Por Julián Schvindlerman
Perfil (El Observador) – 3/5/2025
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Durante su pontificado de doce años, el Papa Francisco se pronunció varias veces sobre el Medio Oriente, región que además visitó. Mantuvo encuentros relevantes con líderes religiosos musulmanes, entre ellos, con el líder chiita, el Ayatolá Sayyid Alí Husaini Sistani, al visitar Nayaf en Irak; con el Gran Imán Ahmad al-Tayyeb, de Al-Azhar, la institución académica más prestigiosas del islam sunita, en Egipto; viajó a Marruecos, donde visitó el Instituto Mohammed VI para la formación de imanes; y firmó el “Documento sobre la Fraternidad Humana” en Abu Dhabi, un pronunciamiento conjunto muy importante sobre el diálogo entre la Iglesia Católica y el Islam. Por no decir su peregrinación a Tierra Santa, ocasión en la que visitó Israel y ciudades de autogobierno palestino.
Por ello -aunque no solo por ello-, medios de prensa, gobiernos, referentes y aún agrupaciones terroristas de la región manifestaron sus condolencias; en varios casos haciendo hincapié en el propalestinismo del Papa. Así, Arab News, de la sunita Arabia Saudita, lo definió como un “defensor de la libertad palestina” mientras que el Tehran Times, del chiíta Irán indicó: “La muerte del Papa Francisco deja un vacío en la diplomacia global, particularmente en medio de conflictos en curso, como las atrocidades del régimen israelí en Gaza y más allá”. Francisco fue despedido en el Medio Oriente con una mezcla de pésames sentidos y oportunismo político.
El primer ministro libanés Nawaf Salam (hasta hace poco, presidente de la Corte Internacional de Justicia) decretó tres días de luto en su honor. El rey Abdullah II de Jordania declaró en un posteo en X que “el Papa Francisco era admirado por todos como el Papa del Pueblo”. El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, publicó un comunicado que lo señaló como una “figura mundial excepcional que dedicó su vida al servicio de la paz y la justicia”. El presidente iraquí, Abdel Latif Jamal Rashid, afirmó que Francisco “adoptó posturas inolvidables al adherirse a posturas humanitarias que rechazan las guerras y la violencia”.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas (a quién Francisco había llamado en 2015 “ángel de la paz”), declaró: “Ofrecemos nuestras más sinceras condolencias al Vaticano y a los creyentes de todo el mundo por esta gran pérdida que representa el fallecimiento del Papa Francisco, símbolo de tolerancia, amor y fraternidad”. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que Francisco “dio importancia al diálogo entre diferentes grupos religiosos y tomó la iniciativa frente a las tragedias humanitarias, especialmente la cuestión palestina y el genocidio en Gaza”. El jeque Ahmed El-Tayyeb, Gran Imán de Al-Azhar, calificó a Francisco como un “verdadero amigo de los musulmanes, sincero en su búsqueda de la paz” y elogió “sus declaraciones finales, particularmente en defensa de Palestina y del pueblo oprimido de Gaza”.
El diario oficial de Irán en inglés Tehran Times reunió los pronunciamientos del régimen ayatolá. Informó que el presidente Masoud Pezeshkian elogió la postura “clara y valiente del Papa” contra “el genocidio del régimen israelí en Gaza” y que “aplaudió su condena de la violencia contra la población civil palestina”. “Su claridad moral resonó en las naciones amantes de la libertad y se alineó con los clamores de conciencia de todo el mundo”, agregó el presidente iraní. El ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, remarcó en redes sociales: “Su sabiduría y compasión trascendieron fronteras, uniendo a naciones y religiones en pos de la paz. Irán se solidariza con todos los que lamentan su pérdida”. En tanto que el embajador de Irán ante la Santa Sede, Mohammad Hossein Mokhtari, tildó al Papa de ser “un modelo de valentía moral y un incansable defensor de la paz”.
Incluso movimientos supremacistas islámicos expresaron alabanzas al líder del catolicismo.
La agencia de noticas EFE informó que Hamás lamentó la muerte del Papa y citó un comunicado de Basem Naim, miembro del buró político de la organización que decía que Francisco “fue un firme defensor de los derechos legítimos del pueblo palestino, especialmente en su inquebrantable postura contra la guerra y los actos de genocidio perpetrados contra nuestro pueblo en Gaza en los últimos meses”. El representante de Hamás subrayó que “una figura tan importante y comprometida deja un profundo vacío que será difícil llenar”.
