante.

Este caos afecta a los estados árabes, ¿no apuesta a eso Estados Unidos?

Los que quieren disolver estos estados son los del ejército islámico. Ellos son los que no reconocen las fronteras. Pretenden un solo califato islámico, unido por la religión y no por las fronteras. El interés de Europa, Estados Unidos y los países árabes es que esto no prospere.

¿Cuánto influyó la intervención militar de Estados Unidos en la región?

Depende de cada caso. En Afganistán fue muy positiva porque era contra los talibanes, fundamentalistas radicales. Allí era la lucha contra terroristas. Irak es diferente. Si bien fue bueno remover a Sadam, se desarmó el orden despótico que mantenía, porque lo que hacía era tener cohesionada la nación. Con mano dura, con dictadura, pero al removerlo, surgió la presión de la olla al destaparla. En Siria Obama comete un grave error cuando no apoya a las fuerzas rebeldes. No las quiere armar porque no quiere involucrarse en la guerra. Los moderados pierden poder y empieza a avanzar un respaldo a la rebeldía que confluye en la zona. La política norteamericana ha impactado en toda la región.

Hace poco el Papa unió a las partes por la paz ¿tuvo efecto?

Celebré a Francisco por la iniciativa desde el plano espiritual, pero advertí que no tendría impacto real porque había tendencias complicadas en la arena palestina como para que prosperara. No imaginé una guerra tan rápido. En el plano espiritual fue muy prudente. Fue una oración por la paz. Desde ese punto de vista, fue positivo acercar a las partes. La consecuencia no deseada es que puede generar expectativa de paz para el que no conoce mucho la situación. Obviamente que Francisco no es ni remotamente responsable. Él intentó acercar a las partes.

Hace unos días Francisco habló de una tercera guerra mundial fragmentada. ¿Coincide con esa visión?

Hay una proliferación de crisis internacionales importantes. La frase del Papa es buena, pero no la definiría como una guerra, porque la definición tradicional de guerra mundial es estados contra estados. Pero sí refleja el desorden internacional. El orden conocido se ha desintegrado. El conflicto de Rusia con Ucrania, China con reclamos a Japón, Corea del Norte provocando al Sur, el medio oriente convulsionado. América Latina ha perdido en algunas naciones la integridad democrática. Más que una guerra, hay proliferación de crisis agudas, atribuidas en parte a que Estados Unidos se está retirando de su rol de garante global. Había una potencia en un mundo unipolar que decía que de este modo, bueno o malo, se garantizaba un equilibrio. El envalentonamiento de Rusia, China, más confiada, Medio Oriente donde emergen estos grupos, reflejan el principio de que si abandonas un espacio, es ocupado por otro.

¿Cómo influye esto en la Argentina, después de los dos atentados irresueltos?

Los atentados marcaron el ingreso al país de grupos terroristas extranjeros que masacraron argentinos. Por eso fue un ataque a Argentina, más allá de que haya sido un símbolo judío. La respuesta debe ser judía y argentina. Pero hubo mucho vaivén y enroñe en la causa judicial que se mezcló con lo político y los distintos gobiernos no dieron respuesta satisfactoria. Recién con el fiscal Alberto Nisman toma relevancia la causa, con la alerta roja internacional contra los responsables y se involucra a funcionarios iraníes. Pero la vida en la Argentina ha cambiado, por las protecciones en las comunidades y esto habla de la vulnerabilidad de una comunidad con una larga tradición de integración en la Argentina.

¿El cóctel Menem-Corach, de lados distintos de la comunidad durante esos años, sirvió como trasfondo?

En el Islam, la apostasía -negación, renuncia o abjuración a la fe en una religión- es penalizada con la muerte y Carlos Menem dejó de ser musulmán para ser católico. En Irán pudo haber dejado algún enojo. Lo mismo que los acuerdos nucleares entre Argentina e Irán de la época de Alfonsín, que fueron dejados de lado y el narcoterrorismo y tráfico de armas con involucrados cercanos al el Gobierno como Monzer Al Kassar. Es posible que haya mucho trasfondo que no conocemos.