Newsweek reportó que Hezbolá felicitó a Francisco por “pedir el fin de la agresión israelí en la Franja de Gaza, su condena de las masacres perpetradas contra nuestro pueblo en Palestina, su demanda de ayuda humanitaria y su reconocimiento oficial del Estado de Palestina”. A su vez, dijo que “su constante apoyo al Líbano en cada etapa y su condena de la agresión israelí en su contra, encarnan la sinceridad de su llamado y su compromiso con los valores humanos que rechazan la injusticia en todas partes”.
En este mundo del revés, fue el Estado de Israel -la única democracia del Medio Oriente, donde verdaderamente reina la libertad religiosa- quien quedó en offside. Cierto, apenas pasadas unas horas de conocida la noticia del fallecimiento del Santo Padre, el presidente israelí Isaac Herzog lo saludó por “la gran importancia de fomentar lazos fuertes con el mundo judío y de impulsar el diálogo interreligioso”, y le agradeció sus oraciones por el regreso de los rehenes israelíes capturados por Hamás el infame 7 de octubre de 2023. Pero el primer ministro Binyamin Netanyahu se tomó cuatro días para emitir un pésame de 28 palabras, y su gobierno anunció que enviaría al funeral papal al embajador israelí ante la Santa Sede; una representación de bajo nivel en comparación con los más de cincuenta jefes de estado y miembros de la realeza que habían confirmado su asistencia. (Cabe notar que el funeral pontificio aconteció un día sábado, que es el shabbat judío, cuando rigen restricciones de desplazamientos). Además, su oficina hizo borrar de las redes un posteo oficial de condolencias por el fallecimiento del Papa. La publicación original decía, junto a una fotografía de Francisco ante el Muro de los Lamentos: “Descanse en paz, Papa Francisco. Que su memoria sea una bendición”. En una medida singularmente dura, instruyó a sus embajadores abstenerse de firmar libros de condolencias en las embajadas del Vaticano en todo el mundo.
¿Por qué se comportaría el gobierno de Israel de un modo tan poco diplomático? No hay que investigar demasiado para dar con la respuesta. Francisco fue un muy buen amigo del pueblo judío diaspórico, pero no tanto del estado judío. En particular, luego de la masacre perpetrada por Hamas y la subsiguiente incursión militar israelí en Gaza en octubre de 2023, Francisco se posicionó con fuerza contra la guerra y condenó con severidad la conducta militar y política de Israel. Muchos de sus primeros pronunciamientos ni siquiera reprocharon o mencionaron a Hamas y se llenaron de clichés pacifistas desconectados de la realidad terrenal.
El Sumo Pontífice condenó “la arrogancia de los invasores” en “Ucrania” y “Palestina” y protestó por la “crueldad” de Israel en Gaza. Asimismo, sugirió que Israel estaba cometiendo crímenes de guerra y que había respondido “al terror con terror”. En otra oportunidad afirmó: “Aquí hemos superado la guerra. Esto ya no es guerra, es terrorismo”, frase que aludió a Israel, al igual que ésta: “No debemos olvidar que las graves violaciones del derecho internacional humanitario son crímenes de guerra”. En un libro coescrito con el periodista argentino Hernán Reyes Alcaide, llegó a insinuar que Israel cometía un genocidio contra el pueblo palestino: “Según algunos expertos, lo que está sucediendo en Gaza tiene características de genocidio”. Y la pièce de résistance fue la inauguración papal en el Vaticano de un pesebre diseñado por artistas palestinos -por encargo de la Organización para la Liberación de Palestina- que mostraba al niño Jesús acostado sobre una keffiyeh, el pañuelo tradicional palestino que es su símbolo nacional, lo que validaba una legendaria mentira histórica palestina. Jesús, como Francisco bien sabía, fue judío. (Tras la controversia, el pesebre fue removido).
Se podrá debatir si el gobierno israelí se comportó sabiamente o no al marcar distancia del líder espiritual del catolicismo al momento de su muerte (la Iglesia Católica cuenta alrededor de 1.400 millones de fieles). Sin embargo, lo que debiera perturbar al Vaticano no es tanto el distanciamiento de Israel, sino su contracara. Que el difunto Papa haya cosechado tantos elogios de autócratas árabes, ayatolás iraníes y movimientos jihadistas, debería llevar a Roma a repensar su política exterior hacia el Medio Oriente.
Profesor titular en la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad de Palermo. Miembro de Profesores Republicanos y el Foro Argentino Contra el Antisemitismo.