¿Esta crisis reaviva posibilidad de atentados en terceros países?

Hamas no opera fuera del área palestina a diferencia de Hezbollá. Se circunscribe a Israel. Lo que sí puede suceder es que fanáticos antisemitas, hagan atentados. Pero la planificación de un atentado de este tipo, siempre presente, es difícil.

Usted sostiene la tesis de un antisemitismo que pasó de lo religioso a lo político ¿por qué?

Confluye en el conflicto Gaza-Israel, que generó expresiones antijudías muy importantes. En muchos casos, utilizan la difamación contra Israel para exteriorizar un antisemitismo en público que no es políticamente correcto. No digo que Israel no cometa errores, pero se va a una deshumanización, cuando se dice que es genocida, que es nazi. Terminologías que no se utilizan contra otros Estados vecinos. Por ejemplo, Javier Bardem y Penélope Cruz sacan una solicitada por 1.800 palestinos muertos. Pero cuando 1.800 palestinos murieron en Siria en campos de refugiados, no sacaron ninguna solicitada. Cuando son matados en Siria hay silencio y cuando son matados en Gaza, hay protesta. No digo que esté mal la indignación por Gaza, pero condenemos todo. Hamas provocó la muerte de niños explotando mano de obra infantil y nos enteramos por un medio palestino, llamado Journal of Palestine Studies.

Dice también que la ONU tiene una visión contra Israel…

La ONU tiene una visión antiisraelí cuando analiza en exclusivo la situación de los derechos humanos en Israel. El problema de la ONU, fuera del consejo de Seguridad controlado por las potencias, es el voto de las mayorías y si uno cuenta los países y musulmanes, africanos, árabes y tercermundistas, tienen mayoría. Latinoamérica tristemente se suma. Europa tiende a abstenerse. Entonces hay resoluciones inexplicables. Se ha corporizado en Israel el odio colectivo contra los judíos.

¿Cómo ve al Gobierno argentino en este contexto?

El gobierno argentino ha quedado en punto medio de las posturas extremas. Por un lado ha condenado a Israel. Cristina dijo que no se podía exterminar un pueblo, lo que no fue una expresión feliz. Pero no llegó a los términos de Mujica o Evo, ni Brasil o Chile que retiraron a sus embajadores para consulta. Tiene que ver con que Argentina ha firmado un Memorando de Entendimiento con Irán, que allí no fue validado, eso terminó provocando un distanciamiento con Teherán. Y se inició un acercamiento a Israel, con visita del canciller, compra de aviones. Ahora los hermanos latinoamericanos se alejan de Israel y Argentina condenó declarativamente pero no en hechos diplomáticos..

Varios

Varios

Por Julián Schvindlerman

  

«Naciones Unidas es un ente antiisraelí» – 18/08/14

Imprimir

Entrevista con Diario Perú 21 (Lima)

“La paz es posible, pero, para ello, los palestinos no pueden ser gobernados por un grupo terrorista como Hamas. Quien debe ocuparse de la Franja de Gaza debe ser la ONU o la Autoridad Palestina”, nos dice el analista judío.

Entrevistó Gonzalo Pajares

¿Israel solo se defiende o ha pasado a la ofensiva?

Es una defensa, pero en la guerra la ‘defensa’ se transforma en ‘ofensiva’. Este conflicto se originó cuando Hamas secuestró a tres muchachos israelíes y empezó a lanzar misiles. Israel inició una redada para contener el avance de Hamas y, en este contexto, un grupo de fanáticos israelíes mató a un niño palestino.

Hay fanáticos en Israel…

Por supuesto, pero no hay comparación: En Gaza gobiernan los fanáticos, en Israel son un grupo marginal. El agresor fue Hamas, la respuesta de Israel fue una represalia, una defensa.

¿No hay una desproporción entre la agresión de Hamas y la respuesta de Israel?

La proporción se define más en términos de la amenaza que en el medio usado para la defensa. Hamas disparó 3,500 misiles contra Israel y mató a tres civiles y algo más de 60 soldados. Visto desde fuera, la proporción sería un número similar de víctimas del lado palestino, pero las guerras no son así. Es cierto que Israel es más fuerte militarmente, y es innegable que se ve una devastación fenomenal de Gaza, y que han muerto muchos civiles palestinos. Esto no es bueno, pero es importante preguntarse quién es el responsable de estas muertes: si bien fueron bombas israelíes las que los mataron, la guerra la inició Hamas.

La sensación es de abuso…

No es así. En Israel hay pocos civiles muertos por una razón muy simple: los ha protegido. Ese país cuenta con un sistema de alarmas que alerta a la población de un ataque. También cuenta con un sistema antimisiles que ha sido 90% efectivo; incluso hay una aplicación para celulares que avisa a la gente cuando un misil ha sido lanzado contra su territorio. Estas medidas han disminuido las bajas, pero sin ellas, y si los 3,500 cohetes lanzados por Hamas en verdad hubieran caído en Israel, sus víctimas serían 11 mil. Hamas preparó esta guerra, construyó túneles para traficar armas, etcétera. ¿Por qué no dedicó todo ese dinero y toda esa energía para defender a su población? He allí la diferencia entre un Estado democrático y un grupo terrorista. Y su canallada es más grande porque, primero, ellos sí se esconden bajo tierra dejando a la población civil en la superficie, desprotegida, y segundo, a pesar de que Gaza tiene zonas despobladas dispara desde zonas urbanas, desde mezquitas, desde escuelas de la ONU, desde hospitales… su cuartel general ¡está en el subsuelo del Hospital de Gaza! Además, Israel, antes de atacar un lugar, lanza una advertencia y pide su evacuación. La distancia ética entre ambos bandos es escandalosa: Hamas expone a su población, Israel la protege.

Israel atacó escuelas de la ONU, este organismo ha condenado las acciones israelíes.

De acuerdo. La ONU tiene escuelas y en dos ocasiones denunció que Hamas escondió misiles allí. ¿Qué hizo luego? Se los entregó a Hamas, algo inconcebible. La ONU tiene un papel raro: sabe perfectamente qué hace Hamas, pero no lo condena. Hace poco se reunió, ignoró lo hecho por Hamas y condenó a Israel. Es más, ha creado una comisión que investigará la respuesta militar de Israel y no la agresión de Hamas… algo insólito. Salvo el Consejo de Seguridad, todos sus demás organismos votan en contra de Israel y a favor de la causa palestina. La ONU se ha transformado en un ente antiisraelí muy poderoso. Siria, en su guerra civil, mató a 1,800 palestinos; 160 niños palestinos murieron construyendo los túneles de Hamas. ¿La ONU se reunió y condenó esto? ¿Algún funcionario lloró estos muertos? El sesgo es clarísimo.

Quizá a Israel se le exige más porque es una democracia y se supone que, como tal, defiende la ley…

No es lo mismo una democracia en tiempos de paz que una democracia en tiempos de guerra. Hamas busca la destrucción de Israel, no busca una autonomía, un territorio específico: quiere matar a todos los judíos del mundo, estén donde estén. ¿Israel ha honrado esta ‘superioridad’ moral? La respuesta es mixta. No defiendo las bombas sobre las mezquitas, pero, repito, Israel no empezó la agresión.

¿Hay un doble estándar contra Israel?

El doble estándar es evidente: otros países también mataron palestinos, pero el mundo no se indignó. Esto es muy raro. Otro ejemplo: la comunidad cristiana en Gaza, desde que gobierna Hamas, se ha reducido en 50%, ¿por qué el mundo no dice nada? Pareciera que Palestina solo importa cuando se puede responsabilizar a Israel. ¿Cuál es la política de Brasil, Chile y Perú con Siria? ¿Han llamado en consulta a sus embajadores en ese país? A pesar de las imágenes de devastación, en este conflicto, por parte de las autoridades israelíes, ha primado la mesura.

¿Qué ha hecho Israel para tener tan ‘mala prensa’?

Esa pregunta debería hacérsela a quienes odian a Israel.